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Este jueves, la capital santacruceña volverá a ser escenario de un debate judicial que promete conmover a la comunidad. En la Cámara Oral, ubicada en la calle Malaspina al 41, se iniciará el juicio por el femicidio de Vanesa Gauna, la joven integrante de la Policía Federal hallada sin vida en marzo de 2024 dentro de su vehículo en el barrio Del Carmen.
Un años y meses después del crimen que sacudió a la ciudad, la justicia buscará esclarecer responsabilidades y determinar la culpabilidad de Daniel Edgardo Formoso, único acusado y detenido bajo la carátula de femicidio.
De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes judiciales consultadas, se pudo saber que el tribunal estará integrado por los jueces María Alejandra Vila, Jorge Yance y Gerardo Giménez, este último en calidad de vocal subrogante.
Se espera que la audiencia comience pasadas las nueve de la mañana y que se extienda hasta el viernes, aunque la duración final dependerá del desarrollo de las declaraciones y pruebas. En total, se recibirán 23 testimonios, entre testigos presenciales, de concepto y peritos que participaron de la investigación. También se prevé la indagatoria del propio Formoso, que llega al debate privado de su libertad desde una unidad de detención en el interior de la provincia.
Tal como informó este diario en su momento, Vanesa Gauna tenía 36 años, era madre de un niño de ocho y se desempeñaba como integrante de la fuerza de seguridad Federal. Su muerte, producto de un disparo en la cabeza, conmocionó a Río Gallegos en aquel momento. La primera noticia generó estupor: una mujer policía encontrada sin vida dentro de su auto en un barrio tradicional de la ciudad. Con el correr de los días, la investigación descartó la hipótesis del suicidio y avanzó sobre la calificación de femicidio, un tipo penal que reconoce la violencia de género como el motor del crimen.
La instrucción de la causa estuvo a cargo del juez Fernando Zanetta, con la fiscalía de Federico Heinz. Tras meses de pericias, entrevistas y reconstrucciones, se resolvió procesar a Daniel Edgardo Formoso, el hombre que estaba con ella en el momento del hecho. La decisión de dictar prisión preventiva llegó ocho meses después, bajo la imputación de femicidio.
Formoso, al igual que Gauna, había formado parte de la Policía Federal, pero había sido cesanteado tiempo atrás. Su salida de la fuerza estuvo vinculada a una causa por robo en la que, según la justicia, habría tenido un rol como autor intelectual. La relación personal que lo unía a Vanesa lo colocó rápidamente en el centro de las sospechas.
Este jueves, con el juicio en marcha, deberá enfrentar un cúmulo de pruebas y testimonios que lo señalan como responsable del hecho. Su defensa será encabezada por el abogado Alejandro Monzón. Del otro lado, la querella estará representada por Cinthia Rivero, mientras que la fiscal del debate será Verónica Zuvic.
Para la familia de Vanesa, este juicio es un paso indispensable en el largo camino hacia la justicia. Durante este tiempo mantuvieron viva la memoria de la joven y exigieron respuestas en una causa que, como tantas otras en el país, evidenció la urgencia de una justicia con perspectiva de género. El recuerdo de Vanesa no es solo el de una víctima de violencia: es el de una mujer que dedicó su vida al servicio público y que dejó huérfano a un niño pequeño, cuya vida cambió drásticamente la madrugada en que perdió a su madre.
La ciudad de Río Gallegos se encuentra expectante. El caso de Gauna no fue uno más en las crónicas policiales: su condición de integrante de las fuerzas federales, la crudeza del hecho y las circunstancias que rodearon la investigación lo convirtieron en un símbolo de la violencia machista que atraviesa a la Argentina de punta a punta. Cada audiencia será seguida con atención por la familia y los allegados de Vanesa.
La justicia santacruceña tiene ahora la responsabilidad de dar una respuesta clara y contundente. El juicio que comienza este jueves no solo definirá la situación de Formoso, sino que también será una oportunidad para reafirmar que los femicidios no deben quedar impunes. En una sociedad atravesada por el dolor de cientos de víctimas, la memoria de Vanesa Gauna exige justicia. Y esa exigencia resuena hoy con fuerza en cada rincón de Río Gallegos.
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