Vestido de frac, tocado con una peluca, lentes de marco negro y sosteniendo un habano entre sus dedos, Mauricio Borensztein, en su papel de Tato Bores deleitará a los televidentes argentinos durante más de cuatro décadas.

 

Hasta que en 1992 se alejó de la televisión, supo acompañar los cambios políticos del país con su mirada irónica y sus lúcidos comentarios. Anteriormente se había desempañado con similar éxito en radio, cine, teatro y varieté.

 

Monólogo N° 2000. 30 años de la Argentina
(…) A algunos políticos y funcionarios que están ahí viéndome, si siguen haciendo las cosas que están haciendo, yo voy a tratar de estar acá todo el tiempo posible para seguir jodiendo …y para cuidarlos, y para preservarlos de la máquina de cortarboludos (…)

 

Los Golpes Militares en Argentina
(…) En el país, en los últimos 38 años, los gobiernos se tuvieron que aguantan 55 alzamientos y planteos. Para que no crea que le miento se los voy a detallar, porque igual usted y yo no tenemos nada que hacer. Al presidente Yrigoyen le hicieron dos. Al presidente Uriburu, tres. Al presidente Justo, seis. Al presidente Ortiz, dos. Al presidente Castillo, dos. Al presidente Farrell, cuatro. A Domingo, el ausente, cinco. Al presidente Aramburu, dos. Al presidente Frondizi, 26, ¡mira que récord! Al presidente Guido, uno. Al presidente Illia, dos. Se da cuenta que abundancia. 55 planteos en 38 años, esto da un promedio de un planteo cada 8 meses. Fijese que usted de repente, para cosechar avena, trigo, maíz o lino tiene que esperar un año, en cambio los alzamientos, planteos y golpes, se siembran, crecen  y se cosechan en solo 8 meses (….)

 

Los argentinos y el dólar
(…) Cuando digo que estamos viviendo un gran momento de gran expansión monetaria, sé lo que estamos diciendo. Fíjense que en lugar de pagar el dólar a 30, 40, 50, 60, 70, 80 o 90 mangos, lo estamos pagando ¡a 135! Y si nos mojan la oreja lo vamos a pagar a 200, porque somos tipos ricos (…) Y el día que tengamos todos los dólares del mundo iremos a Estados Unidos con la guita de ellos, y ¡nos van a tener que entregar el país! No me explico cómo los yanquis, que son tan vivos, no se dan cuenta del peligro que están corriendo con nosotros (…)

 

Los amigos de la justicia argentina
Esperaba ver a la estatua de la justicia andrajosa, hecha pelota y casi me caigo de espalda cuando la encontré maquillada, de tacos altos, minifalda, revoleando la carterita. – Escuchame loca ¿qué te pasa?¿desde cuando te dedicas a este antiguo oficio? – Lo que pasa Tato es que ya estoy aburrida de que los que dicen defenderme me violen sistemáticamente, cansada de que los gobiernos cada dos por tres me dejen el tuje como un gladiolo en primavera y encima gratis, eso se acabó Tato, ahora aprovecho esta nueva ética del mercado y por lo menos, cobro. O sea Tato, que si usted quiere un cambio de carátula, un cambio de fueros, un cambio de juez, una conmutación, lo que quiera me llama y lo arreglamos enseguida.

 

Elección de Ministros
(…) Yo creo que es malo el sistema que se usa para seleccionar ministros. Si yo fuera capo del gobierno, Dios me libre y guarde, lo primero que haría sería averiguar si los candidatos a ministros están enfermos del hígado, aparte de estar enfermos de la cabeza, por supuesto. Y después averiguaría cómo andan de los nervios, porque no es posible poner a un histérico en el gabinete. Y también averiguaría cómo anda de los callos, porque un dolor de callos hace que un tipo haga cualquier cosa. Por eso pienso que cuando se nombra a un ministro hay que exigirle certificado de salud y certificado de vacuna.

 

EN ESTA NOTA monologos tato-bores

Leé más notas de La Opinión Austral