En su videomensaje de Navidad, los obispos de la Región Patagonia-Comahue retoman la frase “Te he amado”, palabras que abren y cierran la primera exhortación del papa León XIV.

Es un fragmento de la carta del Apocalipsis a los cristianos de Filadelfia, “una comunidad que bien podría ser de cualquiera de nuestras diócesis patagónicas, destruida por terremotos y acostumbrada a volver a empezar, como cada rincón de nuestra Argentina”, abre el mensaje.

El obispo del Alto Valle del Río Negro, Oscar Miñarro dice: “Contemplar el amor de Cristo nos ayuda a poner más atención al sufrimiento y a las carencias  de los demás, pero también nos hace fuertes para participar en su obra de liberación como instrumentos para la difusión de su amor”.

En el llamado a reconocerlo en los pobres y sufrientes se revela el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y opciones más profundas con las cuales todo santo intenta configurarse”, suma el obispo auxiliar de la Diócesis de Río Gallegos, Fabián González Balsa.

“El corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres. Todo el camino de nuestra redención está signado por los pobres”, recuerda el obispo de Comodoro Rivadavia, Jorge Wagner.

El obispo de la Diócesis de Río Gallegos, Ignacio Medina continua diciendo que “de nuestra fe en Cristo hecho pobre y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota la preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad“.

“Existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Cada ser humano es hijo de Dios. En él está impresa la imagen de Cristo. Se trata entonces que nosotros seamos los primeros en verlo y así podamos ayudar a los otros a ver en el inmigrante y en el refugiado, no sólo un problema que deba ser afrontado, sino un hermano y una hermana que deben ser acogidos, respetados y amados. Una ocasión que la providencia nos ofrece para contribuir a la construcción de una sociedad más justa, una democracia más plena, un país más solidario, un mundo más fraterno y una comunidad cristiana más abierta de acuerdo con el evangelio”, reflexionó el obispo de Neuquén, Fernando Martín Croxatto.

“El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz“, señala el obispo prelado de Esquel, José Slaby

El obispo de Viedma, Esteban María Laxague continua diciendo “que en esta Navidad, podamos vivir el silencio de Belén que se hace oración acrecentando así nuestra fe, que se hace amor y servicio y podamos vivir entonces la paz que nos trae el Niño Dios”.

“La propuesta del Evangelio no es sólo la de una relación individual e íntima con el Señor. La propuesta es más amplia es el reino de Dios. Se trata de amar a Dios que reina en el mundo. En la medida en que él logre reinar entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos”, afirma el obispo de San Carlos de Bariloche, Juan Carlos Ares.

Cerrando el mensaje, el obispo de Rawson, Roberto Álvarez, expresa que “cualquier comunidad de la iglesia en la medida en que pretenda subsistir tranquila sin ocuparse creativamente y cooperar con eficiencia para que los pobres vivan con dignidad y para incluir a todos también correrá el riesgo de la disolución. Aunque hable de temas sociales o critique al gobierno, fácilmente terminará sumida en la mundanidad espiritual, disimulada con prácticas religiosas, con reuniones infecundas o con discursos vacíos”.

En el cierre del video, señalan: “Te he amado nos ha dicho Jesús cuando se hizo hombre. Te he amado, lo vuelve a recordar cada Navidad, especialmente a los solos, a los pobres y a los frágiles“.

“‘Dilexit te’, querida Diócesis de Neuquén, de Río Gallegos, de Viedma y Alto Valle. ‘Dilexit te’ diócesis de Rawson, de Esquel y de Comodoro Rivadavia. Que todos reconozcan que yo he te he amado, esa es la Navidad“, concluye el mensaje.

 

 

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