José Saracano es símbolo del oratorio del Colegio Salesiano de Río Gallegos, un espacio que años después se replicaría en la Escuela Laboral “Domingo Savio” para convertirse en itinerante, visitando los barrios Madres a la LuchaLos LolosBicentenario y San Benito.

Tras el fallecimiento del religioso en febrero de este año, desde la Casa Salesiana solicitaron al Municipio la posibilidad de realizarle algún reconocimiento.

Finalmente, el miércoles pasado el equipo directivo de la Casa Salesiana recibió la noticia de que en el barrio San Benito en calle 13, entre 8 y 10, se inaugurará una plaza que llevará el nombre del religioso.

“Para nosotros es algo muy importante, es un reconocimiento a una persona que como religioso dio 30 años de su vida a Río Gallegos y trascendió el espacio de la escuela”, manifestó el director de la Casa Salesiana, Héctor Acosta, a La Opinión Austral.

En este sentido, recordó que cuando se ubicó un altar en el patio para despedirlo “vino mucha gente que no era de la escuela, lo había conocido en la pesca, él era un fanático de la pesca, o lo veía en la calle y conversaba con él. Además, fue profe de italiano en el Nacional, por lo que muchos alumnos de aquellas épocas vinieron a saludar o enviaron una condolencia”.

En este sentido, destacó: “Era importante que tuviera un reconocimiento, que sea una plaza nos pone muy contentos, tomamos la noticia como una grata sorpresa, es el espacio que necesita José: una plaza llena de chicos“.

Cabe mencionar que Saracano llegó a Santa Cruz a muy corta edad y fue alumno pupilo en su niñez y adolescencia en la capital provincial, mientras su padre se encontraba trabajando en Río Turbio. Años después regresaría a Río Gallegos, ya como religioso.

Con los pibes, en el patio salesiano.

Sobre cómo era Saracano, Acosta destacó: “José era muy compañero de los grandes y en el oratorio con los chicos daba la palabra justa en relación a la conducta, el valor, la disciplina. Además, tenía un don que detectaba si un chico estaba mal y de qué manera se lo podía ayudar. Era el símbolo del acompañamiento salesiano, escuchar y dar una mano dentro de lo que permita el otro. Quienes hoy llevan adelante el oratorio son discípulos de él, marcó a mucha gente”.

Recordó que “siempre cerraba sus encuentros con una oración acompañado por María Auxiliadora y don Bosco, pero tenía una forma especial de decirlo que no era relatando la biblia, entonces los mensajes llegaban con una adaptación que él sabía hacer muy bien. Nosotros tendremos que llevar adelante ese reflejo”.

El espacio que desde este domingo a las 16:30 llevará su nombre está casualmente ubicado frente a una cancha de fútbol a la que el oratorio itinerante llega cada fin de semana hace cuatro años. Es de destacar que el acto contará con la presencia del equipo directivo y del vicario inspector de la Inspectoría Salesiana Argentina Sur, Osvaldo Braccia.

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