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Este jueves 8 de mayo por la mañana, el centro de Río Gallegos fue escenario de una emotiva manifestación de fe en el Día de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina. La comunidad educativa del Colegio Salesiano Nuestra Señora de Luján organizó una procesión por las calles de la ciudad, con la participación activa de docentes, padres, alumnos y vecinos, quienes marcharon con cantos, música y la imagen de la virgen bajo el lema: “Caminamos juntos con alegría y esperanza”.
Desde las 10:30 de la mañana, el movimiento comenzó a gestarse dentro del colegio, donde estudiantes de distintos niveles se agruparon para iniciar el recorrido por el centro de la ciudad. La segunda procesión, prevista para las 15:00 horas, redobló la participación de familias y miembros de la comunidad parroquial. Ambas peregrinaciones se llevaron a cabo con acompañamiento musical, rezos y expresiones de fe que pintaron de celeste y blanco las calles de la capital santacruceña.
Un homenaje que unió a toda la comunidad
La actividad fue organizada por la Casa Salesiana de Río Gallegos como parte del calendario litúrgico y educativo. La Virgen de Luján fue llevada en andas por los jóvenes, mientras a su paso se sumaban vecinos, todos abrigados con camperas.
Durante la jornada, los estudiantes reflexionaron sobre el rol de la Virgen como símbolo de protección y guía. Algunos cursos prepararon carteles con mensajes de esperanza y otros entregaron intenciones personales para ser ofrecidas en la misa central del día.
Misa central en la Catedral de Río Gallegos
La jornada culminará con la celebración de la Santa Misa a las 19:00 horas en la Catedral, que será presidida por autoridades de la diócesis y abierta a toda la comunidad. Allí se colocarán las ofrendas.
Esta fecha no solo recuerda la figura mariana que acompaña al pueblo argentino desde su proclamación como Patrona Nacional, sino que también fortalece los lazos entre familias, escuelas e instituciones religiosas de Río Gallegos.
Día de la Virgen de Luján: por qué se celebra hoy, 8 de mayo, en toda Argentina
Miles de fieles en todo el país celebran este jueves 8 de mayo el Día de la Virgen de Luján, patrona espiritual de la Argentina. Se trata de una de las figuras más emblemáticas del catolicismo nacional y su historia está profundamente arraigada en la identidad cultural y religiosa del país.
La historia se remonta al año 1630. Según la tradición, una carreta transportaba desde Brasil dos imágenes religiosas con destino a Santiago del Estero.
Al llegar a orillas del río Luján, en la provincia de Buenos Aires, los bueyes se detuvieron de manera inexplicable y no hubo forma de hacerlos avanzar. Al descargar una de las figuras , la de la Virgen María, la carreta volvió a moverse, lo que fue interpretado por los presentes como una señal divina: la Virgen quería quedarse en ese lugar.
Así nació la devoción a la Virgen de Luján, que desde entonces es considerada protectora del pueblo argentino.
¿Qué importancia tiene el 8 de mayo?
La fecha recuerda aquel momento milagroso en el que la imagen quedó en Luján. Con el tiempo, este hecho dio origen a una fuerte tradición mariana que, siglos después, sigue vigente.
En 1930, el Papa Pío XI proclamó oficialmente a la Virgen de Luján como patrona de la República Argentina, lo que consolidó su lugar en el corazón de los fieles.
Cada año, miles de creyentes también se movilizan para conmemorarla en su famosa peregrinación, que suele darse entre septiembre y octubre.
Una oración para pedirle ayuda a Nuestra Señora de Luján:
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy a lzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia tí… Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos…
Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.
Te pedimos madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.
Haz madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca: ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!
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