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Este miércoles comenzó en Río Gallegos el juicio contra una pareja acusada de golpear, maltratar y hasta reducir a la servidumbre a tres niños.

Se trata de la “casa del horror“, un caso que salió a la luz en invierno de 2021, cuando dos valientes menores de edad escaparon de su casa en la calle Paredes de nuestra ciudad capital, temiendo represalias tras romper una tablet.

El caso ha sido seguido por La Opinión Austral desde que se destapó. Los menores abandonaron el infierno en el que vivían y llegaron a la Unidad Penitenciaria N°15 para pedir ayuda; luego fueron trasladados a la Comisaría Primera, donde quedaron bajo la protección de Niñez.

“Señor, deberá acercarse a la Seccional, por favor. Aquí están sus hijos,” le dijo un policía a David F., padre biológico de los menores, quien, junto a su hija, se presentó posteriormente en la dependencia policial.

En ese edificio se informó al hombre que sus tres hijos quedarían a cargo de una tía materna hasta que lo disponga la Justicia. Así comenzó a desentramarse una historia de maltratos, violencia y denigración de los tres hermanitos a manos de su padre biológico y su pareja en ese momento.

Roxana V. siendo ingresada al recinto. (FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

La causa de la “casa del horror” ha llegado a medios nacionales. David F. y Roxana V., quien era su pareja, están procesados por “lesiones graves calificadas por ensañamiento y alevosía, amenazas y reducción a la servidumbre, por tres víctimas“. Tal como adelantó La Opinión Austral, esta mañana comenzó el debate sobre la valoración de pruebas en su contra.

El juicio comenzó con un ligero retraso. Cerca de las nueve y media de la mañana, el presidente del tribunal, Joaquín Cabral, junto con los vocales subrogantes Francisco Marinkovic y Eduardo López, iniciaron lo que se espera sea un juicio que dure varios días.

El recinto estuvo colmado. De un lado estaban la fiscal Verónica Zuvic, junto con la jefa de Despacho Andrea Pérez y los representantes de Niñez Jorge GodoyLaura Ramos y Rita González. Del otro lado, Darío Mozzo como abogado de Roxana y los representantes legales Juan Botik e Iván Cruz Bonino como defensores de David.

Ante la atenta mirada de los presentes, fueron ingresados los acusados. El primero fue David, esposado, con una campera de vivos rojos, un buzo azul, jeans tipo chupín y unas zapatillas a juego, con la cabeza agachada.

Luego fue el turno de Roxana. Ella apareció con una campera color crudo, jeans blancos y zapatillas con strass. Apenas intercambió algunas miradas con su compañero de causa. En algunos momentos llegaron a cruzarse cuando debían ser trasladados fuera de la sala por petición de alguna de las partes.

El recinto de la Cámara Oral, colmado. ((FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

En el lugar también estuvo un equipo de La Opinión Austral, que detalla que la jornada fue tensa. Al leer la acusación fiscal, muchos de los presentes negaron con la cabeza al escuchar los hechos que, por acción u omisión, los acusados habrían cometido contra los niños.

Se conoció que los acusados los golpearon, amenazaron, e incluso los obligaron a comer sus vómitos o heces. Además, Roxana fue acusada de haber forzado a uno de los menores a ponerse la bombacha de su hermana mientras ella le tomaba fotos, humillándolo. “Se callan o los mato, a ustedes los abandonó su mamá” fue una de las frases que se le atribuyen a la madrastra. Roxana mostró un gesto de impotencia y se mordió los labios en varios tramos de la acusación.

Tras un cuarto intermedio solicitado por la defensa de David, que finalmente se resolvió para el momento de los alegatos y la posible sentencia, llegó el momento de que las partes presentaran su versión de los hechos.

Solo David F. utilizó su derecho a hacer un descargo frente al tribunal. Por ello, Roxana tuvo que ser retirada del recinto. En medio de un silencio palpable, el hombre relató que había obtenido la tenencia de sus hijos tras una disputa judicial con la madre biológica. “Ella tenía una pareja violenta, y tanto ella como él maltrataban a mis hijos“, dijo y agregó: “Cuando estuvieron conmigo, los profesores me dijeron que los veían bien”.

Los acusados junto a sus defensores. (FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL)

El menor de los niños presenta una deformidad permanente en una de sus orejas. Sobre esto, David se defendió diciendo que no fue por una mordida, sino por una picadura de araña que no se pudo tratar adecuadamente debido a la pandemia, cuando el grupo familiar aún vivía en Formosa.

El día en que David llevó a su hija a la Seccional Primera, ella presentaba lesiones de “cintazos”. David explicó que “mis hijos se pegaban entre ellos, así jugaban. Además, hacían deportes y siempre tenían lesiones”. En un momento, se quebró y afirmó que las lesiones de vieja data fueron causadas por la madre biológica y su pareja. “Mis hijos quizás se confundieron,” añadió.

Como Roxana se negó a declarar, se mantuvo su versión dada durante la instrucción, similar a la de David. La declaración fue leída por la secretaría de Cámara. Nuevamente la mujer fue ingresada al recinto y, siendo vista por todos los presentes, atinó a morder su labio superior, aguantándose el llanto, dejando caer una lágrima, moviendo sus manos en busca de tranquilidad mientras una de sus piernas se movía incesantemente.

El debate se reanudará en la tarde con la declaración del mayor de las víctimas, tras la proyección de más de una hora de la cámara Gesell realizada en 2021, cuando se conoció el caso. Luego comenzarán a desfilar los testigos convocados por las partes. Se presume que el juicio de valoración de pruebas se extendería hasta, por lo menos, la jornada del jueves.

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