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Un comerciante de Río Gallegos recibió una dura pena este martes por el crimen de un joven ocurrido en una fatídica mañana de junio del 2023.
Se trata de Roberto Neil quien, hasta hoy, gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria pero que, desde esta jornada, deberá cumplir una pena de once años de prisión por haberle quitado la vida a Franco Cuevas, un joven padre de dos niñas menores, que murió tras recibir cinco disparos.
El caso es seguido por La Opinión Austral desde el 2 de junio del 2023 cuando la Policía irrumpió en una concesionaria del barrio Del Carmen tras conocerse el asesinato de Cuevas.

Franco Cuevas, la víctima fatal. FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL

Franco había llegado a la agencia de autos para amedrentar a Roberto Neil por el desalojo que, luego de años y durante el debate realizado este año, terminó efectivizándose por orden de la Justicia Civil de Río Gallegos.
Desde el momento del hecho y hasta hoy existió tensión entre la familia Neil y la familia Cuevas. Incluso este martes, al conocerse la sentencia contra el comerciante, allegados de la víctima fatal cargaron contra los defensores del acusado con insultos.

Mariana Barbitta, defensora y Roberto Neil, acusado, mirando a la cámara de La Opinión Austral. FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL

El pasado 13 de noviembre había concluido el debate de valoración de penas contra Neil. Desde entonces y hasta este martes, los jueces Yamila Borquez, María Alejandra Vila y Jorge Yance deliberaron para determinar si los cinco disparos que recibió Franco Cuevas a manos de Roberto Neil encuadraban en legítima defensa o si se trataba de un homicidio simple agravado por el uso de un arma de fuego.
Fue cerca del mediodía cuando todas las miradas de la comunidad de Río Gallegos se posaron en Malaspina 41, las inmediaciones de la Cámara Oral.

En esta oportunidad llamó la atención la ausencia de allegados del comerciante, lo mismo ocurrió con la ausencia de la madre de la víctima fatal.

La previa

Un gran número de seres queridos de Franco Cuevas estuvo en la explanada del ingreso al edificio e incluso desplegó una bandera que reza “Justicia x Franco Cuevas”, con un rostro del joven y que se ha visto en numerosas ocasiones en los izamientos dominicales.
Según pudo saber La Opinión Austral, en el interior del recinto se desarrollaba otro debate de valoración de pruebas por una causa de índole privada. El mismo pasó a cuarto intermedio para dar lugar a la lectura del fallo por la causa Cuevas.

La sala durante la jornada en la que se dio a conocer la sentencia. FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL

Fue minutos después del mediodía cuando el personal de Cámara permitió el ingreso tanto de la prensa como de los allegados de Franco. Todos fueron requisados por personal del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) antes de sentarse en las dos filas de sillas destinadas al público dentro de la sala.
Con remeras alusivas a su pedido de justicia y con fotos de Franco, todos aguardaron tomados de las manos y con lágrimas en los ojos, conocer el fallo que esperaban oír.
Como dato, Roberto Neil no estuvo presente en el debate sino que aguardaba conocer la sentencia desde su casa, donde cumplía la prisión domiciliaria. En su representación estuvieron sus abogados Mariana Barbitta y Matías Gutiérrez.
Tampoco estuvo presente la fiscal de Cámara Verónica Zuvic; en su lugar asistió Aldana Ulloa, como representante del Ministerio Público.

María Alejandra Vila, mientras daba a conocer la sentencia. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

Rosa no quiso venir, ya fue mucho desgaste para ella”, dijo un familiar de los Cuevas a este periodista, en relación con Rosa Zúñiga, madre de Franco, querellante en la causa y quien, durante los días de debate, debió retirarse en varias oportunidades por descompensarse. Ella tampoco asistió a la lectura del fallo, pero sí estuvo presente su abogado, Jorge Trevotich.

Les vamos a pedir por favor que, apenas termine la lectura, se retiren al patio”, fue el pedido de un trabajador de la Cámara a la prensa y a los allegados de la víctima fatal, en la previa para evitar disturbios o que se altere la paz social dentro del recinto.
Pocos segundos después ingresaron los integrantes del tribunal. Trevotich permaneció inmutable en todo momento, Matías Gutiérrez intercambió algunas palabras con Barbitta que, luego, mientras se daba a conocer el fallo, estuvo realizando anotaciones.

Mariana Barbitta realizando anotaciones mientras escuchaba el veredicto. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

La lectura

La única oradora de la jornada fue María Alejandra Vila. Según pudo saber este diario, no se trató de un fallo unánime, sino que el voto en disidencia fue el de Jorge Yance.
“Buen día a todos y a todas. Tal como estaba previsto, se constituye la Cámara en lo Criminal a fin de dar lectura al fallo en la causa caratulada Neil Roberto Carlos sobre homicidio simple calificado por el uso de arma de fuego. Expediente número 8457/24”, comenzó diciendo la presidenta del tribunal mientras todos los presentes quedaron callados. “Se va a dar lectura específicamente al fallo, luego de lo cual quedará a disposición de las partes la copia correspondiente a la sentencia completa con los fundamentos. La sentencia está inscripta al tomo 51, registro 32. 59, folio 99 al 160”, explicó Vila y comenzó con lo más esperado de la jornada.
El fallo de la Cámara condenó a la pena efectiva de once años de prisión por considerarlo autor penalmente responsable del delito de homicidio agravado por ser cometido con un arma de fuego, tal como había sido el pedido de la fiscalía de Verónica Zuvic.

