Una mega causa de robo de ganado se registró en 2014 en la provincia de Santa Cruz, con montos millonarios incalculables y dejó como saldo a tres personas imputadas y procesadas -en libertad- acusados de abigeato y presunto estelionato (fraude en los contratos).

Se trata de la causa que tiene como principal apuntado a Óscar Nuñez, un empresario quien fue señalado como la persona que ordenó el arreo y posterior traslado de un cargamento millonario de ovejas al frigorífico pero se trataría de hacienda que no le pertenecía.

Junto Nuñez, están imputados dos capataces que prestaban funciones en sus estancias. Alcides Soto y Juan Carlos Arrechea.

El suceso sacudió a toda la comunidad ganadera de Santa Cruz, tanto por la carga como el perjuicio en su patrimonio que algunos productores perdieron a raíz del robo de sus ovejas.

Las cabezas de ganado estaban distribuidas en la zona de la Estancia Rivadavia y allí es donde habían sido arreadas y subidas a los tres camiones jaula para luego ser traídas para ser faenadas en frigoríficos de Río Gallegos.

Fue el ocho de junio del 2014 cuando agentes del GEOR (Grupo Especial de Operaciones Rurales) hoy DOR (Dirección de Operaciones Rurales) controló los camiones y pudo notar irregularidades en las marcas del ganado y comenzó una averiguación con el fin de determinar si, efectivamente, se trataba de un caso de abigeato.

Agentes del DOR sobre el camión que llevaba los corderos. FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL

Debido a la cantidad de cabezas de ganado y su potencial, una abogada querellante en la causa confió a La Opinión Austral que se trataba de un “cargamento millonario, con un valor incalculable. Más allá de la carne, también por la lana y porque esas ovejas después tienen crías, es un abanico que se va a abriendo” aseguró.

El debate de valoración de pruebas estaba por realizarse en octubre del año pasado pero, por cuestiones de salud de uno de los imputados (NdeR: había sufrido un ACV y luego presentó secuelas) y el cambio de una de las defensas, el juicio comenzó en la mañana del martes.

La Opinión Austral estuvo en el recinto al momento en el que Jorge Yance, quien encabezó el tribunal, junto a María Alejandra Vila como vocal y Jorge Alonso como subrogante, dio inicio al debate que comenzó pasadas las nueve de la mañana en el recinto de la calle Malaspina.

Tanto Soto como Arrechea contaron con la representación de Sandro Levin Dumenes y Valeria González. Asimismo, el abogado de Nuñez fue Alejandro Baldini. En la Fiscalía estuvieron José Antonio Chan y Analía Molina. Los querellantes en la causa fueron Matías Gutiérrez y Gabriela Blaser.

El tribunal conformado por M. Vila, J. Yance y J. Alonso. FOTO: LEANDRO FRANCO / LA OPINIÓN AUSTRAL

La causa llegó a juicio con la carátula de “Abigeato agravado, cuatro hechos, en concurso real, estelionato en grado de tentativa” es decir, que los acusados están acusados de robarse el ganado y, mediante el engaño o fraude, tratar de ocasionar un perjuicio.

Durante la primera jornada de debate, las defensas del acusado intentaron sacar la figura de estelionato, ya que ese delito contempla penas de entre tres y seis años, pero esto fue rechazado por el resto de las partes ya que fue en concurso real junto al de abigeato. De esta manera, los acusados pueden ser condenados a diez años de prisión.

Tras la lectura de la acusación fiscal, el primero de los imputados que fue sentado en el banquillo de los acusados fue Nuñez. Con un gesto adusto, el empresario comenzó su relato diciendo que “es la tercera o cuarta vez que declaro y siempre digo lo mismo”.

El empresario dijo que le tendieron una cama, acusó a otro ganadero (de apellido Sánchez) con quien tenía campos lindantes de haber hecho la denuncia, luego que el yerno del vecino, un hombre de apellido Rivera trabajara como encargado para Nuñez.

“Yo a Rivera le dije que se maneje como si el campo fuera suyo, él fue el que me dijo que había corderos de la estancia lindante en mi campo. Yo no tengo necesidad de robarle hacienda a nadie” aseveró el hombre antes de volver a sentarse en su lugar.

Arrechea por su lado dijo que no tuvo nada que ver en la causa ya que, meses antes, se había fracturado una clavícula tras haber sido embestido por un ternero y estaba de carpeta médica. Lo mismo sucedió con Soto, quien dijo que solamente cumplía órdenes de sus superiores.

El debate continuó por la tarde con el testimonio de uno de los damnificados. Debido a la cantidad de testigos (alrededor de 30), desde la Cámara Oral adelantaron que el debate continuará el miércoles y, posiblemente, se extienda hasta el jueves.

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