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El Consejo Federal Pesquero llevó delante la última sesión del año, y mediante el diálogo federal que se da en el organismo se trazó la hoja de ruta para el cierre del año.
Integrado por las provincias con litoral marítimo, tiene por objetivo definir las política pesqueras nacionales, consolidó una serie de medidas que apuntan a sostener la actividad industrial, estabilizar stocks y garantizar previsibilidad operativa para la flota.
Según el alta del encuentro diferentes pesquerías fueron analizadas por los consejeros con el objetivo de redefinir cómo se trabajarán en el 2026.
Langostino
La pesquería de langostino volvió a ser eje de discusión, aunque esta vez con un diagnóstico alentador, señaló el sitio “Pescare”.
“Los resultados de las tres campañas del INIDEP —marzo, julio y noviembre— coincidieron en un punto, 2025 fue un año de reclutamiento excepcional, con núcleos densos en el litoral norte y concentraciones sostenidas en las subáreas de mayor rendimiento”.
En términos comerciales, “la temporada dejó indicadores difíciles de ignorar, predominio de tallas L1 y L2, bajo nivel de juveniles y el segundo mejor rendimiento anual desde 2017”.
Sin embargo, el organismo estatal no desestimó los desafíos. El bycatch de merluza -pesca incidental- alcanzó las 16.000 toneladas al sur del 41°, lo que reavivó la necesidad de consolidar un enfoque ecosistémico en la toma de decisiones. Gremios, cámaras y organismos técnicos coincidieron en retomar el trabajo hacia un Plan de Manejo formal, algo largamente discutido pero nunca finalizado.
Merluza
El bloque de “pesquerías australes volvió a ocupar un espacio central en la agenda científica. Para la especie polaca, los nuevos modelos de captura por edad mostraron una población que logra sostener su recuperación reciente; por ello, el CFP estableció una captura máxima permitida de 30.000 toneladas“.
Por su parte, la merluza de cola mantendrá un límite de 15.000 toneladas, luego de que los análisis confirmaran bajos niveles de reclutamiento y un stock aún por debajo de su punto biológico de referencia.
El caso más delicado vuelve a ser la merluza negra. A pesar de cierta estabilización, la biomasa reproductiva se mantiene por debajo de los niveles esperados y la presión pesquera continúa siendo un factor crítico. El CFP fijó una captura máxima permitida de 3.700 toneladas, alineándose con las recomendaciones más precautorias del INIDEP.
Asignaciones extraordinarias
Con la mirada puesta en asegurar materia prima para las plantas en tierra y evitar interrupciones en los circuitos productivos, el CFP aprobó la distribución de 1.650 toneladas adicionales de merluza común desde la Reserva de Administración. La decisión se tomó tras analizar consumos, días de parada biológica y la disponibilidad real de cada empresa.
Junto con estas asignaciones, el organismo activó la Reserva Social para atender necesidades de tres jurisdicciones. Buenos Aires recibió 100 toneladas para el BP Cte Luis Piedrabuena; Santa Cruz, 150 toneladas para el BP Viernes Santo; y Chubut obtuvo 100 toneladas para el BP Conara I, utilizando cupo cedido por Río Negro ante la falta de disponibilidad propia.
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