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Un terremoto de magnitud 7,5 sacudió en la noche del jueves la zona del Mar de Drake, al sur de la Antártida chilena, y encendió las alarmas por la posible generación de un tsunami. La situación llevó a las autoridades a ordenar la evacuación preventiva de las dotaciones en las bases Prat, Frei y O’Higgins.

Sin embargo, tras poco más de dos horas de monitoreo, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) y el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) descartaron la amenaza para todas las costas de Chile.

De manera inmediata, el SHOA había declarado “Estado de Precaución” para el territorio antártico, lo que obligó a alejarse de playas, muelles y zonas rocosas en las bases afectadas. “El monitoreo de las estaciones de nivel del mar no mostró variaciones relevantes y afortunadamente no se observaron alteraciones en la propagación de olas”, confirmó Juan Carlos Andrades, director regional de Senapred en Magallanes y Antártica Chilena.

El epicentro del fuerte sismo al sur de Chile se ubicó a una profundidad de unos 10,8 kilómetros. Foto: captura USGS

Los cálculos preliminares preveían que la primera ola alcanzara la Base Prat cerca de la medianoche y a la Base O’Higgins minutos más tarde, pero esas proyecciones finalmente no se cumplieron.

El gobernador de Magallanes y la Antártica Chilena, Jorge Flies, pidió calma y remarcó que el epicentro se ubicó a gran distancia del continente: unos 1.200 kilómetros de Punta Arenas y 600 de Puerto Williams. Además, destacó que en esta época las dotaciones en las bases son reducidas: unas 70 personas en Frei, 20 en O’Higgins y poco más de una docena en Prat.

Flies recordó que se trata del tercer sismo de magnitud importante en la zona en el último año, fenómeno que, según especialistas, también está vinculado a la mejora en la capacidad de monitoreo sísmico y satelital.

Hacia la medianoche, el SHOA confirmó la cancelación total de la amenaza de tsunami y Senapred informó que la situación en la Región de Magallanes regresaba a la normalidad. No obstante, las autoridades seguirán con una vigilancia preventiva en coordinación con las bases científicas y militares en el continente blanco.

“Este tipo de eventos nos recuerda la importancia de los protocolos de emergencia, que fueron aplicados correctamente y garantizaron la seguridad de las dotaciones”, destacó Andrades.

Antecedentes

En el mes de junio, un fuerte sismo de magnitud 5.6 sorprendió al extremo sur de Chile y Argentina, generando inquietud en la región de Magallanes y Tierra del Fuego. El epicentro del movimiento telúrico se localizó en el mar, a 267 kilómetros al sur de Puerto Williams y a 289 kilómetros al sur de Ushuaia.

Un mes antes, en mayo, hubo otro sismo -de magnitud 7,5- ocurrido en alta mar frente al sur de Chile, que generó una alerta de tsunami en la región de Magallanes y movimientos sísmicos que se sintieron en Tierra del Fuego. Por el alerta, hubo evacuaciones en Ushuaia y también en Punta Arenas, y otras localidades costeras chilenas.

 

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