Apenas unos días pasaron del domingo eleccionario y el impacto se sintió de lleno en el sector productivo y comercial. Ninguno de los rubros escapa a la crisis económica que todos los días tiene un episodio nuevo, sobre todo, para la economía cotidiana.
Este lunes con la devaluación, se apuntó directo a proveedores que, en su mayoría, optaron por frenar las ventas, mientras que el martes se conoció el último índice inflacionario del INDEC, que en julio trepó al 6, 3 %. En lo que va del 2023, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumula una suba de 60,2 %.
El poder adquisitivo cayó considerablemente y con el salto del dólar los precios se trasladaron automáticamente a varios rubros que van desde la canasta básica, la carne y el pan y el rubro de la construcción.
Para las importaciones el cuadro no es bueno, los proveedores no venden hasta tener valores actualizados y el comerciante se las ingenia como puede.
“Esta semana estoy laburando poco. No sé realmente el valor de las cosas que tengo, porque no tengo lista, no tengo precios. Estamos marcando más o menos de acuerdo a la evaluación diaria. Pero esto es día a día, no podemos analizar un panorama mucho más allá de esta semana y ver cómo viene la próxima”, aseguró Martín, que tiene una tienda de indumentaria deportiva, en diálogo con La Opinión Austral.
El hogar en crisis
Mientras en los grandes comercios reina la incertidumbre. Entre ellos, el rubro de electrodomésticos que se aferra a las promociones con tarjetas propias o de bancos. Para ponerlo en ejemplo, una heladera cuesta hoy entre 200 mil pesos, como la más económica, hasta los 500 mil pesos, mientras que las de alta gama superan cómodamente los 600 mil pesos.
En una semana de descuentos del 10 %, la más económica puede resultar en un ahorro de unos 20 mil pesos: “Lo que pasa es que, por ejemplo, cuando termina esa semana de descuentos, no sabemos si el precio que va a venir es el mismo que tenía sin aumentos, es decir su precio original, o va a tener una suba”, contó uno de los comerciantes a La Opinión Austral.
Para tener un panorama más claro de valores, por ejemplo, un lavarropas semi-automático económico está en unos 130 mil pesos como piso y sube hasta unos 400 mil pesos. Un horno de cuatro hornallas básico cuesta unos 198 mil pesos hasta los 300 mil, mientras que un microondas económico está en 53 mil pesos aproximados y puede subir a los más caros de entre 80 y 90 mil pesos.
En este marco, consultado por La Opinión Austral sobre la preferencia del consumidor, señaló que “la gente hoy prefiere, capaz, invertir en algún bien, consultan mucho por heladeras y lavarropas o celulares, entonces por ahí quieren comprar ahora si tienen algunos ahorros para no perder el valor de esa plata”.
La actualización de precios, señaló, se da generalmente cada dos semanas, pero la incertidumbre se percibe y la frase se repite: “No sabemos qué va a pasar“.
Misión: construir
En el ámbito de la construcción la situación no es muy diferente. La bolsa de cemento oscila entre los 5 mil y 5.500 pesos, así que para quienes están en ese proceso de edificar, optan por comprar ahora antes de que todo “estalle” aún más.
¿En valores? La Opinión Austral recorrió hipermercados para conocer algunos de sus precios. Eso sí, todos en contado.
Por ejemplo, la bolsa de cal por 30 kilos está en 3.800 pesos, el cemento por 50 kg a 5.008 pesos y el ladrillo por unidad a 284 pesos. Para el hogar, un termotanque económico de 95 litros está en 130 mil pesos que, dependiendo la marca, puede subir a 173 mil pesos por su misma capacidad. De 120 litros, en tanto, se encuentra por 198 mil pesos. Una caja de baldosas simples que cubren 2.20 metros cuadrados cuesta más de seis mil pesos y un tacho de pintura blanca de 20 litros ronda los 40 mil pesos.
