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“No fue algo que me esperaba, no fue algo que busqué incansablemente, sucedió muy de golpe“, reconoció Giuliana Mangione, la santacruceña que integra el Ballet Folklórico Nacional.
En diálogo con radio LU12 AM680, la riogalleguense de 26 años contó cómo llegó a ser parte del ballet estable.
El 4 y 5 de agosto, en la sede del Ballet Folklórico Nacional en CABA tuvieron lugar las audiciones. “Es algo que el ballet folklórico no hacía desde hacía siete años más o menos, entonces para muchos artistas era una oportunidad única, muchísima gente, y me incluyo, se anotó simplemente por eso, para vivir la experiencia, para compartir con la gente del ballet nacional. En las audiciones generalmente son los integrantes los que te dictan tus secuencias fotográficas, los que te están juzgando”, señaló.
“El primer día pasé a la segunda instancia y el segundo día, fui pasando las instancias y pasaba una atrás de la otra, no lo podía creer, todavía hoy no lo puedo creer”, aseguró.
En la última instancia tuvo que presentar una coreografía individual propia, lo que le generó mayor seguridad.
La búsqueda del ballet, organismo dependiente de la Dirección Nacional de Elencos Estables de la Secretaría de Cultura del Ministerio de Capital Humano, era de un un rol femenino y cuatro masculinos, pero finalmente convocaron a dos femeninos y siete masculinos. Además, la convocatoria era hasta los 27 años, por lo que de presentarse una próxima oportunidad, no hubiese sido posible que se inscribiera.
El lunes siguiente, la santacruceña recibió el llamado del coordinador de la audición. “Me contó que había quedado, yo no lo podía creer, hay días que me despierto y que no lo puedo creer“, manifestó.
A partir de allí, tras realizarse los trámites correspondientes, las incorporaciones se sumaron a clases y ensayos. “El 11 de septiembre fue el estreno de todos los nuevos integrantes, fue maravilloso, fue increíble porque hicieron una gala especialmente para nosotros. A partir de ahí nos fueron incorporando en cuadros para que cada vez tengamos la posibilidad de compartir más con ellos”, comentó.
En el folklore
Mangione comenzó su formación en la Escuela de Danzas Surdance Jazz Fusion Chiquidance, a cargo de Vanina Frontera, y en Buenos Aires continuó estudiando en la Universidad Nacional de las Artes (UNA). “Vanina fue una de las grandes personas que apoyó esa decisión y siempre me empujó para adelante”, mencionó.
Durante unas vacaciones de invierno en Río Gallegos, Mangione conoció a Micaela Gallardo, directora del Ballet La Querencia. “Ella me adentró al maravilloso mundo del folclore, que no conocía más que por lo que había aprendido en el colegio, me invitó a ser parte del ballet”, señaló.
“También lo conocí a Martín Catriel Guajardo, quien hoy gracias a la vida es mi compañero y también me adentró en el mundo folclórico, ya sea en la danza como en las peñas, en la calle, en la casa, en la guitarreada, todas esas hermosas situaciones las conocí y hoy las vivo gracias a él y a ‘Mica'”, valoró.
Su formación, de “danza clásica, contemporánea, la elongación y todo lo que aprendí porque me gustaba, me vino super bien para complementar con lo nuevo que me está gustando, que es el folclore”.
Destacó especialmente que su incorporación al ballet “es trabajo y la danza es trabajo, siempre”.
“Los jóvenes que están formándose, tomando clases y generando espacios, ballet, agrupaciones, en el sur, en el norte, en cualquier otro lado, tienen que saber que siempre está esa posibilidad de formar parte de un lugar que tenga mucho alcance, como hoy me tocó a mí y que vale mucho la pena seguir laburando por eso. Capaz que no está tan claro lo que uno quiere hacer o adónde quiere llegar, pero lo importante es seguir avanzando, mirar para adelante en tu camino y confiar en que si uno es constante, se esfuerza y lo trabaja, porque los sueños se trabajan, va a llegar”, manifestó.
“Los sueños se trabajan, pero se cumplen, confíen siempre en eso”, subrayó.
Finalizando, sostuvo que “es un cierre de año increíble. Estoy asentando todo lo que me pasó en estos tres meses, la gente que conocí, los lugares donde bailé y también todo lo que se que me espera para el año que viene, porque ya tienen planificado todo el 2025 y para cualquier bailarín que vive en la incertidumbre, eso es raro”.
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