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Expertos noruegos afirmaron que es factible realizar un tunel submarino para conectar el continente a la isla. Una misión de expertos de la Norwegian Tunnelling Network confirmó que la obra es completamente factible, basándose en la exitosa experiencia nórdica en infraestructura similar.

La delegación noruega visitó Punta Arenas en el mes de febrero y analizó las condiciones locales. Al mismo tiempo presentó modelos de construcción desarrollados en zonas remotas como ésta del sur argentino-chileno, con características climáticas adversas.

Arild Petter Sovik, es director de la red noruega de túneles, y encabezó la comitiva de expertos. y fue categórico: “El túnel puede parecer ambicioso, pero es totalmente viable. En Noruega lo hicimos muchas veces. En regiones extremas, este tipo de obras no son un lujo, son una herramienta de desarrollo”, consignó en declaraciones al portal Minuto Fueguino.

La ventaja del tunel subacuático es que además de rapidez y fluidez, otorga mayor estabilidad y seguridad al cruce que hoy se hace por barcaza.  Los especialistas recomendaron la construcción de un túnel sobre roca como la alternativa más eficaz. Y con esa premisa, los técnicos se enfocaron en el punto más angosto del estrecho (en el sector de Primera Angostura), uniendo Punta Delgada con Bahía Azul, que están, separadas orilla-orilla por apenas 3,7 kilómetros.

El tunel, según las evaluaciones debería realizarse a 50 metros de profundidad de agua, dónd hay una capa de sedimentos blandos seguida por roca firme y sin fallas estructurales relevantes, lo que facilitaría el diseño y la ejecución del túnel.

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Noruega hoy encara el tunel más largo de su historia, de 26 kilómetros de extensión y 400 metros de profundidad, para unir el norte del país con el sur. Una obra que costará USD 46.000 millones.

Argentina dependiente

Mientras Chile sigue dando pasos concretos para garantizar un cruce por el Estrecho de Magallanes más seguro, en Argentina se espera, desde hace más de una década, el cumplimiento de la ley 26.776, sancionada en 2012 y que declara como “política de Estado” lograr la integración física entre el continente argentino y Tierra del Fuego.

De esta forma, la noticia del respaldo de expertos noruegos a la factibilidad del túnel bajo el Estrecho de Magallanes, en Chile, renueva un reclamo añejo de los fueguinos que data, en realidad, de varias décadas. Desde la Federación Popular de Transporte (FePoTra), así lo remarcaron.

Pero también señalaron otra dicotomía que se presenta:  para que el tunel chileno sea sustentable, requerirá del tráfico argentino.

En la actualidad la unica forma de ir por tierra a Tierra del Fuego, para los argentinos, es cruzando en el Ferry chileno de Magallanes.

Una vieja lucha

Los primeros proyectos de integración territorial argentina, se remiten a 1973, cuando los diputados Ernesto Manuel Campos y Esther Fadul de Sobrino presentaron una resolución para unir Río Gallegos con San Sebastián. Ya en aquel momento señalaban los costos logísticos de depender de transbordadores chilenos y la pérdida de soberanía que ello implicaba.

En aquel momento, se logró la puesta en de un proyecto de evaluación de factibilidad y costos, para un cruce por la boca oriental del Estrecho de Magallanes. Pero finalmente no prosperó. La llegada de la dictadura primero y la alternancia democrática después, archivaron sucesivas iniciativas, hasta que en 2012, se aprobó por unanimidad, del Congreso, la Ley 26.776, que estableció como prioridad nacional la conexión continental-insular.

 

 

Tres años despues, en 2015 la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en un acto que se celebró en Río Gallegos el 23 de julio de ese año, creó un fideicomiso por $1.000 millones que en aquel momento equivalían a USD 100 millones para “llevar adelante la obra del cruce por aguas argentinas que permitirá conectar a Tierra del Fuego con Santa Cruz”.
Afirmaba en aquel momento que “los estudios técnicos ya fueron realizados” y se analizaban “tres alternativas de contacto” entre ambas provincias, “que deberán ser estudiadas”.

Pero una vez, los cambios de gestión y la realidad económica transformó esa la ley y ese fideicomiso en letra muerta. Y la conexión argentina sigue siendo inexistente.

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