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Las palabras son utilizadas para comunicarnos, pero en su uso se deben considerar las variables que, pareciese que no, pero son muchas. A veces, olvidamos que todos somos diferentes y en esas diferencias, si bien podemos lograr comunicarnos, es importante tener presente las características de la otra persona y que siempre hay formas, sólo hay que tener el interés en encontrar el camino.

En el marco del Día del Orgullo Autista, La Opinión Austral buscaba una persona joven o adulta con diagnóstico de TEA que quisiese y pudiese compartir su experiencia y su mirada.

Lautaro Enrique Lamas fue diagnosticado con trastornos generalizados del desarrollo cuando tenía siete años, en la actualidad, con 22 años, tiene autismo.

Está rindiendo sus últimas materias del secundario, realiza instalación y reparación de equipos informáticos, y en la Fundación TEA Santa Cruz está aprendiendo como mantener el orden y el control, organizar horarios y arreglar el patio. Utiliza el transporte público con la SUBE gratuita -mediante la presentación de su Certificado Único de Discapacidad– y está empezando a desarrollar su independencia y autonomía.

¿Cómo es tener TEA?

Lautaro Lamas: Tener TEA al principio fue complicado, ya que me costaba expresarme, socializar, entender al resto y muchas cosas más que, aunque difíciles al principio ahora puedo hacerlas con mucha más facilidad, si bien algunas cosas me siguen costando por cuestión de ‘vergüenza’, gracias a las personas que me han ayudado de Fundación TEA Santa Cruz hoy en día puedo lidiar con estas adversidades de manera más sencilla e independiente.

¿Qué dificultades enfrentas en el día a día? ¿Cómo las resolvés?

LL: En mi vida diaria el TEA es algo curioso, por así decirlo, ya que me lo tomo todo de manera literal y directa, ya sea por mensaje/llamada o en persona. Un ejemplo claro serían las indirectas o las peticiones/órdenes con pasos sin mucho detalle; todo esto lo trato de resolver pidiéndole a la persona que si me lo puede repetir o que si puede ser más clara al respecto de lo que me está tratando de decir.

¿Crees que quienes no tienen TEA saben y/o entienden en qué consiste y cómo relacionarse con personas que tienen TEA?

LL: Cuánto entendemos quienes no tenemos TEA o cómo relacionarnos con quienes sí lo presentan. En mi experiencia, casi todas las personas con las que he hablado y comentado mi autismo no entendían muy bien mi condición, así que les explique lo que necesitaban saber para hacernos entender de manera correcta y sana.

Cuando me he encontrado con personas que tienen autismo, se muestran avergonzadas de su condición y prefieren no decirlo, lo entiendo perfectamente ya que aún hoy en día me cuesta un poco socializar, pero el hecho de tener autismo no es algo para avergonzarse, ya que no te hace ni más ni menos que cualquier ser humano y no es motivo para sentirse algo que no eres ni mucho menos lo que aquellas personas mal intencionadas dicen que nosotros somos.

“Me gustaría que la gente tenga más conciencia del tema”.
LAUTARO LAMAS

Cuando les comento a esas personas que yo también tengo autismo, se sienten aliviadas y se sienten contentas por, ‘según yo’, al fin encontrar una persona con su misma condición, al menos eso a mí me transmite algo de seguridad y me hace sentir bien sabiendo que hay más gente como yo, si bien no todas las personas que tenemos autismo tenemos las mismas capacidades eso no quiere decir que nos deban tratar diferente ni despreciar por quienes pueden hacer más o menos.

¿Qué crees que podría cambiarse socialmente para que no sea un tema tan ajeno a la sociedad? ¿Qué te gustaría que cambie?

LL: Tengo fe de que en un futuro la sociedad podría cambiar su visión sobre el tema del autismo para que no sea un tema ajeno y que de vergüenza hablarle a alguien porque, como dije antes, no hay que avergonzarse por las condiciones y situaciones que tenemos que conllevar en el día a día ya que es parte de lo que nos hace tan únicos como personas. También me gustaría que la gente tenga más conciencia del tema ya que eso nos podría ayudar a todos en el futuro para poder hacernos entender y lograr mejores cosas para todos.

Para finalizar, me gustaría decir algo para aquellas personas autistas que están tomándose la molestia de leer esto: no están solas.

Sé que se les puede hacer complicado hacer amistades ya sea por miedo o vergüenza de lo que digan los demás. Actualmente, tengo un mejor amigo que tiene el apodo de “XXII”, desde el principio se ha mostrado amable conmigo y siempre se ha mostrado a disposición para ayudarme a pesar de mis dificultades, confió en que si él fue bueno conmigo, haya más personas buenas con las personas autistas.

Detrás de la entrevista

Lautaro es hijo de Silvina Lamas, presidenta de Fundación TEA Santa Cruz y titular del área de Políticas de Discapacidad del Municipio de Río Gallegos, y fue consultada por La Opinión Austral ante el interés de realizar una entrevista de este tipo.

“Estructura” y “desafíos” fueron dos palabras que mencionó por lo también resultó interesante que ella pudiese explicar qué variables hubo que considerar para poder conocer la experiencia de alguien con TEA que, en esta oportunidad, fue Lautaro.

“El estigma en discapacidad es muy fuerte, lo que hace que muchos no quieran identificarse”.
SILVINA LAMAS

Todos presentamos desafíos y necesitamos distintos tipos de apoyos para lograr nuestros objetivos. En esta oportunidad, donde la idea era una entrevista a una persona adulta con condición del espectro autista, lo primero fue poder pensar en alguien que accediera a hacerla”, explicó Silvina.

El estigma en discapacidad es muy fuerte, lo que hace que muchos no quieran identificarse, pero también fue fundamental pensar en alguien que tuviera conciencia de su condición (con lo diverso del ‘espectro’). Luego al pensar en el formato, la inmediatez del cara a cara al momento de entrevistar implicaba un desafío aún mayor, por lo que poder contar con las preguntas escritas resultó la mejor opción, ya que permite poder realizar los ajustes/apoyos necesarios, respetar los tiempo de proceso y formulación de respuestas”, expuso.

“Lautaro cumplía con los requisitos, y además, pudo interpretar las preguntas abiertas que la periodista envió (no siempre fue así, recibió apoyo escolar y terapéutico desde los cuatro años, algo fundamental)”, precisó.

Asimismo, amplió que “Lautaro necesitó tiempo para tomar la decisión, explicaciones respecto al por qué de la nota, consultó sobre si podía utilizar Word para escribir las respuestas, me escribió consultas para ver si estaba interpretando bien las preguntas y rompió el miedo a exponerse públicamente“.

Cerrando, Silvina manifestó que “‘Lau’ aún necesita apoyos, tal como lo comenta en la nota, una estructura definida, recordatorios, agenda, tiempos para procesar la ‘info’, intervención de profesionales, contención familiar, respeto por sus tiempos, comprensión de sus pares y entorno, confianza en sus posibilidades y por sobre todo, oportunidades… una lista conocida ¿no? ¿No es acaso lo que necesitamos todos? Sí, pero lo que para muchos es simple y de fácil acceso, para las personas con condición del espectro autista es un verdadero desafío y depende muchas veces de la ‘buena voluntad’ (responsabilidad, empatía, conciencia social, etc.) del otro”.

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