Una estación de servicio de Mendoza deberá indemnizar con 150 mil pesos a una playera luego de que la Justicia de esa provincia fallara a favor de la mujer, quien era obligada a vestir calzas con un talle menor al que le correspondía durante sus horas de trabajo.
El caso data del año 2002, cuando la empleada pidió a sus superiores cambiar su uniforme al argumentar que no le correspondía el talle S por quedarle muy apretada al cuerpo, y por lo que además era acosada verbalmente por clientes que asistían a la estación.
La playera no recibió respuesta hasta que un día apareció vistiendo un pantalón tipo cargo, que un compañero hombre le había cedido. Frente a su actitud, recibió sanciones y apercibimientos de la empresa, hasta que finalmente fue despedida.
Según el juez Mario Adaro, integrante de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, el hecho no fue considerado como discriminatorio en un fallo de primera instancia de un juzgado laboral, por lo que el caso fue apelado en la máxima instancia judicial de la provincia cuyana.
Esta vez, el juicio fue ganado por la empleada, ya que la Corte consideró que sufrió “daño moral” y “discriminación“, en un fallo con perspectiva de género.
En el proceso se consideró además una pericia psicológica en la empleada despedida que indicaba que sufría de una situación “de angustia y ansiedad” en un contexto laboral en el que, cuando usaba calzas, “había clientes que le manifestaban cosas que deberían ser erradicadas de la sociedad”.
Por otra parte, “la empresa argumentaba que el reglamento indicaba que había una vestimenta para hombres y otra para mujeres y que la playera no quería usar la ropa femenina”, indicó Adaro.
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