La presencia de música rock en los medios tuvo un primer atisbo en aquellas excitantes jornadas comprendidas entre el 28 de febrero y el 8 de marzo de 198, porque hasta entonces no habían venido grandes grupos que gozaran de tanta fama. 

 

La primera función fue el 28 de febrero en Vélez, repitieron en el Amalfitano al día siguiente, para después recalar en Mar del Plata y Rosario. El último show fue de nuevo en Liniers. Ese día la capacidad del estadio desbordó. El efecto contagio había surtido efecto. Quienes no habían ido, querían ir; quienes habían ya presenciado alguno de los shows deseaban estar de nuevo.

Queen y Diego Maradona intercambiaron remeras

Freddie hipnotizó a todo el mundo, las estrellas de la farándula lo querían conocer, los militares en el poder lo adulaban. La caza de un autógrafo suyo podía ser la de un fan desconocido o la de famosos como China Zorrilla, el peluquero Miguel Romano y hasta Diego Maradona, aunque aquí el deseo era compartido entre él y la banda.

 

Las increíbles puestas en escena y los shows internacionales se volvieron habituales en los `90 en el ámbito local, pero ese sabor especial de “la primera vez” y el furor por una banda de rock que trascienda los límites generacionales solo volvería a repetirse con The Rolling Stones.

 

El gobierno de facto que recibió a la banda 

Queen llegó por primera vez a nuestro país en pleno clima represivo siendo esta una de las bandas más disruptivas del momento: con un referente homosexual y provocador que promovía todas las libertades personales por su particular y excéntrico estilo de vida.

Previo a los conciertos, tuvieron una charla con uno de los integrantes de la Junta Militar: Roberto Viola, quien en ese momento era Jefe del Ejército, y que a los días de la visita de Queen asumiría como Presidente argentino de facto.

La banda sin Roger Taylor en la casa del dictador Roberto Viola.

 

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