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El Gobierno concretó la fusión en un solo organismo del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), una medida que fue incluida en la Ley de Bases, sancionada hace un año.

Mediante el Decreto 452/2025, publicado este lunes en el Boletín Oficial, la gestión libertaria constituyó el nuevo Ente Nacional Regulador del Gas y la Electricidad (ENREGE), que en un plazo de 180 días debe estar en funciones. La decisión no solo unifica la fiscalización de los servicios de gas y energía eléctrica, sino también impactará en la dotación de los trabajadores y estructuras de los organismos fusionados, así como a las empresas y usuarios de los servicios públicos de transporte y distribución de gas natural y electricidad bajo jurisdicción federal.

El decreto, basado en lo dispuesto en el artículo 161 de la Ley 27.742, que facultó al Poder Ejecutivo a dictar las normas necesarias para la creación del organismo, ordena la transferencia de personal, bienes y patrimonio de ENARGAS y ENRE al nuevo ente, garantizando la continuidad de las condiciones laborales hasta la reubicación en la nueva estructura.

El ente regulador de la electricidad desaparecerá al fusionarse con su par del gas.

Nuevo directorio

Una de las novedades es que los directores del flamante organismo no se designarán por concurso como debería haber sido en el ENRE y el ENARGAS, si no fuera que, desde que se crearon en 1992, han estado la mayor parte del tiempo intervenidos.

De esta forma, los integrantes del Directorio, serán cinco y estarán designados por el Poder Ejecutivo. Deberán ser profesionales con antecedentes técnicos y experiencia en la industria del gas y la electricidad. Los mandatos durarán cinco años y podrán renovarse indefinidamente, con ceses escalonados para garantizar la continuidad institucional.

El proceso de selección será conducido por la Secretaría de Energía, que deberá elevar la recomendación al Poder Ejecutivo en un plazo de quince días. Antes de la designación o remoción de los directores, el Ejecutivo deberá comunicar los fundamentos a una comisión del Congreso integrada por representantes de ambas cámaras, que tendrá treinta días para emitir opinión. Si transcurridos no hubo respuesta, el Gobierno queda habilitado para avanzar con las designaciones, lo mismo en caso de querer remover a un director.

Se desconoce si alguno de los actuales interventores (Osvaldo Rolando en el ENRE y Carlos Casares en el ENARGAS) tendrán continuidad, de alguna manera, en el nuevo organismo.

Carlos Casares, hoy interventor del ENRE, podría estar al frente del organismo unificado.

Un nuevo organigrama

Otro de los aspectos que deberá atender a la fusión es la conformación de una nueva estructura de funcionamiento que integre las gerencias actuales de cada ente, muchas de las cuales son redundantes, y el Gobierno en casos similares planteó la reducción para que sean más eficientes, por ejemplo integrando áreas transversales como las que se ocupan de compras o recursos humanos.

De acuerdo con los datos oficiales, el ENARGAS tiene una planta de 517 empleados, bajo distintas modalidades, mientras que en el ENRE trabajan 345 personas. Esta fusión podría terminar implicando un mayor gasto para el Estado, ya que la escala salarial del ente gasífero es bastante mayor que la de su par eléctrico.

En ese sentido, se establece que el financiamiento del ente provendrá de la tasa de inspección y control creada por las leyes 24.076 y 24.065, así como de subsidios, donaciones, transferencias, intereses y beneficios de la gestión de fondos propios, y la venta de obleas para Gas Natural Vehicular, entre otros ingresos.

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