Laura, la hermana de Ariel Romero, uno de los dos hombres fallecidos en Berazategui por comer achuras en mal estado, contó cómo desmejoró la salud del hombre y apuntó contra el hospital Evita Pueblo, en el que fue atendido.
“El día sábado 7, él va a la casa de mi otro hermano a comer un asado. Daniel, este último, hace el asado y sirve las achuras y los chinchulines primero. Mi hermano, el que falleció, es el primero en probar y les siente un gusto feo, amargo o arenoso. Entonces, les dice a los demás que no los coman. Después, todos comieron el resto de la carne que había en la parrilla y estuvieron bien. Nadie tuvo ningún síntoma ni se enfermó”, relató en una entrevista con LN+.
La mujer contó que a partir de ahí la salud de su hermano decayó rápidamente. “Fue todo muy rápido. Empezó a sentir dolor de abdomen en la madrugada del domingo y mi cuñada lo llevó a un centro de salud, al Ernesto Sábato, porque en el hospital había mucha gente. Ahí le aplicaron una Buscapina compuesta y lo mandaron a la casa”, recordó.
“A la mañana siguiente, como seguía mal, ingresó por guardia al Evita Pueblo y quedó en observación hasta que lo vio un médico. Los síntomas fueron desde un principio los mismos: dolor de cabeza y abdominal, nauseas, vómitos, diarrea, mucha fiebre y un dolor insoportable. Él ingresó ya deshidratado y si lo hubiesen hospitalizado en ese momento tal vez lo hubiese sacado adelante. No lo sabemos”, planteó. No obstante, dijo que los médicos lo enviaron nuevamente a la casa “con una dieta”.

El lunes Ariel comenzó a tener convulsiones por lo que decidieron llevarlo al hospital nuevamente. “Mi cuñado y mi hermana no lo podían entrar al auto porque se retorcía todo. Era una convulsión tras otra. Estaba sumamente deshidratado y desmejorado, muy chupado”, afirmó Laura y subrayó: “Él era una persona joven, muy saludable. No tenía ni un resfrío. Nunca presentó nada de base”.
La mujer recordó que en el hospital le dijeron que no era posible que una intoxicación por chinchulín hubiese generado ese cuadro tan rápido.
“En el hospital se alarmaron recién cuando entró otro caso con el mismo cuadro y que había consumido el mismo tipo de alimentos. Ahí abrieron la investigación y nos preguntaron dónde se compraron las achuras y la carne. Después se determinó que dos personas compraron en el mismo lugar. También hay una tercera que se pinchó con un hueso en un frigorífico y otra que manipula achuras y hace repartos, que está internada y muy grave”, explicó.
Por último, Laura destacó que no están conformes con la atención en el Evita Pueblo: “Si mi hermano hubiese sido hospitalizado de entrada, estaría entre nosotros. Esta bacteria es sumamente agresiva e invasiva. La shigella ataca la mucosa intestinal, produciendo infección. Él entró con ese cuadro y fue muy doloroso el sufrimiento que tuvo mi hermano hasta que hizo el coma farmacológico”.
Por último, confirmó que mantiene una buena relación desde años con los dueños de la carnicería en la que fueron compradas las achuras. “Somos amigos, pero no es por eso que no apuntamos contra ellos, sino porque hay que llegar al foco de esto”, remarcó y enfatizó: “Es importante aclarar que no hubo ningún indicio de que los chinchulines estuvieran en mal estado. No tenían mal olor ni estaban estado de descomposición. Estaban contaminados y hay que llegar al foco, le podía haber pasado a cualquiera”.
Cómo sigue la salud de los pacientes que continúan internados
El director del hospital Evita Pueblo compartió el parte médico de uno de los cuatro hombres intoxicados. Se trata de un hombre de 40 años, repartidor de achuras y cerdo, que también dijo haber consumido carne de la misma carnicería de una de las personas fallecidas.
Este paciente permanece internado en condición estable, con buena evolución y se identificó que la persona tenía salmonella.

En este sentido, el medico aclaró: “Se lo ingresó más que nada por el temor de los dos primeros, pero no tiene nada que ver con los pacientes que fallecieron”.
Finalmente, destacó tres principales puntos a evaluar en este tipo de casos. “Lo primero que hay que hacer es evaluar el tipo de germen que infecta, es decir la calidad. Lo segundo, la cantidad: no es lo mismo una mínima contaminación que una masiva. Y por último, el estado de salud del huésped, es decir el paciente. Por ejemplo, los pacientes inmunodeprimidos no responden igual”.
El otro de los pacientes tiene 47 años, inició con síntomas de diarrea, vómitos y fiebre el 17 de enero y el 20 fue internado. Al respecto, el Ministerio informó que “evoluciona desfavorablemente con falla multiorgánica”.
“Se encuentra en unidad de cuidados intensivos, con asistencia respiratoria mecánica”, añadió el comunicado, que indicó además que el hombre refirió haber consumido embutidos y churrascos de una carnicería de Berazategui.
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