La pandemia del COVID-19, ya transformó nuestra realidad actual -y sin dudas- lo hará con el futuro también. Vivimos la transición abrupta de la interacción física a la virtual. Así, de manera repentina se vivió un incremento exponencial de la cantidad de personas relacionándose a través de plataformas, aplicaciones, páginas web, tanto en los ámbitos de trabajo y aprendizaje como en el personal.

Una de las esferas donde más visible se hace el impacto del virus, es en el mundo laboral. La manera en que trabajamos ya no es la misma y como resultado, los empleados, emprendedores, empresas y todas las demás organizaciones, tendrán que adaptarse.

Si bien algunas empresas ya tenían alguna experiencia en la modalidad de trabajo remoto, la prohibición de salir de casa obligó al resto a adecuar sus sistemas para poder seguir desarrollando su actividad.
Los expertos sostienen que, una vez transitada la pandemia, muchas compañías acelerarán los tiempos de transformación digital y automatización de procesos.

Vemos oportunidades para crear nuevas maneras de trabajar y arraigar a las diferentes industrias en esta nueva cultura de transformación digital

“La crisis por el coronavirus obligó a las empresas a repensar la situación de su negocio, adaptarse o dejar de existir, y creo que es una oportunidad para plasmar esta transformación digital tan esperada e impulsada por las áreas de TI en los diferentes verticales”, opinó Fernando Zerbini, co-fundador y CFO de Nubiral.

Sin embargo, la adecuación del trabajo físico a remoto no es una tarea lineal, ni igual para todas las empresas. La posibilidad de adaptarse a esta modalidad dependerá del cash flow y la espalda financiera de cada una de ellas.

Por otra parte, no todos los verticales tienen la posibilidad de implementar el teletrabajo porque, en muchos casos, su actividad no lo permite. En ese sentido, Zerbini agregó que incluso dentro del área de las empresas de tecnología, algunas pymes tuvieron dificultad para avanzar en este sentido.

“En áreas administrativas o de capital humano, el trabajo remoto a veces es un poco tabú y se piensa que no existe la posibilidad de implementarlo.

El de comercio es uno de los sectores que se vio afectado de manera relevante, pero en muchos casos están analizando o poniendo en práctica el e-commerce o, incluso, utilizar Mercado Libre como vidriera para sus productos”, explicó Zerbini. Con la pandemia, en Nubiral se incrementaron la cantidad de consultas y solicitudes sobre la nube, la migración y la digitalización de algunos procesos y aunque muchas empresas son reacias a la tecnología, esta situación no les dejará opción ahora o en el futuro. “Son oportunidades para crear nuevas maneras de trabajar y tratar de arraigar a las diferentes industrias en esta nueva cultura de transformación digital”.

Por su parte, Roger Gomis, economista de la OIT, opinó que, para una parte importante del mundo del trabajo, el Covid-19 precipitó un experimento a gran escala sobre el trabajo remoto del cual habrá que evaluar los resultados. “En todo caso, es importante que las decisiones respecto al trabajo remoto, se tomen desde la opcionalidad y para aumentar la flexibilidad”, agregó.

El camino que queda por delante es cuesta arriba, porque si bien, la penetración de Internet y dispositivos móviles ha aumentado significativamente en la última década en América Latina y el Caribe, el uso de aplicaciones productivas y sofisticadas aún está muy concentrado en el subgrupo de empresas exportadoras y del sector de servicios, de acuerdo a un estudio del INTAL del BID. La realidad es bien distinta para la mayoría de las mipymes en la región, que representan el 99% de las firmas y el 60% del empleo, según datos de CEPAL de 2018.

Nuevas habilidades

El nuevo escenario, requiere además de la tecnología, el desarrollo de nuevas habilidades para los trabadores y entre ellas, las socioemocionales adquieren un rol relevante. En un artículo publicado por el BID, el 16 de abril en su blog (blogs.iadb.org/) advierten que desarrollar estos aspectos es más importante que nunca. “El coronavirus ha requerido habilidades como creatividad, resiliencia y trabajo en equipo al mismo tiempo que ha demostrado la importancia fundamental de otras como manejo de expectativas y emociones, autorregulación, y manejo del tiempo; no solo para este período de aislamiento, sino también para los períodos de recesión y recuperación económica que vendrán en el futuro” explican.

Sin duda la vuelta al trabajo se presenta como un reto personal y organizacional, que ya se ganó lugar en la agenda.

Escenario post pandemia

Las estimaciones acerca de la actividad económica no hablan de una reactivación rápida. El coronavirus provocará una recesión superior a las del 2008-2009 y los niveles previos a la crisis no se recuperarán hasta 2021, en algunos casos.

“El mercado laboral va a quedar debilitado, pero algunos sectores se van a fortalecer cuando termine todo esto. Probablemente se de una migración al teletrabajo y actividades económicas que se van a apoyar en los digital y en los envíos online”, opinó Sergio Rottenschweiler, investigador del Instituto del Conurbano de la UNGS.

En la misma línea, el ejecutivo de Nubiral agregó que a las empresas de tecnología y software se les presenta un escenario de negocios y oportunidades en la tarea de apuntalar a las empresas en sus procesos de transformación digital.

Para Gomis, es demasiado pronto para analizar las consecuencias que la pandemia tendrá a largo plazo porque, en gran parte, dependerán de las políticas que se tomen para mitigar las consecuencias económicas. “Sin embargo, esta claro que hay que tomar medidas de mitigación ambiciosas para evitar que las graves consecuencias de la pandemia en el mundo del trabajo se amplifiquen y perpetúen”.

En ese sentido, desde la OIT recomiendan la implementación de una política monetaria y fiscal expansiva, al mismo tiempo que se proporcionan ayudas de soporte directas dirigidas a trabajadores y empresas y, especialmente, medidas de mantenimiento de puestos de trabajo.

 

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