Your browser doesn’t support HTML5 audio
Mariano Rosa, integrante de la Mesa Nacional del Frente de Izquierda FIT Unidad visitó Río Gallegos para participar del conversatorio “Ultraderecha en el Poder y oposición sin rumbo, ¿qué hacer desde la izquierda?“.
En un diálogo con La Opinión Austral en la sede del SOEM analizó el complejo panorama político nacional y delineó los desafíos que enfrenta el espacio político al que pertenece para consolidarse como una alternativa de cara a las elecciones de medio término.
Incertidumbre económica
Con un componente “afectivo y emocional” ya que vivió en Río Gallegos durante los “momentos muy álgidos” de 2006-2010, Rosa describió la situación política nacional como “movida” y con un “clima enrarecido”. Si bien el Gobierno nacional parecía “avanzar sin obstáculos”, ahora enfrenta “complicaciones”, incluyendo un “revés importante en el Senado“.
A pesar del apoyo del Fondo Monetario Internacional, Rosa no pasó por alto los “ruidos en la economía” y dudas sobre la “sustentabilidad de un modelo que está basado en la especulación financiera, en el endeudamiento” y señaló que “no cierra fundamentalmente para los trabajadores, para los sectores populares”.
En este contexto, el FIT Unidad está recorriendo el país con plenarios y asambleas, buscando no solo a su militancia, sino también a “desencantados del peronismo, del progresismo y de otras opciones” que buscan alternativas al modelo de Milei.
El desafío de ser una alternativa
Enfatizó que la izquierda tiene una “responsabilidad y una oportunidad” de ser un “canal de expresión del descontento y de la bronca por la positiva, es decir, con propuestas por la positiva”. La meta es “ampliar su influencia popular” y superar la etapa en la que, si bien es positivo tener representación parlamentaria (diputados nacionales, provinciales y concejales), se necesita ser vista como una “alternativa con capacidad de gobernar“.
Así, es fundamental que el FIT Unidad, que hoy es una “coalición electoral“, se transforme en un “movimiento político que todos los días dé respuesta a lo que está pasando”, que tenga “capacidad de hacerse cargo del reclamo social” y que avance en “recuperar sindicatos, centros de estudiantes” y movimientos sociales. “Creo que tenemos que animarnos a superar ese estadio”, sostuvo Rosa, proyectando que en los próximos años la izquierda tiene “capacidad de crecer en la situación política nacional”.
Ausentismo electoral
Más adelante, en su diálogo con La Opinión Austral, analizó el “ausentismo del 50%” en las elecciones, un fenómeno que “se comprende porque evidentemente hay un sector de la población que percibe que lo que se discute en el proceso electoral no tiene nada que ver con su realidad cotidiana“. Considera que el ausentismo, más que un voto bronca como en 2001, es el “escalón previo a la indignación”.
marcó que la izquierda debe “interpelar a ese sector“, explicando que “el no ir a votar no castiga a lo viejo, lo que castiga es un voto por la positiva, un voto que, cuestionando a Milei, se proponga no volver a lo que ya fracasó y el pasado, sino construir por la positiva algo nuevo que tenga que ver con los trabajadores”. Esto implica “animarse a tocar privilegios e intereses económicos para solucionar los problemas más básicos del país: el trabajo, la salud, la educación“.
“A veces se nos ubica a la izquierda en un rol un poco romántico, utópico y nosotros peleamos por cosas muy básicas”, subrayando que para garantizar esos derechos “hay que tocar intereses de los grandes empresarios, corporaciones, discutir la deuda, las privatizadas”.
“Gobernadores cómplices”
Mariano Rosa identificó dos planos de acción: la necesidad de “unirnos ahora sin esperar las elecciones“, rodeando de solidaridad los conflictos sociales como el del Hospital Garrahan. Destacó que, si bien se aprobaron iniciativas legislativas positivas para discapacidad, jubilados y la universidad, existe la “amenaza del veto de Milei“. Para derrotar ese veto, la clave es la movilización: “rodeando el Senado, rodeando el Congreso, es decir, con paro, con movilización, con plan de lucha, haciendo que la CGT salga de la situación de quietismo escandaloso en el que están“.
En cuanto a la CGT, Rosa fue lapidario: “Creo que es el sostén fundamental hoy del gobierno“. Considera que su rol es “muy cómplice, es una CGT directamente mileísta“. Por ello, el FIT propone, además de apoyar sindicatos independientes y combativos, “plantearse como tarea desde los trabajadores una nueva central obrera para los próximos años, porque evidentemente lo de la CGT ya no va para más”.
Respecto a los gobernadores, afirmó que “hasta ahora han tenido un rol cómplice total con el Gobierno“. “No confiamos en ellos, ya que se mueven con el criterio de la propia caja“, dijo. Sin embargo, la actual coyuntura de “contradicciones, crisis y roces” entre el Gobierno nacional y los gobernadores debe ser aprovechada para “movilizar muy fuerte” y consolidar lo votado en el Senado y lo que se vote en Diputados. Si hay veto, “las centrales obreras deberían convocar a paro nacional para defender a la discapacidad, al Garrahan, la universidad, jubilados, etcétera”.
Cristina Kirchner
En relación al debate sobre el fallo contra Cristina Kirchner que la mantiene en prisión domiciliaria por seis años, Rosa indicó que el FIT Unidad tuvo una “posición común de condenar el fallo“, no por defender a nadie, sino por “cuestionar la autoridad de esa justicia que es una hipocresía total porque investiga a unos sí, parcialmente, a otros no”. El FIT Unidad defiende que se “investigue de manera independiente todo”, incluyendo “el gobierno de Cristina, pero a Macri, pero el ‘Libragate‘”. Por eso, proponen una “comisión con ATEP contra la corrupción”, sin ninguna confianza en que la justicia actual “vaya a llegar a ningún resultado”.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario