Néstor Carlos Kirchner obtenía hace 20 años el 22,24 por ciento de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en las que se impuso Carlos Saúl Menem con el 24,24 por ciento de los sufragios emitidos, pero la decisión del riojano de no presentarse al balotaje en el que todos los sondeos lo daban como perdedor, convirtió al entonces gobernador de Santa Cruz en el presidente de la Nación, y comenzaría otra historia, para el país y la provincia.
Los comicios se celebraron en un país sacudido por la dura crisis económica originada por el estallido social de diciembre de 2001, que provocó la renuncia de Fernando de la Rúa y el desplome del modelo de la convertibilidad entre el peso y el dólar, diseñado por el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo.
Escenario
A la seguidilla de cinco mandatarios que se sucedieron en menos de 15 días, la Asamblea Legislativa ungió al senador nacional Eduardo Duhalde como jefe de Estado, en enero de 2002. El exgobernador de la provincia de Buenos Aires asumió con el mandato de concluir el período iniciado por De La Rúa, que debía terminar el 10 de diciembre de 2003.
Duhalde modificó la paridad cambiaria de un peso-un dólar, fijada por la ley de Convertibilidad, que resultaba insostenible para la economía de un país que tenía en default su deuda externa y retenidos los depósitos bancarios ante la vigencia del llamado “corralito” de Cavallo.
En abril de 2022 desembarca en el Ministerio de Economía Roberto Lavagna, quien comenzó su gestión con la tarea de renegociar con los acreedores externos y evitar la salida por “goteo” de los depósitos bancarios en medio de las restricciones que aún pesaban sobre el sistema financiero.
La crisis económica originó un grave descontento social que se profundizó con las movilizaciones de las organizaciones de desocupados y trabajadores informales. Una de esas marchas, el 26 de junio de 2002, terminó con represión y la muerte de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Duhalde decidió adelantar la fecha de las elecciones con el propósito de entregar la banda presidencial a un sucesor el 25 de mayo del año siguiente.
Cómo se llegó
El presidente respalda la postulación de Néstor Kirchner a la máxima magistratura. Los gobernadores Felipe Solá (Buenos Aires), Eduardo Fellner (Jujuy) y Gildo Insfrán (Formosa) pasaron a formar parte de una suerte de mesa de conducción de ese movimiento interno del peronismo.
Cabe recordar que el gobernador de Santa Cruz ya había formado La Corriente desde donde había comenzado a mostrar sus aspiraciones nacionales. Además, junto con Duhalde crearon el Grupo Calafate en la cual surgió su candidatura.
El peronismo fue dividido en tres listas. Néstor Kirchner quedó en segundo lugar.
El peronismo concurrió dividido a las presidenciales del 27 de abril de 2003. Néstor Kirchner, secundado por Daniel Scioli, fue por uno de los frentes; Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá por los otros dos. Menem salió primero, y solo 2 puntos por detrás se ubicó Néstor Kirchner. El balotaje debía hacerse entre ellos dos, el 14 de mayo.
“Su último rostro, la cobardía y su último gesto, la huida”.
NÉSTOR KIRCHNER A MENEM POR SU RENUNCIA
Nunca llegó. Carlos Menem anunció que deponía su candidatura. Es que de once consultoras sondeadas, “nueve sostienen que Kirchner se impone en el balotaje con bastante holgura y los otros dos también tienen el mismo diagnóstico, aunque evalúan que si Menem llegara a ganar por una diferencia de seis o siete puntos el 27 de abril – algo que no registran hasta ahora – podría ganar también en el balotaje”, publicó el 6 de abril del 2003 el diario Página 12.
Ante la renuncia, la respuesta de Kirchner fue categórica: “Las encuestas que unánimemente le auguran una derrota sin precedentes en la historia electoral de la república permitirán que los argentinos conozcan su último rostro: el de la cobardía. Y sufran su último gesto: el de la huida”, afirmó el santacruceño, quien asumiría la presidencia el 25 de mayo y comenzaría a cambiar la historia.
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