Si de calefacción hablamos, un calefactor chico de 2 mil calorías oscila entre los 77 mil y 88 mil pesos. Uno de 3.500 calorías ronda los 104 mil pesos y de seis mil calorías a 140 mil pesos. Todo hogar lleva puertas, por lo que una de madera simple está en 26 mil pesos y un inodoro básico a 40 mil pesos.
“Ni una ensalada”
Los precios de la canasta básica son, para las familias, un dolor de cabeza. Los aumentos en góndolas es un tema en la agenda del gobierno nacional.
De hecho, este miércoles el Gobierno recibió a las empresas de consumo masivo para mantenerlas dentro del programa Precios Justos, bajo la condición de que los aumentos de bienes esenciales sean de hasta un 5 %, y con la promesa de medidas impositivas como la exención del impuesto PAIS para sus importaciones.
La idea es no habilitar incrementos por encima del 5 % mensual por los próximos 90 días. “No hay razón para que sean mayores”, dijo ayer el secretario de Comercio de la Nación, Matías Tombolini.
En las grandes cadenas locales la preocupación se palpa con sólo recorrer los supermercados y escuchar a los usuarios. “Mira el precio de la lechuga, ni una ensalada podés hacer”, vociferó una vecina al descubrir que el kilo estaba en 1.500 pesos.
En otros valores, el tomate cuesta 1.300 pesos el kilo, la cebolla en 398 pesos por kilo, la papa negra a 579 y la blanca a 669 pesos por kilo, contra la más económica que es la zanahoria por 300 pesos el kilo.
En carnes también se ve reflejado. Una inversión en promoción de nueve pollos congelados en caja está a 12.980 pesos, el kilo, en tanto, a 649 pesos. Mientras que carnes como el roast beef cuesta 2.849 pesos por kilo, la tapa de nalga a 3.699 pesos el kilo y la suprema de pollo congelada por kilo a 1.999 pesos. La carne picada ya ronda los 3.500 pesos y el kilo de milanesas de pollo a 3.700 pesos.
Otros valores: el maple de huevos extra grandes alcanza los 2.100 pesos, el blanco a 2 mil pesos y huevos chicos a 1.950 pesos. El pan, por ejemplo, ya oscila los 780 y 800 pesos dependiendo la panadería y la leche, según la marca, entre 350 y 480. ¿Arroz o fideos? Unos 430 pesos el kilo de arroz y un paquete de fideos ronda los 250.
Se come, o se construye o se invierte, pero todo junto, parecería ser una misión realmente imposible.
¿Y el Día del Niño?
La inestabilidad económica afecta al rubro de las jugueterías que por estos días tratan de acomodarse a los precios nuevos, los vigentes y la duda de lo que vendrá. Esto se da a pocos días del festejo por el Día de la Niñez.
“Estamos a la expectativa. Algunos proveedores pararon las ventas por un par de días, otros ya dijeron que están cubriéndose entre un 15 y un 20 % para ver qué pasa. Nosotros, en particular, en nuestro rubro, estamos en plena última semana antes del Día del Niño, mucho margen no tenemos para hacer”, dijo Antonio en diálogo con La Opinión Austral.
“En mi caso, decidí no aumentar los precios en esta semana. Voy a mantenerlos por dos cuestiones. Una, por una cuestión operativa, tendría que quedarme toda la noche a cambiar todos los precios. Y por otro lado, por una cuestión de mis clientes, de cuidarlos por lo menos esta semana“, explicó.
Seguidamente, aseguró: “Yo sé que todos van a venir a comprar, por lo menos prefiero vender un poco más, aunque el margen sea menor. Y después, bueno, veré qué pasa“. La mercadería ya la tiene con el precio anterior, cuando quiera reponer, indicó, “tendría una descapitalización que es inevitable“. Sin embargo, aseguró, “tampoco uno puede cargar todo sobre el cliente”.
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