Argentina se impuso 1-0 ante Ecuador en la primera fecha de las Eliminatorias Sudamericanas. El seleccionado nacional obtuvo la victoria tras un golazo de tiro libro de Lionel Messi que enloqueció a los cerca de 86 mil espectadores que estaban en las tribunas del Mas Monumental.
El encuentro tuvo lugar desde las 21 en el remodelado estadio de River Plate, con arbitraje del colombiano Wilmar Roldán y transmisión de la TV Pública y TyC Sports.
El vigente campeón mundial y de América jugó su primer partido por los puntos luego de la obtención de la tercera estrella del mundo tras la final contra Francia del pasado 18 de diciembre en el estadio Lusail, de Qatar.
De la mano de Lionel Messi, la “Scaloneta” inició el camino en el nuevo formato de las Eliminatorias Sudamericanas que otorgarán seis pasajes directos al Mundial 2026 más un repechaje entre 10 participantes.
El próximo martes, el equipo dirigido por Lionel Scaloni visitará a Bolivia en la siempre complicada altura de La Paz.
Messi alcanzó un nuevo récord
El tiro libre de Messi a los 33 minutos del segundo tiempo le permitieron alcanzar a su amigo, el uruguayo Luis Suárez, como los dos máximos anotadores históricos de las Eliminatorias Sudamericanas con 29 tantos.
Esta victoria le da un buen arranque para una clasificación en la que irán seis equipos de 10 de Conmebol y un séptimo a repechaje, mientras que Ecuador sigue en -3 por el descuento sufrido tras la mala inclusión de Byron Castillo en la pasada Eliminatoria.
Messi le puso calor a la fría noche de Buenos Aires
La noche fría en Buenos Aires se complementó con una actuación deslucida en términos colectivos aunque apareció Messi, como siempre, para darle una victoria acorde a los tiempos presentes, en los que el póster se agiganta cada vez más.
Argentina comenzó como si todo estuviese por recorrerse, tal como definió Lionel Scaloni en la conferencia de prensa, dejó atrás el Mundial conseguido en diciembre pasado y tomó el control de la pelota desde el primer minuto.
El encargado principal de bajar a pedirla en campo propio fue Rodrigo De Paul y por momentos también Enzo Fernández -debutó en Eliminatorias Sudamericanas-. Cada vez que Argentina no tuvo el control, la presión asfixiante de la zona media resultó suficiente para recuperarla.
Lionel Messi, que llegó con un duro trajín desde su arribo a Inter Miami, protagonizó las dos primeras situaciones nacionales, que por falta de precisión en el último pase no llegó a convertirse en peligro para el arquero Hernán Galíndez.
La primera se dio después de una combinación entre Lautaro Martínez y Alexis Mac Allister, que asistió a Messi en una posición en la que marcó un centenar de goles aunque esta vez el remate se abrió de más y salió pegado al palo izquierdo.
Ecuador, por su parte, trató de conectar a Enner Valencia, aislado en el primer tramo del juego como consecuencia de un planteo que abusó de la línea de cinco estática, con sus marcadores sin pasar la mitad del campo por los laterales y apenas insinuó alguna vez sin poner en juego a Emiliano Martínez.
Sin embargo, todo lo hecho hasta ese momento no alcanzó para ponerse en ventaja y las imprecisiones, sobre todo de Nahuel Molina, diluyeron las buenas intenciones.
Es que las salidas por las bandas estuvieron controladas ante un esquema rival que ensanchó el bloque bajo y Argentina no logró abrirlo incluso con tres puntas -faltaron las diagonales de Nicolás González-.
Incluso Argentina probó con un cambio posicional entre Enzo Fernández y Alexis Mac Allister, por lo que el mediocampista pasó unos metros por delante. En ese contexto llegó la más clara cuando Lautaro Martínez estrelló un tiro en el palo derecho antes del 0-0 que siguió firme al cabo del primer tiempo.
Argentina mostró intenciones claras pero sin las ideas necesarias como para romper a Ecuador, que comenzó a hacer tiempo, con jugadores que exageraron en cada falta y utilizaron cada segundo para generar discordia en la gente y en el equipo nacional.
Pronto, el resultado llegó cuando se iniciaron diferentes focos de discusiones en cada tramo del complemento entre los argentinos y los ecuatorianos.
Todo ese contexto dio como resultado la entrada de Ángel Di María, quien le había dejado su lugar a un deslucido Nicolás González. En pocos segundos, el delantero de Benfica demostró la importancia en el campo, sobre todo para desnivelar en el uno contra uno.
Poco pasó en la primera mitad del complemento, hasta que Messi, de noche complicada, se sacó tres jugadores de encima como cuando tenía menos años y mayor velocidad, y su remate fue controlado por Galindez.
Ecuador contó enseguida con una situación soñada después de un mal calculo de Nahuel Molina, tal vez el punto más flojo de Argentina, aunque Enner Valencia se apuró y quedó mal parado para la definición y encimado por Cristian Romero -el mejor de la cancha-.
La noche se escurría como la arena entre los dedos y llegó la jugada ideal para el jugador ideal: tiro libre en la puerta del área que Messi aprovechó para destrabar un camino lleno de espinas.
A partir de ahí, el tramo final devolvió las mejores sensaciones, pudo ser mayor la ventaja final aunque el resultado terminó siendo justo porque Argentina, aún con sus limitaciones, lo buscó e intentó a lo largo de todo el partido.
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