Seguramente las actividades agropecuarias no sean de las más perjudicadas en cuarentena, pues tienen permitido seguir trabajando por motivos biológicos (“hay que seguir dándoles de comer a los animales y atender su sanidad”) y por ser un producto de primera necesidad (la carne). Sin embargo, para un negocio ovino que ya venía con ciertas dificultades (de corto y largo plazo), este parate mundial no le sienta nada bien.
En este contexto, Santa Cruz Produce consultó a dos presidentes de sociedades rurales (hay 9 en la provincia), que tienen contacto con varios productores, para conocer de primera mano cómo están trabajando mientras cumplen con las medidas sanitarias.
Es época de destetes, de preparar las inseminaciones o de “peladas de ojos y ubres” para lo cual se espera la llegada de cuadrillas de esquiladores desde Chubut y Río Negro.
“Todo debe seguir”
Desde Puerto Deseado, el presidente de la Rural, Andrés Jolly contó que la cuarentena los “afectó bastante”. Aunque con el pasar de los días se fueron acomodando. Consultado por cómo se estaban arreglando con la circulación, para ir y venir de los campos, relató: “Se cerraron todos los caminos rurales de acceso a la ciudad, sólo se permite ingresar por la ruta 281 que viene de Tellier, a 20 km de Puerto Deseado, donde se instaló el control policial”.
Autoridades de la Rural fueron convocadas por el gabinete sanitario que se constituyó para atender cuestiones atenientes a la pandemia. Inicialmente, para circular, dueños de campos y todo el personal, tenían que hacer una exposición policial, pero en los primeros días se desbordó la comisaría. “Por eso, decidimos con el gabinete que lo mejor era que nosotros emitiéramos los permisos desde la Rural y está funcionando bien, ahora estamos tratando a través de la Federación de Instituciones Rurales (FIAS) que esto se replique a nivel provincial”, relató Jolly. Contó a SCP que montó la oficina en el quincho de su casa, para no tener que abrir las instalaciones de la Rural.
En cuanto a lo productivo, relató que “todo debe continuar, la oveja sigue comiendo y la lana crece, hay que arreglar alambrados y combatir el puma”. “La rentabilidad de la oveja está diezmada hoy, se derrumbó el mercado chino y la lana pasó de valores históricos de 7 dólares a alrededor de 3 y no sé quién la comprará, porque hoy los mercados internacionales están frenados, esto, tarde o temprano nos va a afectar”, lamentó Jolly. Y le sumó: “Lo mismo pasa con la carne, porque los frigoríficos están trabajando, pero la economía regional está muerta, entonces el consumo se frenó, por eso, digo, estamos mejor que otros, pero peor que otros tantos también”.
Tiempos complicados
Por todo, para el presidente de la Rural de Puerto Deseado, “se vienen tiempos complicados, 2020 va a ser muy bravo y van a quedar secuelas para 2021”. “Tengo temor que productores que ya vienen complicados abandonen la producción con todo este parate sumado a la sequía, el puma, el abigeato y la baja del precio de la lana”, dijo Jolly, quien recordó que después de la erupción del volcán Hudson quedaron 8 millones de hectáreas de la meseta central de la provincia como un desierto, desconectadas, abandonadas, sin caminos, ni comunicación, ni seguridad. “Por eso desde la Rural hace seis años venimos luchando para que se arme un plan ganadero que promueva y facilite la repoblación de esos campos, pero se necesita infraestructura, que hoy va siguiendo la minería”, cerró Jolly.
Unas cinco horas al sur de Deseado, en Puerto Santa Cruz, la realidad no es muy diferente… o sí. “Nuestra zona ha ido quedando bastante vacía de productores, por abigeato, por los Parques Nacionales, por los perros y la falta de políticas”, relató James Lewis, presidente de la Rural de Puerto Santa Cruz. Uno de los temas a definir, en medio de la cuarentena, es la llegada de las cuadrillas de esquiladores de otras provincias (Chubut y Río Negro principalmente). “No es época de esquila, pero sí de pelada alrededor de los ojos y de ubres, para que cuando nazca el cordero pueda alimentarse mejor”, contó Lewis.
“Es complicado saber cómo seguirá de acá en más, pero espero que todo esto nos sirva para corregir errores, creo que el sector tiene un porvenir auspicioso, pero nos faltan cambios para que los jóvenes quieran incorporarse a la actividad”, propuso Lewis. Y cerró: “Respecto de cuando empezamos nosotros hoy han cambiado las posibilidades, podés tener pantallas solares, internet, tecnologías que nos permiten mejorar las condiciones de producción, pero hay dar la posibilidad para que todo eso ocurra”.
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