Como cada 14 de junio desde 2004, Río Turbio y 28 de Noviembre recordaron a sus 14 mineros fallecidos en la tragedia del socavón de Mina 5. Se concretó la vigilia, el encendido de antorchas con las sirenas de los bomberos y la misa en memoria de los trabajadores. 

La Cuenca Carbonífera volvió a recordar a sus mineros fallecidos en aquella fatídica jornada del 14 de junio de 2004 en el interior del socavón de Mina 5. Como cada año para estas fechas, familiares, amigos y compañeros de los fenecidos realizan una serie de actividades. Desde la noche del 13, a la espera de que llegue el primer minuto del 14, se realizó la vigilia alrededor del Monumento a los Mineros y la imagen de la virgen de Santa Bárbara, en la rotonda de acceso a 28 de Noviembre, con el encendido de antorchas y las sirenas de los bomberos, una expresión cultural que se repite año tras año. 

También se celebró la misa, donde cada familiar y vecino de la Cuenca recordó a las víctimas, encabezada, como sucede desde aquel 2014, por el cura párroco Sergio Soto. Ayer, también en la Cámara de Diputados, se homenajeó a los mineros fallecidos. 

La tragedia 

La falta de inversiones en el yacimiento entre 1994 y 2004 había puesto al yacimiento en un estado de gran precariedad, según los informes técnicos presentados por la Auditoría General de la Nación y las reiteradas denuncias de los dirigentes gremiales de entonces.

Ya era noche cuando se desató la tragedia. Cerca de las 22 horas, un chispazo en uno de los rodillos de la cinta transportadora de la mina 5 habría iniciado el fuego. Las vigas de madera que enmarcan las paredes y los techos de la mina se quemaron, lo que produjo derrumbes en varios sectores. Las paredes, repletas de carbón, se fueron incendiando en cadena. La deflagración inicial se dio a unos 4 mil metros de la salida. 

14 trabajadores quedaron atrapados a 600 metros de profundidad: José Luis Armella, José Sambrano Hernández, José Díaz Alvarado, Julio Néstor Alvarez, Jorge Eduardo Vallejo, Ricardo Guillermo Cabrera, José Edecio Chávez, Miguel Antonio Cardozo, Odilón Vedia, Víctor Agado Hernández, Nicolás Esteban Arancibia, Oscar Marchan, Héctor Cesar Rebollo y Silverio Méndez.

Sus familias aún esperan Justicia, ya que consideran que hasta ahora la misma sólo ha sido parcial.

Más unidos que nunca

Mario Armella, hermano de José Luis, una de las víctimas, recordó que tiempo antes de 2004 “hubo muchas luchas y reclamos por falta de inversión, por capacitación, por seguridad. Reclamos centrados siempre en el trabajo precario, en las condiciones laborales y se peleaba mucho por la estabilidad laboral”.

“Entonces son muchas cosas que hacen que haya que retroceder en el tiempo. Esto se pudo haber evitado”, aseguró. “Se cumplen 14 años de la tragedia y tenemos la memoria intacta. El dolor siempre está presente. Hay heridas que no cierran, pero vamos avanzando. Los familiares estamos siempre juntos y no olvidamos”.

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