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El Atlético Boxing Club vivió una noche a la altura de su historia. A las 12, la sede de calle Provincias Unidas se iluminó con un sistema de luces renovado y el aplauso de cientos de socios, deportistas y vecinos coronó un aniversario cargado de símbolos. No faltó nadie: referentes de todas las épocas, autoridades municipales y provinciales, dirigentes de la Liga de Fútbol Sur y representantes de instituciones hermanas se acercaron para abrazar al club más añejo de Río Gallegos en su cumpleaños 105.
La ceremonia reunió a figuras del deporte local y a autoridades públicas. El acto estuvo encabezado por Leonardo Mata, presidente del Albiverde. La presidenta de Hispano Americano, Claudia D’Ambrosio, entregó una plaqueta de reconocimiento a la comisión del Boxing en un gesto de camaradería que cruzó colores. También dijo presente la Liga de Fútbol Sur: su titular, Jacinto Cáceres, tomó la palabra para destacar el papel histórico de las entidades que forjaron la competencia de la región. Hubo referentes de Bancruz y de otros clubes de la ciudad, todos bajo un mismo techo.

El clima fue de celebración y memoria. La conducción del Boxing dispuso un recorrido de reconocimientos para colaboradores, exdirigentes y deportistas que sostuvieron —y sostienen— el pulso cotidiano de la institución. La escena, repetida a lo largo de la noche, sintetizó la identidad de un club que creció junto a la ciudad.
El encendido de las luminarias del frente, ya sobre la medianoche, tuvo un sentido particular. En julio, el club había sumado 40 luces LED en el polideportivo; anoche fue el turno de la fachada, pensada para realzar la impronta del edificio y embellecer el entorno urbano. La postal quedó grabada en celulares y en la memoria afectiva de los presentes: el Albiverde, otra vez, como punto de encuentro.
La celebración sirvió además para anunciar una agenda de obras que ocupará los próximos meses. El 10 de septiembre se inaugurará un sector con una cancha de fútbol 8 al aire libre, contigua al complejo, destinada a infantiles. El proyecto se financió con ahorros del club y responde a una demanda concreta: ordenar horarios, multiplicar espacios de juego y dar respuesta a un caudal de chicos que no deja de crecer. En octubre, la dirigencia planea habilitar una nueva pensión para futbolistas del interior provincial. Hoy residen entre 12 y 14 chicos; la meta es alcanzar las 20 plazas con mejores condiciones de alojamiento y estudio, de modo de sostener un modelo formativo que el Boxing viene afirmando desde hace años. Para 2026, el objetivo mayor en materia de infraestructura es el recambio del césped sintético de la cancha principal.
En la previa del aniversario, Roberto “Tito” Velázquez —ex presidente del club— repasó en LU12 el camino reciente de la institución y puso en contexto lo que se celebró anoche. “Después de haber pasado los 100 años y ver que nuestro club sigue creciendo es impresionante. Lo vivimos como un cumpleaños en familia, hablando con vitalicios y exjugadores, siempre con mucha emoción“, expresó. Su testimonio condensó dos ideas que sobrevolaron la velada: el recambio dirigencial que renovó energías y la decisión de invertir en infraestructura aun en tiempos complejos. “Fue un momento de cambio entre la vieja generación de dirigentes y los nuevos. Tuvimos que atravesar la pandemia…; logramos éxitos deportivos que nos hicieron crecer“, recordó. En ese marco, el ex mandatario puso un acento que la comisión actual convirtió en hoja de ruta: “Ya cumplió 20 años (el sintético) y sabemos que es una materia pendiente“.
Velázquez también celebró los pasos dados en este aniversario. “Queremos que de lejos se vea que es el Boxing“, dijo sobre las intervenciones de iluminación que ya cambiaron la fisonomía del edificio. Su mirada conectó con el presente deportivo: el arribo de Matías Clavel a la conducción de la Primera División y el fortalecimiento del semillero como política institucional. Para el Boxing, la formación no es una consigna vacía; es una práctica diaria que exige canchas, horarios, profes y una red de contención que va de la escuelita a la pensión, y de la pensión a los planteles superiores.
Durante el acto, Mata agradeció la masiva presencia y repasó los hitos que marcan el momento del club. Recordó que el Boxing es el más antiguo de Río Gallegos y el segundo de Santa Cruz, y subrayó el trabajo “de sol a sol” de subcomisiones, técnicos y familias para mantener la rueda en marcha. El presidente pidió sostener el impulso de la comunidad para encarar la agenda de obras y proyectar el año que viene con un objetivo nítido: cambiar el césped sintético de la cancha grande. La dirigencia entiende que ese paso impactará de manera directa en el día a día: más horas útiles de entrenamiento, mejores condiciones para Primera, Cuarta y las juveniles, y un estándar acorde a la historia del Albiverde.
La unidad deportiva e institucional quedó reflejada en los gestos. La presencia de D’Ambrosio con una plaqueta para el Boxing, las palabras de Cáceres desde la Liga, el acompañamiento de clubes como Bancruz, y el saludo de referentes de distintas generaciones confirmaron que el aniversario excedió a la propia institución. Río Gallegos, de algún modo, se miró en el espejo de uno de sus clubes fundacionales y encontró una síntesis: pertenencia, trabajo y futuro.
Hubo, además, un hilo conductor que se repitió en los diálogos informales: el valor de la formación. El Boxing se propuso ampliar la pensión para que más chicos del interior de Santa Cruz puedan estudiar y entrenar en la capital; proyectó canchas específicas para infantiles y reforzó la estructura de inferiores. Ese mapa no se escribe en un PowerPoint: se sostiene con recaudaciones, ferias, rifas, aportes de socios, horas de profesores y madres y padres que empujan. La noche de aniversario funcionó como la foto de todo ese tejido social.
El cierre encontró a los presentes brindando en el gimnasio, ya con la fachada encendida y la agenda de obras calzada. En el centro de la escena, el Albiverde volvió a mostrarse como lo que es desde 1919: una institución de puertas abiertas que combina competencia y contención, historia y planificación. En tiempos en los que el sentido de comunidad se pone a prueba, el Boxing eligió festejar trabajando y trabajar festejando. Los 105 años no fueron un número redondo más; fueron el inicio de un tramo que, si todo se cumple como está previsto, dejará nuevas canchas, una pensión más grande y un campo de juego renovado. Y, sobre todo, dejará lo que anoche se vio a simple vista: un club que se reconoce en su gente y una ciudad que, cuando mira hacia la sede de Provincias Unidas, reconoce un pedazo de sí misma.






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