Un juicio por una causa de abigeato millonario está llegando a su fin y, en horas de la tarde del martes se realizaron los primeros alegatos, contra un empresario de Santa Cruz quien está imputado él -junto a dos cómplices- de apoderarse de un cerca de mil cabezas de ganado.

Se trata de Óscar Nuñez quien, la semana pasada dijo que le habian “hecho una cama” y que no tendría nada que ver con el caso de abigeato pese a que las pruebas en su contra serían contundentes, a partir de  testimonios de trabajarores rurales que, en su momento, trabajaron para él o para estancias cercanas.

El caso es seguido por La Opinión Austral. Se trataba de tres camiones jaulas que estaban llegando a Río Gallegos en la jornada del 8 de mayo para ser faenadas en uno de olos frigoríficos de nuestra ciudad capital, cuando fueron interceptadas por el entonces Grupo Especial de Operaciones Rurales (GEOR).

El debate comenzó la semana pasada con el testimonio de Nuñez; de Juan Arrechea y Alcides Soto, dos capataces que trabajaban para él que también están imputados por el delito de abigeato agravado. Los trabajadores se excusaron diciento que el primero estaba de carpeta médica al momento de los hechos  el restante que “solo hacía lo que le decía su patrón”.

Martha D’avila durante el debate. (FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

El debate fue llevado adelante por el tribunal conformado por Jorge Yance, María Alejandra Vila y Jorge Alonso. En la querella estuvieron Martha D’avila representando a uno de los damnificados, mientras que Matías Gutierrez y Gabriela Blaser representaron a otros. Por la Físcalía, estuvieron José Antonio Chan y Analía Molina.

En tanto que Alejandro Baldini y Sandro Levin fueron los abogados del empresario y de los capataces, respectivamente. Tras el desfile de testigos, en la jornada del martes llegaron los primeros alegatos. La Opinión Austral estuvo presente en el recinto y los fundamentos y pedidos de pena pudieron seguirse a través de una transmisión en vivo desde el Facebook de este diario.

La primera en dar su alegato fue Martha D’ávila. Durante más de una hora, la abogado mantuvo la postura firme en la que Nuñez sería quien pergeñó el plan de robo sistemático de ganado en el interior de Santa Cruz y que Soto y Arrechea solo serían los “brazos ejecutores“. En el mismo sentido, la letrado dijo que el único beneficiario siempre fue el empresario, no así sus capataces.

A Nuñez nunca le dieron los números con sus animales” expresó D’avila durante su alocución, en relación a las contradicciones sobre la cantidad de ganado que tuvo desde un tiempo a esta parte. En el mismo sentido, aseguró que, desde que ocurrió  lo del 2014, la tasa de robo de ganado en el interior de Santa Cruz bajó considerablemente.

El celular de La Opinión Austral transmitiendo en vio los alegatos. ((FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

D’avila hizo especial hincapié en lo que declaró un testigo de apellido Hernández por el que luego pediría que sea imputado por presunto falso testimonio. Es que este hombre, que vive en La Esperanza y que cuenta con un frondoso prontuario, había declarado en el debate que “iban a c… a Nuñez”. Supuestamente, eso se lo dijo un hombre de apellido Marquez que, cuando fue sentado frente al tribunal, dijo que eso nunca habia ocurrido ya que, por esos días, él había tenido un ACV y estaba en Río Gallegos.

La abogada que representa a la familia Sánchez – Del Solar, ex amigos de Nuñez y uno de los damnificados, fue durísima a la hora del pedido de pena contra el empresario y sus trabajadores.

D’avila pidió una pena de doce años de prisión efectiva contra el empresario y diez para Soto y Arrechea. “Solo tengo como atenuante de pena contra Nuñez su falta de antecedentes pero su instrucción, su nivel socioeconónimo, la nula necesidad de robar, la ambición y la relación que tenía como mi cliente tienen que ser agravantes” aseveró pidiendo además una multa que puede ir desde el doble hasta diez veces el máximo de lo robado.

Alcides Soto, Juan Arrechea y Óscar Nuñez durante el juicio. (FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

Luego fue el turno de Matías Gutierrez. En su extenso relato, el abogado comentó que la mitad de las ovejas eran de su cliente. “Además el 60 por ciento de lo incautado no eran propiedad de Nuñez“, dijo. Todo ésto ante la atenta mirada de Nuñez que se había reclinado en su silla y movía una de sus piernas completamente nervioso y apenas interambiando algunos comentarios con Baldini.

Misma situación fue la de Levin, en reiteradas oportunidades se pudo ver que se llevaba la cara a la mano con un gesto de preocupación. Es que, en su pedido de pena, Gutiérrez hizo el mismo hincapié que D’ávila, que eran “los brazos ejecutores” y “no hacía falta que Nuñez fuera al campo ya que se manejaba por celular” tal como dijo Gabriela Blaser momentos después.

Blaser se dedicó a ennumerar todas las contradicciones que, tanto Nuñez como los peones y otros trabajadores habían hecho durante el debate. Fueron más mesurados y pidieron seis años de cárcel para Nuñez y cuatro para los capataces.

Respecto de la Fiscalía, se solicitó una pena de 13 años contra el empresario y 8 para los capataces. Hoy es el turno de la defensa del empresario y de los otros dos acusados

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