– Buenas, ¿la moto sigue disponible?
– Sí, amigo, estoy acá en Los Pozos al 700, en diagonal a la ferretería, pasá a verla sin compromiso.
Fue el intercambio que un potencial comprador tuvo con un delincuente que pensaba que iba a poder hacer dinero a partir de un robo que había cometido horas antes.
El hecho se registró en la localidad de Río Gallegos y es particular debido a los ribetes del suceso. Con un efectivo de la fuerza de seguridad, paradójicamente, víctima de la inseguridad y un menor de edad como acusado.
De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes consultadas, se pudo establecer que todo comenzó en la noche del miércoles, cuando el efectivo se acercó al Centro de Salud Mental para cumplir sus funciones como adicional.
El integrante de la fuerza, de jerarquía suboficial, había llegado a bordo de su moto de baja cilindrada, color negro con unos detalles color rojo en su parte delantera. El joven policía dejó su rodado en las afueras del lugar con el seguro colocado, pero entre las ocho de la noche y la medianoche una persona -hasta ese momento desconocida- rompió la medida de seguridad y se llevó el vehículo con rumbo desconocido.
El agente cumplió su turno, salió y se llevó la desagradable noticia. Radicó la denuncia correspondiente y sus pares de la Comisaría Primera de Policía comenzaron con las averiguaciones. En paralelo, el damnificado y unos amigos empezaron su propia investigación.
Según pudo saber este diario, en cuestión de horas, el policía y sus allegados, mientras veían grupos de compraventas de la red social Facebook, vieron la motocicleta. Era negra y tenía la marca característica roja en su guardabarros delantero, tal como lo representa la imagen que acompaña esta nota.
Ante esa situación, el efectivo les dijo a sus pares sobre el hallazgo, mientras su amigo ejecutaba el plan: hacerse pasar por un potencial cliente y pactar un encuentro con el que ofrecía la motocicleta. En ese momento se dio el intercambio con el que empieza esta nota.
Fue en horas de la tarde en la que el amigo del policía se hizo presente en el lugar. En la calle Los Pozos al 700, en el corazón del barrio Belgrano, a unas diez cuadras de donde la moto había sido sustraída. Un menor fue quien salió de la vivienda con el vehículo, desconociendo lo que pasaría después.
“Al piso, Policía“, expresaron los efectivos, quienes posteriormente redujeron y palparon preventivamente al sospechoso. En ese momento se sabría que es menor de edad y fue trasladado a la Comisaría Primera para ser identificado. Luego sería retirado de la dependencia por sus padres.
Respecto a la moto, la misma fue regresada al integrante de la fuerza de seguridad damnificado.
FOTO: SANTA CRUZ EN EL MUNDO
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