Este martes, la comunidad universitaria de toda Argentina se manifestó ante el recorte del presupuesto por parte del Gobierno del presidente Javier Milei. En lo que respecta a Río Gallegos, estudiantes, docentes y no docentes de la UNPA-UARG y de la UTN-FRSC se concentraron durante la tarde en la Plaza Güemes para luego partir hacia las avenidas Kirchner y San Martín.

Dicha movilización contó igualmente con la presencia de agrupaciones sindicales y de referentes políticos, entre ellos el intendente de la capital santacruceña, Pablo Grasso. “La licuadora y motosierra de Milei no fueron una joda”, aseguró.

En diálogo con un móvil de La Opinión Austral, el jefe comunal apuntó fuertemente contra las medidas de ajuste que lleva adelante el primer mandatario: “No podemos pensar de la forma que piensa Milei, necesitamos un proyecto de más presencia del Estado, con más atención y contención”, dijo.

Sostuvo que “hay que salir a la calle y poner el cuerpo”. En ese sentido, se refirió a la participación de funcionarios de diversos partidos políticos en la marcha de hoy: “Cuando el objetivo es uno, tenemos que estar todos juntos para que vean que somos fuertes y que no es una cuestión partidaria. Hay que tener más educación para no relegar a nuestros jóvenes al olvido”.

Añadió que “si le preguntas a cualquier vecino si piensa que va a cerrar la universidad, te dice que no, pero porque es algo natural de la vida democrática”. No obstante, lamentó que “el pensamiento del presidente es cerrar las universidades públicas, quiere un país ignorante que piense que lo que hace está bien”.

El intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, en la marcha universitaria de Río Gallegos. Foto: José Silva/La Opinión Austral.

Grasso remarcó que “un estudiante quiere recibirse para ser alguien en la vida. Tenemos que estar del lado del trabajador, por más que sea o no de nuestro sector político”.

En ese mismo tenor, indicó que “necesitamos que nuestros laburantes tengan la posibilidad de mandar sus hijos a la escuela, a la universidad y que entiendan que muchos dirigentes salieron de las universidades públicas”.

Reprochó que, ante los recortes impulsados por el Ejecutivo, “el poder adquisitivo de la gente ha sido defenestrado. Con una política de luz y gasifera que va a ocupar un 30 o un 40 por ciento del salario, hay que venir y defenderse, tienen que terminar los miedos”.

Consultado sobre la cadena nacional que brindó el lunes el jefe de Estado, en el que confirmó un superávit fiscal del 0,2% en el primer trimestre del año, Grasso opinó: “Milei habla de superávit, pero a costa de la convulsión social”.

Y amplió: “A costa de que la plata no alcanza, de que la situación financiera sea peor, de que no haya una obra pública ni subsidio de transporte público, de que no haya insumos en los hospitales y que no hayan medicamentos oncológicos; es fácil si abandonas a la gente. Tenés que tener un balance financiero con la gente adentro”.

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