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*Por Irene Stur
El temor de un exceso de suministro en medio de una demanda de petróleo debilitada, mantuvo e impulsó la tendencia bajista en el precio del barril de Brent, en el mercado de Futuros, para entrega en julio. Este lunes, la caída que se comenzó a visualizar durante el fin de semana se afianzó con picos de descenso de casi 2%, al perforar el precio del barril, el piso de los USD 60.
A las 18:05 de Londres, el barril cotiza a USD 60,15, es decir 1,14 dólares menos que el cierre del viernes (USD 61,29). Pero en durante la jornada, el barril llegó a negociarse a USD 58,5, ubicándose por debajo de los USD 59, por primera vez, desde abril, aunque luego se recuperó levemente.
Este comportamiento refleja una reacción negativa de los inversores ante el anuncio realizado el pasado sábado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), que confirmó que mantenía su decisión de aumentar su producción en 411.000 barriles diarios para junio, extendiendo la misma estrategia implementada en mayo.
Expertos vaticinan que el precio del barril de crudo podría caer a los USD 50 a fines de este año.
Inccertidumbre
El incremento en la oferta ha generado incertidumbre en los mercados, llevando a analistas de firmas como Barclays a reducir su pronóstico del precio del Brent en 2025 a aproximadamente 66 dólares por barril. La decisión de la OPEP+ parece coincidir con señales de una demanda global que muestra signos de debilitamiento, especialmente en China, donde el crecimiento económico más lento y la mayor adopción de vehículos eléctricos han contribuido a disminuir el consumo de petróleo.
Los expertos advierten que, si la tendencia persiste, el precio del Brent podría caer por debajo de los 50 dólares para finales de este año. Los analistas de DNB Markets incluso sugieren que, si la OPEP+ continúa acelerando los aumentos de producción en los próximos meses, la cotización podría desplomarse aún más, poniendo en riesgo la estabilidad del mercado petrolero.
Asimismo, advierten que, en un escenario de sobreoferta prolongada, los precios podrían caer por debajo del costo marginal de suministro a largo plazo, lo que forzaría a los productores a reducir inversiones y, en última instancia, ayudaría a restablecer el equilibrio en el mercado. La estrategia, explican los analistas, busca eliminar gradualmente el exceso de oferta generado por la OPEP+ mediante la reducción del suministro no-OPEP y estimular la demanda.
Impacto en Argentina
En abril, cuando la tensión entre Estados Unidos y China estaba en su punto más álgido, algunos vaticinaban que el petróleo (que también perforó los USD 60) podría derrumbarse, en corto plazo a los USD 45. Algo que no ocurrió.
En ese momento, empresas que operan en Vaca Muerta hicieron sentir su preocupación, al afirmar que se ponía en jaque el punto de equilibrio con un barril por debajo de los USD 60. Fue el propio CEO de YPF, Horacio Marín quién salió a despejar dudas, al señalar que con un barril a USD 40 Vaca Muerta es viable y “con un barril a USD 45 estamos en condiciones de desarrollar toda Vaca Muerta”.
El convencional en la mira
Es que los costos en el gigante no convencional argentino, se han mejorado de forma sustancial. A diferencia de lo que sucede con la producción convencional, dónde el punto de equilibrio, según la calidad de petróleo, se encuentra entre los USD 61 y USD 71.
Por debajo de los USD 71 queda muy poco margen para nuevas inversiones, si el precio desciende por debajo de los USD 61, la operación tendería a sólo mantenerse.
Pero si los pronósticos de DNB Markets se cumplen, un barril a USD 50 pondría en jaque la operatoria en general.
La resiliencia del sector
Cabe recordar que el sector hidrocarburífero es altamente resiliente. Su capacidad para adaptarse y recuperarse ante cambios y adversidades, es muy importante. Tanto en términos de producción como de mercado.
Está permanentemente reevaluando riesgos, analizando escenarios para mitigar los riesgos y elaborando estrategias para el futuro. La industria petrolera sabe adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado, lo que la lleva a poder soportar cambios en el precio del barril de una manera ágil y de ahí la “volatilidad” que muestra el mercado en forma constante.
Cabe recordar que, en plena pandemia, el precio del barril de crudo llegó a ser negativo y sin embargo, la industria hidrocarburífera supo sortear la situación y recuperarse, rápidamente, al ritmo que la actividad económica en el mundo volvía a la normalidad.
Si el barril llega a los USD 50 pondría en jaque la operatoria en general
Campos maduros
Los yacimientos maduros en toda la Argentina están pasando por un período de transición. En particular los ubicados en la cuenca del Golfo San Jorge, compartida por Santa Cruz y Chubut, y los de cuenca Austral (Santa Cruz y Tierra del Fuego), afrontan un período de reacomodamientos, con fuentes de trabajo en peligro y un futuro de continuidad, aún incierto.
En el caso de San Jorge, como ya señalara La Opinión Austral, la baja en el precio del Brent, pone a la región en una encrucijada ya que, la cotización actual ya se encuentra por debajo de su punto de equilibrio. Y si bien el crudo pesado de la cuenca tiene el mejor valor de venta del mercado, (casi 10 dólares más que el Brent), con rel nivel actual de precios, se pone en jaque los márgenes aceptables para proyectar las inversiones.
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