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Nacido el 5 de noviembre de 1918 en Chiloé, el vecino de Santa Cruz, Ubaldo Cayún celebró este miércoles 107 años.
Tras décadas trabajando en el campo, donde sembraba papas, legumbres y trigo, en los años noventa, decidió migrar a la Argentina. En Río Gallegos, se asentó en el barrio Belgrano, donde construyó su casa y se estableció con su familia. Junto a su esposa tuvo a José, Laura y Álvaro.
“Mi papá vivió en el campo, fue muy trabajador y vino acá en el año ’94 – ’95, vino con mi mamá que ya hace 16 años falleció”, recordó Laura, la hija del medio de Ubaldo, a La Opinión Austral.
Actualmente, Ubaldo tiene siete nietos, 14 bisnietos y 8 tataranietos. Su día a día es tranquilo, le gusta tomar mate, ver deportes, en particular boxeo y fútbol, especialmente los partidos de su equipo: Colo-Colo, del que atesora la camiseta que le regaló su nieto “Pachi” con el 5 de Leonardo “Colo” Gil.
Le gusta mantenerse informado y a pesar de su edad, no tiene ningún problema de visión, en cambio su audición sí se ha visto afectada con el paso del tiempo.
Para su familia, especialmente para sus hijos, poder celebrar su cumpleaños es un verdadero privilegio.
“Es una alegría. En estos momentos, él se siente muy bien dentro de todo, no se le puede pedir más y lo mejor que tiene es su mente porque no la ha perdido para nada, otras personas en esa edad ya empiezan a hablar cualquier cosas. Lo único que tiene es el tema de sus oídos, pero eso también nosotros ya lo tenemos”, comentó riendo José, de 81 años, hijo mayor de Ubaldo, a La Opinión Austral.

“Doy gracias a Dios, todos los días. Di gracias a Dios, hoy cuando cumplió sus 107 años y lo tenemos todavía. Él tiene esa sordera, pero lo peor sería que tuviera dolor, pero no tiene dolor, escucha muy poco y se le va entendiendo menos lo que dice, habla abajo algunos días, otros días bien, no sé porque será”, comentó.

José recordó cómo fue Ubaldo como papá. “Como papá, fue lo mejor. La época cuando nosotros estábamos creciendo era muy difícil mantener una familia, crecimos en el campo. El trabajo del campo es duro con la siembra y él nunca se dejó para nada, siempre andaba, por eso nosotros a veces decimos ¿cómo vive tanto? porque su vida no fue la mejor, siempre fue un hombre de trabajo”.

Por su parte, Laura valoró: “Nos dio todo lo que pudo, no nos hizo faltar nada, no nos hicieron faltar nada a nosotros, tuvimos el cariño que es lo principal. No fueron padres malos, nos criaron con cariño y sin egoísmo y así somos nosotros, unidos, como nos criaron y así vamos siendo con nuestros hijos”.
Un deseo para papá
“Le deseo que sea lo mejor posible, que tenga todo, que Dios lo deje así y Dios quiera que si lo podemos tener unos años más… Nosotros nos reímos a veces porque decimos: ‘Éste nos va a dar una patada antes a cualquiera de nosotros’, porque uno lo ve y anda tranquilo”, manifestó José.
“Que Dios le de mucha salud y que no me lo lleve tan pronto, que viva unos cuantos años más. Me siento con mucha alegría, con mucha emoción de que tengo a mi papá, todavía lo tenemos”, cerró Laura.
Este miércoles, con la exquisita torta preparada por su nieta Soledad, le cantaron el feliz cumpleaños y sopló las velitas. Este sábado celebrarán a lo grande con un asado, ocasión en la que serán alrededor de 30 los que agasajarán al “guapo” de la familia: don Ubaldo.
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