En enero de 2020 y de forma intempestiva, la colonia de vacaciones del Centro Asturiano fue cancelada a raíz de la denuncia que presentó la psicóloga María Budeguer Barrenechea, para que se investigara el presunto abuso sexual contra su hijo de seis años.
La presentación se hizo en la fiscalía de Fernando Basanta, quien solicitó la instrucción contra los profesores Agustín Haedo y Diego Quiroz. El caso cobró fuerte relevancia mediática por impulso de Budeguer, quien dio varias entrevistas y utilizó las redes sociales para exponer lo que habría vivido su hijo, incluso cuando la investigación fue mostrando signos de que el caso no se sustentaba del todo.
La versión de la mujer es que su hijo comenzó a asistir a la colonia el 26 de diciembre de 2019 y que notó que al salir estaba retraído y muy temeroso, pero que además tenía problemas para evacuar, por lo que lo llevó a una pediatra. Fue en esos días que la abuela del nene le dice que, en una conversación que tuvo con su nieto, este le contó del presunto abuso.
Los detalles de la agresión resultan sorprendentes, porque, tal como marcarían luego todos los peritos médicos que intervinieron, hubiesen requerido, como mínimo, de una atención médica urgente.
Si bien este diario no entrará en detalles, a grandes rasgos, el relato de Budeguer y su madre menciona que el nene contó que los dos profesores lo atacaron en el baño de la colonia y que hubo acceso carnal, y no una vez, sino que los hechos se dieron de forma reiterada.
Los hechos
El 10 de enero de 2020, en su oficio, el Cuerpo Médico Forense del TSJ, firmado por Roxana Contreras, concluyó que el examen médico “no revela signos de violencia sexual“.
El 21 de enero, el informe del Cuerpo Pericial de Psicología del TSJ, firmado por Pierina Borroni, concluye que el relato del nene “no reúne criterios suficientes de fiabilidad de acuerdo al análisis del CBCA“, es decir, ausencia de detalles, descripción de interacciones, reproducción de conversaciones, entre otros.

En este punto es interesante la declaración de la psicóloga, que refiere que el nene contó que lo que pasó fue que “se apura para llegar a la fila para llegar con sus compañeros y el profe por detrás le tocó la cola con el dedo, él refirió estar con la ropa puesta… hizo referencia a que le dolía la panza por esta dificultad, que no por no ir al baño… en relación a las fechas, dice que fue en el 2019 y en 2020 también…”.
Luego, el Cuerpo Pericial de Psicología expone en el mismo sentido y luego otro informe del Cuerpo Pericial de Psicología del TSJ añade: “… el niño manifestó una actitud y conducta contundente, negativa y determinante respecto a contenidos relacionados a los hechos que se investigan… presenta indicadores de una sexualidad acorde al momento evolutivo que transita”.
De la Cámara Gesell habían participado, además de los psicólogos, la jueza del caso, Rosana Suárez; Natalia Barría por la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes Nº 1, y el fiscal Basanta, entre otros funcionarios judiciales.
El 23 de enero por la tarde se secuestró la planilla de ingresos al Centro Asturiano y días más tarde se hicieron las evaluaciones psicológicas a los dos imputados.
Entre los diversos testimonios de la causa están algunas mamás de niños que iban a la colonia, que en todos los casos aseguraron que sólo los más chiquitos, de hasta 4 años, iban acompañados al baño por el hecho de que la puerta era pesada y les costaba abrirla. Que en el caso del hijo de Budeguer, “nunca pidió ayuda para ir“.

En este punto, una mamá relató que “tomó conocimiento de los hechos denunciados por un grupo de WhatsApp el cual estaba titulado ‘acción penal’, en donde la madre del niño incorporó a todos los padres de la colonia, comunicando que su hijo había sido abusado, por lo cual realizó una denuncia”.
También las inspecciones oculares al lugar donde se desarrolló la colonia marcaron que se trataba de un “espacio abierto a la visión de cualquier persona“.
El 14 de octubre, peritos ratificaron la inverosimilitud entre la escena descrita en la denuncia de la madre del nene y el examen médico realizado, razón por la que las defensas de los imputados comienzan a solicitar el sobreseimiento.
En el fallo que se conoció este martes, donde se dictó el sobreseimiento de los instructores, la jueza advierte que “lo más desconcertante resulta que la versión que, de acuerdo al testimonio de ambas mujeres, les proporcionara el niño, es palmariamente contradictoria con los resultados arrojados por las diferentes diligencias producidas por la instrucción” y que, sobre todo, “en los resultados del psicodiagnóstico de la víctima se destaca la ausencia de elementos que indiquen hechos disruptivos en su sexualidad”, algo también “palmariamente disonante con los hechos descriptos por ambas mujeres; siendo altamente improbable que un hecho de semejantes características no dejara una impronta en la psiquis de la víctima asequible a los experimentados profesionales que lo entrevistaron“, insistió Suárez.
Algo que molestó fue que la querella, en apoyo de su psicólogo, Nicolás Zobian, solicitara que el niño diera un nuevo testimonio, pero esto fue rechazado de plano, incluso por la defensora de NNyA, Verónica Zuvic, entendiendo que así se avalaría un acto de revictimización que ninguna norma permite.
Finalmente, la magistrada hace una reflexión sobre la exposición que la familia del nene le dio al caso y a él, al hablar de “la indeseable publicidad que tuvieron los hechos, teniendo en cuenta además las pequeñas dimensiones de nuestra comunidad y los desconocidos límites que le aportan a aquella las redes sociales y medios telemáticos…”.
Así las cosas, luego de casi tres años de investigación, lo que se presentó como un ataque de dos hombres a un nene en un baño en el contexto de una colonia de verano, resultó, para quienes intervinieron en el caso, en un posible “tocamiento sobre los glúteos, sobre su ropa, contextualizándolo en circunstancias en las que salía del baño en dirección al sector de canchas”, lo que pudo haber sido “un gesto tendiente a apurar o acompañar su paso hacia ese lugar…”.
A lo largo de la decisión judicial se aclara que no se habla de que el niño haya inventado lo que sucedió, sino que se desliza que tal vez el relato fue introducido de forma externa para explicar una dolencia como la imposibilidad de ir al baño.
Vale recordar que durante este tiempo la familia organizó varias marchas pidiendo justicia y detención para los dos instructores, que fueron fuertemente escrachados en la comunidad, sobre todo en redes sociales.
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