Un hecho muy curioso se registró en Río Gallegos, cuando un vecino tomó la decisión de hacer “justicia por mano propia” cuando interceptó a un joven que le había entrado a robar en la obra en construcción que él tiene en el barrio Belgrano.
El caso tiene como protagonista a Miguel Ojeda, un vecino que no dudó en “tenderle una trampa” a los ladrones, haciendo guardia a metros de la obra que está emplazada en la calle Pastor Baumann.
En la noche del miércoles, los malvivientes habían entrado a la construcción y se habían llevado algunos objetos de valor y herramientas, dejando otras apiladas para llevárselas después.
El vecino se había percatado de la situación y todo lo que estaban por sustraer los ladrones funcionó de “carnada” para poder ubicarlos. Los ladrones habían vuelto en un auto y creían que la suerte estaba de su lado pero no, el damnificado tenía otros planes: tomó las características del rodado en cuestión y realizó la denuncia.
Con la misma información, logró ubicar a uno de los jóvenes: lo halló en los departamentos de la calle Los Pozos y, haciendo un viaje por las calles de la localidad, logró que le confiese donde estaban algunas de las cosas que se habían llevadas.
Miguel habló con La Opinión Austral y contó detalles de ese viaje. “Le íbamos diciendo cosas, lo amenazamos con dejarlo desnudo en el campo si no nos decía la data, pero nunca lo golpeamos ni nada“, expresó sobre cómo consiguió la información.
“Era un televisor, una cava de vino y herramientas que son de la gente que está trabajando en la obra. Por eso la bronca” aseveró sobre lo que le sacaron, que pudo recuperar en parte y que valuó en un monto cercano a los 300 mil pesos.
Miguel filmó un video y lo difundió en Facebook. En el mismo se ve al delincuente, ahora acongojado y arrepentido sin emitir palabras. Primero en la casa donde había robado y luego a bordo del auto. En el registro fílmico, el vecino dice que “ahora lo vamos a llevar a Güer Aike, pegarle y dejarlo ahí“. Nada más lejos de la realidad. En declaraciones a este diario, riendo, Miguel dijo: “Era para asustarlo nada más, lo fuimos a entregar a la Cuarta“.
Cuando el vecino llevó al ladrón a la dependencia policial, también tuvo que dar su versión de los hechos y, en horas de la tarde noche de ayer, esperaba por un allanamiento para recuperar el resto de sus cosas.
El hecho de haber sido robado, le dejó un gusto “raro” a Miguel, “más allá de la bronca nos contuvimos pero es para mostrarle que si ellos son locos, yo soy más loco“.
Más allá de la detención del ladrón que atrapó Miguel, hay otro que todavía es intensamente buscado por la Policía. Se trata de un joven de apellido Barrientos, amigo y secuaz del detenido. Es conocido en el barrio por diversos delitos similares y no tiene domicilio fijo, indicaron fuentes consultadas.
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