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Luego de una jornada marcada por los interrogantes y las denuncias de su defensa, fuentes oficiales confirmaron a La Opinión Austral que el empresario Lázaro Báez fue trasladado desde la Unidad Penitenciaria Federal N° 15 de Río Gallegos hacia un centro de detención en Buenos Aires. La medida se concretó tal como había anticipado este medio en su edición del sábado, aunque persisten las críticas por la falta de notificación previa al entorno familiar y legal del detenido.

La confirmación oficial llegó en las últimas horas de la víspera al Día de la Madre, luego de una jornada cargada de versiones cruzadas, presentaciones judiciales y reclamos públicos por parte de la defensa de Báez, que había advertido sobre un posible traslado irregular.

Báez presentaba episodios de sangrado y posibles complicaciones intestinales

Desde el entorno del empresario aseguraron que no fueron notificados formalmente del operativo, el cual se habría ejecutado de manera sorpresiva y sin la debida comunicación procesal, en momentos en que todavía tramitaba una apelación vinculada a un habeas corpus y al rechazo de la prisión domiciliaria.

Según detallaron fuentes penitenciarias consultadas por este diario, Báez fue llevado a Buenos Aires, tal como lo había indicado el juez Claudio Vázquez en su resolución del viernes, avalado por los otros dos tribunales que entienden en la causa, ordenando su traslado a la Unidad Penitenciaria N°1, es decir, el Penal de Ezeiza, aunque no se descarta que sea derivado a otra penitenciaría, luego de que trascendiera su nuevo alojamiento.

El juzgado ordenó que el traslado  fuera por vía aérea. No salió desde el Aeropuerto de Río Gallegos porque está cerrado hasta diciembre. El de Puerto San Julián podría haber sido una alternativa. A diferencia de lo que ocurrió en junio de este año, cuando perdió la prisión domiciliaria y viajó a Río Gallegos, los traslados deben hacerse en reserva absoluta, por una cuestión de seguridad del interno y seguridad de la comisión que lleva al interno, explicaron fuentes federales.

Horas antes, los abogados defensores Lucas y Yanina Nicoletti, habían elevado un escrito urgente al presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4, Néstor Costabel, alertando sobre “una situación de gravedad institucional” por la falta de información sobre el paradero de su defendido. En ese documento solicitaron la habilitación de días y horas inhábiles para que se informara de inmediato su ubicación y se garantizara su integridad física y médica.

El hermetismo del Servicio Penitenciario durante las primeras horas del día alimentó el clima de tensión. La familia de Báez, que había recorrido hospitales y clínicas de Río Gallegos en busca de información, expresó su malestar ante la falta de respuestas. “Había hablado con él por teléfono unas horas antes y nadie nos dijo nada. Estábamos desesperados”, exclamó su esposa Claudia Insaurralde en diálogo con La Opinión Austral.

“Había hablado con él unas horas antes y nadie nos dijo nada”
Claudia Insaurralde, esposa de Lázaro Báez

En paralelo, los abogados insistieron en que el traslado se produjo mientras aún estaba vigente el recurso judicial que cuestionaba la medida. “No hubo resolución firme, y aun así lo movieron. Es un antecedente preocupante”, afirmaron fuentes del entorno legal.

Sin embargo, el hábeas corpus no versaba sobre una permanencia, sino sobre su problema de salud: lo que el juzgado resolvió fue cuidar al interno. Según fuentes judiciales, no hubo un agravamiento ilegítimo en las condiciones de detención: por eso se rechazó el hábeas corpus, porque la UP15 estaba cumpliendo con todo; el tema clave es su estado de salud.

La puerta lateral de la Unidad 15 este sábado. FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL

La salud del empresario, el punto más sensible en esta controversia, sigue siendo motivo de preocupación. Su defensa había manifestado que Báez presentaba episodios de sangrado y posibles complicaciones intestinales que requerían estudios médicos en El Calafate, traslado que el propio Servicio Penitenciario había considerado inviable por falta de medios logísticos.

“Técnicamente desaparecido”

Fue el abogado defensor de Báez quien encendió las alarmas cuando el sábado fue a la penitenciaría federal para entrevistarse con su cliente. Lázaro no estaba. “Se lo están cargando”, le revelaron a través de un llamado por celular. Hacía apenas unos minutos que había estado con él y ahora estaba “desaparecido”. Cuando volvió corriendo, lo hicieron esperar más de lo habitual y luego el director de la Unidad N° 15, alcaide mayor Mariano Torrens, le informó que Báez ya no se encontraba allí. No le dio precisiones de su destino ni las razones del traslado.

Lucas llamó de inmediato a Yanina, quien elevó de una presentación urgente ante el juez de ejecución del Tribunal Oral Federal N°4 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a cargo del doctor Néstor Costabel, solicitando su intervención inmediata y la habilitación de días y horas inhábiles para exigir información sobre el paradero del interno. En su escrito, Nicoletti sostuvo que el traslado se produjo sin aviso ni autorización judicial, en plena vigencia de un proceso de hábeas corpus que aún no había adquirido firmeza.

Lucas Nicoletti, abogado de Lázaro Báez frente al Juzgado Federal de Río Gallegos.

Esto no solo vulnera garantías procesales básicas, sino que remite a prácticas de épocas que creíamos superadas”, señaló la abogada en diálogo con La Opinión Austral. “Técnicamente está desaparecido”, agregó el otro integrante del equipo legal, visiblemente preocupado.

La familia del empresario, en tanto, inició por su cuenta una desesperada búsqueda en los principales centros de salud de la ciudad, entre ellos el Hospital Regional y la clínica Medisur, pero sin resultados. “Estoy angustiada, hablé con él por teléfono a las 14”, repasó las horas previas, Claudia Insaurralde, su esposa en declaraciones a La Opinión Austral. Habían pasado más de 5 horas. A toda la familia le preocupa el delicado estado de salud de Báez, que -según sus allegados- incluye episodios de sangrado y sospechas de cáncer de colon y una enfermedad de base.

Lázaro Báez saliendo del Juzgado Federal el viernes y la presentación que hizo su abogada. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

Días atrás el Servicio Penitenciario Federal había argumentado que no tenía los medios logísticos adecuados para trasladarlo a El Calafate para estudios médicos. El aeropuerto de Río Gallegos está cerrado por refacciones y el más cercano, el de El Calafate, no tenía vuelos programados hacia Buenos Aires ¿A dónde lo habían llevado y cómo?

Entendían que a la Unidad de Ezeiza no lo habían llevado porque la defensa había apelado el rechazo a la prisión domiciliaria. En ese marco, cualquier cambio en el lugar de detención debería haberse realizado con intervención judicial y comunicación previa a los representantes legales y familiares.

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