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En una noche de festejos y cánticos en Río Gallegos, Jairo Guzmán habló mano a mano con La Opinión Austral tras confirmarse que La Libertad Avanza ingresó una banca por Santa Cruz a la Cámara de Diputados de la Nación. “Estoy muy, muy contento, la verdad que es una alegría inmensa”, dijo, y definió el resultado como el punto de partida de un espacio “que recién surgió” y “vino para representar a una gran mayoría” de la provincia.

El dirigente recordó los inicios recientes del armado local —“hace meses abrimos un local en la calle Rauschenberg y muchos nos miraron raro”— y leyó el voto como un mensaje político: “Se subestimó mucho… así como subestimaron a Javier Mileien su momento, se subestimó a la gente que realmente quiere un cambio en la provincia de Santa Cruz. Hoy las urnas demostraron que somos muchísimos los santacruceños que queremos un cambio real”.

Sobre la estrategia de competir sin alianzas, Guzmán fue categórico: “Me involucré en política porque considero que hay que hacer un cambio. Hay gente que no suma y que, por acción u omisión, fue responsable del estado decadente de la provincia”. En ese marco, reivindicó el origen privado de buena parte de su equipo: “Demostramos que un grupo de personas que no venía de la política pudo dar un batacazo”.

El tono y el estilo de sus intervenciones públicas también formaron parte de la conversación. Guzmán ratificó que no modificará su línea: “Tengo una visión sobre la batalla cultural y principios morales que no vengo a negociar”. Y apuntó a quienes se ubicaron “en el medio”: “Se les dio un mensaje muy fuerte a esa tibieza… Los que jugaron a moderados fortalecieron al kirchnerismo. La provincia eligió cuál es la fuerza política que la representa”.

En cuanto al conteo, subrayó la paridad que se vivió en tramos de la noche: “La diferencia es mínima; esperaremos el escrutinio definitivo para pelear voto a voto”. No obstante, la distribución de escaños quedó definida: dos bancas para Fuerza Santacruceña y una para La Libertad Avanza.

De cara a su desembarco en el Congreso, Guzmán trazó un temario propio: “Vamos a impulsar reformas tributaria, laboral y sindical”. Argumentó que Santa Cruz “padece la extorsión de algunos sindicatos que frenan inversiones” y que “no hay incentivos impositivos” para el sector privado: “El problema más grande es que no tenemos inversión privada; la provincia depende casi totalmente de lo público”. Por eso, anticipó que buscará acuerdos con bloques que permitan “dar un paso categórico en la creación de empleo privado”.

En clave provincial, se pronunció sobre la gestión de la empresa carbonífera YCRT: “El Gobierno Nacional no tiene la gestión de YCRT; se la encomendó al Gobierno Provincial, que es un absoluto fracaso”, afirmó, y sostuvo que “tienen que haber cambios”. Luego, agradeció a la militancia en cada localidad: “No teníamos estructura y dimos una pelea gigantesca… A todos los que dieron el 100% en cada rincón, gracias”.

El cierre dejó una definición de estilo y una promesa de trabajo legislativo: “Voy a ser firme en mis convicciones. No voy a negociar absolutamente nada por caerle bien a nadie”, señaló. Y proyectó la próxima etapa: “A partir de ahora comienza un nuevo camino: llegar a cada rincón de la provincia”.

Con el reparto sellado —dos bancas para Fuerza Santacruceña y una para La Libertad Avanza—, Santa Cruz reconfiguró su voz en el Congreso de la Nación.

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