Your browser doesn’t support HTML5 audio
El 28 de enero Martina Leiva Campos cumplió 15 años y el 1° de febrero le informaron a su familia que debían derivarla a la Ciudad de Buenos Aires para estudios complementarios.
En marzo, el diagnóstico indicó sarcoma de Ewing, un tumor óseo maligno que se forma en el hueso o en el tejido suave a su alrededor.
La adolescente debía iniciar un tratamiento de 40 semanas, tiempo durante el cual atravesó 10 quimioterapias, una operación y 31 sesiones de radioterapia complementarias para eliminar el tumor completamente en el Sanatorio Finochietto.
Después de la operación y la biopsia, el diagnóstico se modificó a sarcoma sinovial monofásico grado II.
“Fue un momento difícil y de incertidumbre, pero por suerte el nuevo diagnóstico implicaba un tratamiento un poco más corto, lo que termino siendo favorable para ella. Gracias a Dios, pudo superar exitosamente su enfermedad, eliminó el cáncer completamente“, contó Natalia, su mamá, a La Opinión Austral.
Sobre cómo lo vivió la familia, relató: “Fue un proceso muy duro en el que su papá Nicolás y yo tuvimos que trasladarnos hasta aquí con ella todo este año, él dejando a su bebé de tres años. Toda nuestra familia quedó en Río Gallegos, turnándose para poder viajar algunos días a acompañarnos”.
Quien también viajó, a mediados de año, para acompañarla fue “Muñeca“, la mascota de Martina, que regresará junto a ella este lunes a la capital provincial.
“Estábamos solos, lejos de todos nuestros afectos, fue un enorme esfuerzo por parte de ambas familias, fue muy duro y muy doloroso, ya que jamás nos hubiésemos imaginado que nos tocaría a nosotros, como papás, lidiar con un enfermedad así con nuestra pequeña niña”, agregó.
De nombre, “guerrera”
Por su origen latino, el nombre Martina, versión femenina de Martín, significa “consagrado o relativo al dios Marte”, mientras que en la antigua Grecia Marte equivale al dios griego Ares, el dios olímpico de la guerra. Así, Martina significa “guerrera”.
“‘Marti’ en todo momento fue muy optimista, el tratamiento deterioró muchísimo su salud, pero jamás bajó los brazos, ella nos dio la fuerza para poder acompañarla. Nosotros, como papás, si bien no somos pareja, siempre fuimos unidos y fuimos familia, eso fue algo que nos facilitó ya que nos sostuvimos mutuamente”.
“Es una gran guerrera que se ganó nuestra profunda admiración y de mucha gente que en todo este año nos ha apoyado, tanto afectiva como económicamente, ya que sustentar una vida acá aparte de mantener nuestra vida en Río Gallegos era muy difícil. Estamos eternamente agradecidos por la calidez, amor y empatía que nos demostraron todos en todo momento”, resaltó.
Este año, Martina debía cursar 3er año en el Colegio Salesiano “Nuestra Señora de Luján” y sobre la Casa Salesiana, Natalia tiene un párrafo aparte.
“Como familia agradecemos a todo el equipo directivo de la institución salesiana que jamás nos dejó, fue becada todo el año, nos ayudaron a conseguir docentes aquí para que ella pudiera cursar desde el domicilio y no perder el año escolar”, contó y añadió que “realizaron colectas, hubo videos de sus compañeros y estuvieron en contacto permanente, brindándole un afecto que fue fundamental en su estado anímico; jamás vamos a tener palabras para agradecer tanto“.
Volver
Desde Buenos Aires y contando las horas para tomar el vuelo que este lunes las traerá de regreso a Río Gallegos, para lo que hay una gran bienvenida preparada, Natalia manifestó: “Después de 10 meses, retomaremos nuestra vida en nuestra querida ciudad“.
En enero, Martina deberá viajar para realizarse controles. “Así estaremos por mucho tiempo, porque esta enfermedad demanda controles estrictos en los primeros meses”, señaló, pero resaltó que “podremos pasar las fiestas con nuestros seres queridos y para nosotros, como familia, es lo que más deseábamos porque era lo que ella quería y lo logramos, ella con su fuerza lo logró y no damos más de orgullo“.
Consultada sobre qué le gustaría decirles a otras familias que estén atravesando una situación similar, Natalia manifestó: “Como mamá no tengo mucho para decir, no le deseo a nadie tener que pasar por esta situación. Conocimos a muchas familias y a muchos niños que hoy son ángeles, es un proceso delicado y muy movilizante, todo siempre está en manos de Dios, nunca hay que perder la fe, aunque haya días mucho más difíciles que otros”.
Recordó que “hubo días en los que ‘Marti’ ni siquiera despertaba, pasaba días sin comer o apenas podía moverse y eso en el corazón de una madre te desmorona y es desesperante, pero hay luz al final de este camino, y te enseña a valorar la vida de otra forma”.
“Sólo me queda decir gracias a Dios, a mi familia que nos sostuvo en todo momento, a cada persona que rezó por ella y le envió buenas energías, a todos y cada uno: gracias. Ella es nuestro motor, después de tanto tiempo, sólo nos queda festejar la vida, festejar su vida“, concluyó.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario