El 1° de noviembre, Moisés Eduardo González Guerrero cumplió la meta de todo estudiante universitario, graduarse.

En el Campus Universitario de la UNPA-UARG, el alumno de la Licenciatura en Psicopedagogía se convirtió en licenciado. Allí fue agasajado por su esposa, amistades, compañeros, docentes y no docentes.

Moisés Eduardo residía en Río Gallegos desde 2012. Fue el amor el que trazó un camino que hizo que el profesional mexicano se mudase al sur de Argentina para estar cerca de Marisa Sandoval, su esposa.

Entre 2014 y hasta aproximadamente 2017, fue docente de Informática de 1° a 5° año de secundaria e integrante del departamento de Informática del ICEP. También se desempeñó como secretario docente de primaria. Su paso dejó huella, era muy querido por sus alumnos.

Hace algunos años comenzó a cursar la Licenciatura en Psicopedagogía y durante ella tuvo como docente a María Elva Díaz, primero en Seminario de Análisis de la Práctica Profesional y luego en Clínica Psicopedagógica.

Alejandro Schweitzer, Betina Ferrante, Moisés y Mara Cárcamo. FOTO: UNPA – UARG

Díaz destacó como rasgos distintivos del alumno que era “muy estudioso y aplicado, buscaba investigar más sobre los temas que tratábamos. Siempre estaba rodeado de compañeros, establecía lazos de amistad duraderos. Era muy cordial y amable, le gustaba dar conversación”.

En agosto pasado a Moisés le diagnosticaron un tumor e inició un tratamiento. Sin embargo, no dejó de lado su objetivo, le restaban cuatro finales para graduarse. Fue así que en septiembre rindió dos y en las mesas de octubre, los dos últimos.

Su pasión por el conocimiento lo había llevado también a cursar una Maestría en Entornos Digitales, en la que convergieron sus intereses. Ya había presentado su trabajo final: “Google Sites como herramienta complementaria para el aprendizaje autoasistido de Clínica 2”. Una propuesta que elaboró tras observar las clases de Díaz y que, en reconocimiento a su labor, la licenciada incorporará al programa de su cátedra.

La semana pasada Moisés debió ser internado. En las últimas horas, a los 48 años, falleció.

Este jueves, sus afectos le dieron el último adiós a un hombre que será recordado por la calidez y amabilidad que brindó diariamente a cada una de las personas que conoció en su paso por la Patagonia.

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