El Consejo Federal Pesquero aprobó la semana pasada -por unanimidad- el Plan de Manejo del Langostino. Hubo polémica desde la arista empresarial del sector ante ciertas limitaciones que, según explicaron a este medio, “mejoran el protocolo de manipulación” del producto. En tal sentido, Santa Cruz y Chubut no permitirán la captura de la especie en todo el Golfo San Jorge.

“Teniendo en miras la formulación de un plan de manejo, el Consejo ha llevado a cabo, entre los meses de diciembre de 2017 y abril de 2018, reuniones en varias localidades portuarias de las provincias con interés en la captura de la especie langostino, de las que se han recogido las observaciones, sugerencias y solicitudes de los diferentes actores y cámaras empresarias, y también ha realizado una reunión especial con el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP)”, cuenta en sus considerandos la resolución por la que el Consejo Federal Pesquero aprobó el Plan de Manejo del Langostino.

“Dichas reuniones ?continúa el texto- revelan la necesidad de revisar las medidas actualmente vigentes, de incorporarlas en un cuerpo normativo contemporáneo, y de reflejar una política de administración adecuada al estado actual del recurso, para planificar el desarrollo sustentable de la pesquería, con el objetivo de la conservación en el largo plazo del recurso, y fijando pautas concretas para que los procesos industriales sean ambientalmente apropiados, procuren la obtención del valor agregado y el empleo de la mano de obra argentina”.

“Hemos conversado y discutido con todos los actores del sector acerca del langostino con el objetivo de amalgamar diferencias”, amplió a La Opinión Austral el consejero y secretario de Pesca de Santa Cruz, Carlos Liberman. En el medio hubo grandes discrepancias y planteos de la arista empresarial que se sintió avasallada por los cambios que introduciría el Plan con miras a mejorar la calidad de la especie.

Nuevos requerimientos

“Las provincias del Chubut y de Santa Cruz se comprometen a no permitir la captura de la especie langostino en todo el Golfo San Jorge por el corriente año y hasta por un período de cinco años”, señala la disposición y se refiere a un pedido del que ?expresamente- Liberman viene levantando la bandera hace tiempo: pescar el langostino en aguas nacionales. Eso implicaría que (por un proceso natural de crecimiento de la especie) tiene una talla de mayor preponderancia (L1, L2) en esas aguas que la que alcanza a tener dentro del Golfo San Jorge (L4, L5). “Se trata de redirigir el esfuerzo para lograr calidad”, sostuvo el funcionario.

Por consiguiente, se estableció que el Consejo “compensará los efectos de los compromisos provinciales asumidos en la medida en que no se permita la captura de langostino en el Golfo San Jorge, con la asignación a cada una de las provincias indicadas de un cupo social de 3.800 toneladas anuales, para que sean utilizadas por los buques fresqueros que las provincias aludidas nominen. Tales buques deberán desembarcar la totalidad de las capturas de langostino en dichas provincias disposiciones relativas a la operatividad”. “Pesquemos el langostino cuando es L1, pero reconozcámosle a la provincia ese accionar para que así el esfuerzo lo hagamos de manera colectiva”, argumentó el secretario de Pesca.

El debate para converger en el Plan de Manejo fue bastante cuestionado justamente por ese punto, sin embargo, según aseguró Liberman, los nuevos requerimientos “limitan para asegurar la calidad en volúmenes que son notables. En Puerto Deseado, históricamente los volúmenes eran de 30 mil toneladas y ahora son de 240 mil. Se octuplicó”, enfatizó.

Los otros dos cambios importantes son la cantidad de horas de operación (tiempo en que los buques permanecen pescando y conteniendo el producto): pasarán de 96 a 72 horas. “Mejora la calidad y se trata de un avance muy importante”, agregó.

El otro punto es que “en los buques fresqueros que capturen langostino se deberá realizar a bordo el tratamiento adecuado que mantenga la calidad y frescura del producto, y utilizar a bordo cajones con hasta 17 kilogramos de producto hasta el 31 de diciembre de 2018 y hasta 15 kilogramos de producto desde el 1° de enero de 2019”.

“El gran objetivo de todos estos cambios es cuidar el valor del langostino en el mercado interno y para su exportación a través de la mejora de los protocolos de manipulación”, afirmó Liberman.

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