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Este domingo se celebró la 66º edición de los premios Grammy en el estadio Crypto.com Arena de Los Ángeles y la provincia de Santa Cruz tuvo su representante en la entrega de los premios más importantes de la industria musical. Leandro Álvarez, reconocido productor musical oriundo de Río Gallegos, ganó en el rubro “Mejor Álbum de Música Infantil“, con el trabajo “Crecemos Juntos Canciones Preescolares”, del grupo colombiano 123 Andrés.
La Opinión Austral conversó con su madre, Patricia Álvarez, que contó cómo vivió la noche soñada y los inicios de su hijo en el terreno de la música.
“Son muchas emociones juntas, se vive a la distancia pero muy cerca. No termino de emocionarme todos los días con él. Siempre tiene distintas noticias para darme, lo de ayer no lo podía entender. Él me decía lo mismo por teléfono: ‘mamá no entiendo nada'”, contó su mamá visiblemente emocionada.
Leandro vive en Estados Unidos junto a su mujer y sus pequeños dos hijos, allí partieron para poder vivir de la música, pero el camino para abrirse lugar en la industria no fue fácil cuenta su mamá.
El arte es una constante en su vida y siempre estuvo marcada por la música de algún modo u otro; empezó en el terreno de la danza: “A los 4 o 5 años tenía un montón de ideas, era hiperactivo y muy creativo en todo pero le llamaba la atención la música. Lo que le pusieras enseguida lo seguía, rememora Patricia.
“Yo lo llevaba a varias actividades para ver que le gustaba más, fútbol, karate, básquet, pero cuando lo llevé a la escuelita de Danzas de Folclore, de ahí no salió nunca más”.
Ahí empezó a llamar la atención de profes y jurados, lo empezaron a elegir como mejor bailarín, mejor pareja, malambista norteño, sureño y se fue ganando su espacio dentro del ámbito de Río Gallegos, primero, y con el tiempo, también en el provincial.
En 2009, a los 14 años, viajó a Barcelona representando a Argentina, también bailó en Cosquín como representante juvenil y malambista sureño, donde fue galardonado a nivel nacional. También ha sido reconocido en el Congreso Nacional en Buenos Aires, en representación a la cultura.
“Lleva la música en el alma y en el corazón. A veces decimos que es el doble premio, porque el no estudió música sino que todo fue por sus propios méritos naturales y su vocación, siguió su camino y voló. Lo dejé volar y eso fue importante”, destaca con orgullo de madre.
Y agrega: “Dicen que nadie es profeta en su tierra y yo creo que es así. En Gallegos no tenia espacio, entonces se fue a Buenos Aires”. Allí formó su familia, se casó y tuvo dos hijos. Hace un tiempo decidieron partir a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades laborales.
“Cuando me dijeron que se iban, los empuje para que vayan con el dolor del alma porque no lo iba a ver tan seguido. Las distancias cuestan, pero estoy feliz porque esta logrando lo que se propuso y estoy orgullosa porque lo hizo solo. No golpeó puertas, no pidió nada, le costó mucho trabajar de esto. Los primeros pasos cuestan, con la música no todos los meses cobrás un sueldo”, señaló.
“No es fácil para él porque es un chico humilde, todo lo que ha logrado le ha costado mucho, pero nunca bajó los brazos. Le costó mucho irse de Argentina, extraña mucho y eso es algo que le jugaba en contra en este último tiempo”, señaló.
“Gracias a Dios tiene una esposa que lo acompaña muchísimo, hacen un duo brillante los dos. Ayer le agradecía a ella porque atrás de un gran hombre hay una gran mujer y yo lo agradezco muchísimo eso”.
Para cerrar, Patricia le dedicó unas palabras a su hijo: “Este es el primer paso de muchos más. Viví este momento es hoy, pero vienen muchos más grandes, porque creo que no tiene techo. Ningún ser humano debería ponerse techo porque todo se puede lograr. Él no se lo puso y hoy esta volando”.
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