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Una historia que llegó a La Opinión Austral sorprendió a toda la comunidad. Si bien se volvió usual que muchas mascotas se pierdan, entre ellas algunas exóticas como aves tortugas, en este caso tuvo una particularidad.

Se trata de “Panchita“, la tortuga que había desaparecido a fines de noviembre en Río Gallegos, había transcurrido bastante tiempo, pero la búsqueda no cesaba.

Micaela Saldivia, madre de las pequeñas Candela Francina, contó en aquella oportunidad a Radio LU12 AM680: “Estuvimos un rato con la puerta abierta, mientras bajábamos todas las cosas de mi nena (que está internada), y se nos escapó por la puerta de entrada“, había relatado.

Cuando sale “se esconde, porque no está muy acostumbrada a andar afuera, siempre que la sacamos estamos vigilándola“, agregó. Cabe señalar que la vivienda de la familia se encuentra en inmediaciones de calles Cañadón Seco Costa Rica.

La vecina recordó que es la tercera vez que “Panchita” se escapa. “En diciembre del año pasado estábamos arreglando la casa, había albañiles, dejaron la puerta abierta y se escapó, la encontró una chica a la vuelta y la tuvo hasta que yo la busqué”.

Hoy la historia dio un giro y gracias a una vecina que la encontró, “Panchita” volvió a su hogar. El móvil de La Opinión Austral se acercó a la vivienda de la familia y habló con Candela, la niña de diez años que felizmente se reencontró con su mascota.

“Estoy muy bien, muy feliz, no la encontrábamos hace mucho. Una vecinita que se llama Viki nos la trajo, estaba tirando la basura me contó y justo la encontró atrás de la camioneta de su papá”, relató la niña alegremente.

Seguidamente, recordó: “La buscábamos hace mucho tiempo. Panchita es muy especial porque me la regaló mi abuelita que falleció. Es la tercera vez que se escapa, es la primera vez que se fue por tanto tiempo, antes la habíamos encontrado rapidísimo”, describió.

Contó que, ahora, “la vamos a cuidar más para que no se escape” y detalló qué come su mascota: “Le damos de comer zanahorias y tomates nada más, porque después no come más cosas, la bañamos también y la cuidamos mucho”.

Afortunadamente, y para cerrar, Candela mencionó que “cuando la encontramos estaba bien, por suerte no la mordió ningún perro”.

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