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Antes y después de la intervención en el caso de Marcela López, Marcos Herrero “trabajó” plantando pruebas hasta que, finalmente, su modus operandi salió a la luz.

En octubre del 2021, se descubrió que el “peritrucho” manipulaba investigaciones discrecionalmente apuntando a cuestiones que no tenían sustento. Presuntos rituales satánicos, redes de tratas de personas que eran encabezadas por políticos y hasta hechos de presunta corrupción, eran solo algunas de las teorías que siempre tenía Herrero.

Esto no salió del todo bien para el ex policía de la provincia de Río Negro y le trajo graves consecuencias. Actualmente ya fue condenado por los poderes judiciales de Mendoza y Buenos Aires, aguardando por otra potencial sentencia en su contra por haber plantado pruebas en el caso de Marcela López.

Cabe recordar que, en primer momento, Herrero recibió una pena en suspenso por desviar la investigación del caso de Viviana Luna, una mujer que había desaparecido en Potrerillos, Mendoza. Además, hace un mes, recibió una dura pena de siete años de prisión por hacer lo mismo en el caso de de Facundo Astudillo, joven desaparecido que luego apareció muerto en Buenos Aires, durante la pandemia.

En el último caso, el fiscal del caso calificó a la intervención de Herrero como “burda” y dijo que: “todo fue una mentira para direccionar el caso, en principio contra cuatro agentes policiales en concreto, aunque la pretensión procuraba llegar a esferas más altas en principio de la policía bonaerense y reforzar la hipótesis que manejaba la querella”.

Además remarcó que el “peritrucho” presentó “una hipótesis muy delicada como es la desaparición forzada de una persona en democracia en manos de nuestros policías” y agregó que “puso en juego el delicado sentido que tienen los desaparecidos para todos los argentinos para emplearlo en un ardid que a él, y ciertamente también a otros, beneficiaba”.

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