Jorge Trevotich escuchando el fallo. FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL

Además, el tribunal resolvió revocar la prisión domiciliaria que Neil mantenía desde el inicio del proceso y ordenó su inmediato traslado a la dependencia penitenciaria correspondiente, “sin perjuicio de una posterior evaluación sobre si se presentan los supuestos domiciliarios de pena”. En ese momento, los seres queridos de Franco se fundieron en un abrazo y algunos llegaron a llorar mientras asentían lo que escuchaban de la boca de María Alejandra Vila.
En el mismo sentido, el tribunal dispuso remitir actuaciones al Tribunal Superior de Justicia y al Colegio de Psicólogos para evaluar el desempeño de dos peritos profesionales que habían intervenido en el caso.

Los seres queridos de Franco Cuevas, este martes, en el recinto de la Cámara. FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL

Además, el Tribunal remitió el archivo de audio aportado por la defensa de Roberto Neil el día de los alegatos al Juzgado de Instrucción en turno a fin de que se impulsen las acciones que se consideren pertinentes. Cabe recordar que se trata de un audio dado a conocer por el propio Neil, de unos veinte minutos, en el que asegura que un integrante de la Fiscalía, durante la instrucción, habría afirmado que “el arma no pertenecía a Cuevas, sino a un familiar suyo”, según expresó la defensa el día en que se dieron a conocer los fundamentos y pedidos de pena.
En su lectura, el Tribunal rechazó la mayoría de los planteos de nulidad presentados por la defensa, aunque declaró nulo el alegato de la querella por violación al principio de congruencia y al derecho de defensa, un punto que Mariana Barbitta después calificó como “muy importante en términos de lo que es la jurisprudencia de Santa Cruz, porque es un mensaje para que los abogados y las abogadas sepamos que no se puede decir cualquier cosa en un juicio”.

Los allegados a Franco enrollando la bandera con la que pedían justicia. FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL

Por otra parte, los jueces resolvieron rechazar un planteo de inconstitucionalidad sobre el artículo 41 bis del Código Penal, que establece un agravante genérico de un tercio de la pena para delitos cometidos con violencia o intimidación mediante el uso de un arma de fuego.

Lo que vino después

Una vez concluida la lectura del fallo, los seres queridos de Franco Cuevas salieron de la sala, tal como lo había pedido el trabajador del Poder Judicial. Con algunos insultos y llantos generalizados, se fundieron en abrazos.
Entre ellos estaban Carla Cuevas, hermana de la víctima fatal, y Ángela, tía de Franco, que hablaron con la prensa. En paralelo, comenzaron a enrollar la bandera que, de un tiempo a esta parte, reclamaba justicia para el joven que había perdido la vida dentro de la concesionaria.

Mariana Barbitta arribando a la casa de Neil, tras conocer la sentencia. FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL

Ahora vamos a ir a la casa de Roberto’, fue lo que adelantó Mariana Barbitta en declaraciones a La Opinión Austral luego de concluido el debate de valoración de pruebas. Según pudo saber este diario, fue minutos después cuando la letrada se acercó a la vivienda situada en el barrio Natividad. Afuera de esa casa, en el patio delantero, estaban los allegados al condenado. Con rostros de resignación y también con llantos, se aguardó por el arribo del personal del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), que ya había sido notificado por la detención y posterior traslado de Roberto a una unidad donde deberá comenzar a cumplir su pena por el crimen de la concesionaria.

Una de las paredes de lo que era la casa de los Cuevas. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

De esta manera y, pese a que la sentencia no está firme, ya que comenzaron a correr los plazos para que las partes presenten sus planteos recursivos, una familia hoy puede saber que, después de un poco más de dos años de desgaste y de lucha, pudo obtener algo de justicia por la pérdida irreparable de un joven padre de dos nenas menores de edad y, por otro lado, una familia que sostiene que el dueño de la concesionaria solo se defendió.

La casa de la discordia

El conflicto entre las familias que terminó con la vida de Franco, había surgido a raíz de la disputa por la casa ubicada en la esquina de French y Congreso. Mientras se desarrollaba el debate, el juez Marcelo Bersanelli había dispuesto el desalojo de la familia Cuevas. Según pudo saber La Opinión Austral, actualmente, parte de los ocupantes de esa morada ahora se encuentran en la casa de una allegada y el resto están pasando sus días en un hotel hasta tanto su situación habitacional mejore.

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