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Las redes sociales y los corazones de los vecinos se llenaron de emoción este 15 de mayo. No es para menos: Juana Isabel Bonilla, la vecina más longeva y entrañable de la ciudad, cumple nada menos que 101 años, y el cariño hacia ella no se hizo esperar.
Juana nació en Punta Arenas en 1924, pero desde que tenía apenas 10 días de vida, Río Gallegos es su hogar. Su vida es prácticamente un retrato viviente de la historia local: cursó la primaria en la Escuela N°1 —cuando las clases eran solo en verano—, recuerda calles de tierra, la vida en comunidad, y a sus queridos maestros, como Miranda y Sofía.
El día anterior a su cumpleaños, recibió a La Opinión Austral con la misma sonrisa que la acompaña desde hace más de un siglo. Compartió fotos, anécdotas, el secreto de su vitalidad (“no coman chatarra, hay que comer sano para andar bien”) y hasta reveló que su comida favorita sigue siendo el asado, bien acompañado por achuras.
Este miércoles, en el 101 aniversario de su nacimiento, Juana recibió un aluvión de saludos. Desde primeras horas del día, vecinos, conocidos y hasta quienes solo la conocen por sus relatos, inundaron las redes con mensajes llenos de ternura y admiración.
“Sos la flor más linda, bella mujer. ¡Feliz cumpleaños, tía Juanita, te queremos!”, escribió su sobrina Angelica Prado.
“¡Feliz cumpleaños! Se la ve espléndida y lúcida. ¡Cuánto tendrá para contar sobre la ciudad!”, escribió Carmen Álvarez.
Rosa Calisto también se sumó: “Muy feliz cumpleaños, que tenga un día de mucho amor, querida abuela!!!!”, mientras que Julia Godoy destacó: “Qué linda verla así, una señora grande, risueña, chin chin”.
Los mensajes no se detuvieron. En cada palabra, en cada comentario, se reflejaba algo más que un simple saludo: era la expresión de una comunidad que se reconoce en su historia viva, en una mujer que ha atravesado un siglo y un poquito más con buen humor, recuerdos intactos y una cordialidad que define su personalidad.
Aún después de una operación a los 99 años por una caída, Juana se levanta cada mañana con buen ánimo, a veces apoyada en su bastón o su “catanga”, como llama al andador que usa de vez en cuando.
Hoy, Juana no pidió regalos. “Ando bien de salud, no pido nada”, dijo con humildad. Pero seguramente el fin de semana llegará lo que más disfruta: un asado, tal vez preparado por su nieto Marcelo, y rodeada de su hija, sus siete nietos y sus doce bisnietos.
Con su habitual sonrisa y la sabiduría de una vida plena, Juana cerró su entrevista con un consejo para una vida larga: “No coman chatarra, hay que comer sano para andar bien”.
Hoy, Río Gallegos celebra más que un cumpleaños: celebra la vida de una mujer que es parte de su alma. ¡Feliz cumpleaños, Juana!
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