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Noam Noguera, el joven taekwondista de Río Gallegos, volvió a poner en alto el nombre de Santa Cruz. Logró la clasificación al Campeonato Mundial de Taekwondo que se disputará en España del 20 al 26 de julio de este año. Es su segunda experiencia internacional de este calibre y, aunque no tiene sponsors ni el camino allanado, su convicción parece más fuerte que cualquier obstáculo.
El joven dialogó con Radio LU12 AM680. “Muy contento por la clasificación, así que, bueno, a seguir entrenando por todo lo que viene“, expresó con humildad. Pero detrás de esa sonrisa, hay una historia de constancia, sacrificios familiares y un talento trabajado desde muy pequeño.
La clasificación al Mundial no es un regalo ni fruto de un solo evento. Noam tuvo que atravesar tres exigentes selectivos nacionales para llegar a lo más alto del ranking. “En Rosario hice tres peleas y salí primero. Después, en Mar del Plata también logré el primer puesto y ya estaba primero en el ranking. En el último selectivo, pese a una luxación de hombro, salí tercero y me mantuve arriba“, detalló.
Noam competirá representando a la Escuela de Instructores Asociados que funciona en el gimnasio Impacto. Junto a él viajarán otros dos chicos de Río Gallegos: Valentín Coñuecar, que también clasificó primero, e Ivo Marveggio, quien logró su pase en el último torneo.
A pesar de los logros, el mayor desafío ahora es económico. “Es muy difícil juntar los fondos. Ya tuvimos que pagar la mitad, que fueron 1800 dólares, y ahora nos quedan los otros 1800“, explicó. Para cubrir esos gastos, Noam y su familia organizan ventas de pollos, pizzas, ferias de platos y próximamente un mate bingo, estrategias ya tradicionales entre deportistas argentinos que no cuentan con respaldo suficiente.
“Siempre se busca algún sponsor. A veces el dólar sube o baja y se hace más complicado. Pero seguimos intentando, porque el sueño está ahí“, dice sin perder el entusiasmo.
Su historia comenzó cuando tenía apenas 4 años. “Me encantaban las artes marciales y mi mamá me llevó al gimnasio Impacto. Desde ahí, no paré nunca más“, recordó. Esa pasión lo llevó a su primer Mundial en 2022, en Ámsterdam, con tan solo 14 años. Luego, sostuvo el nivel y también compitió en Corea. Hoy regresa a la escena mundial, pero con más experiencia y la misma determinación.
“Mi mamá está súper contenta. Mi familia siempre me acompaña. Es lo más lindo del deporte: compartirlo con ellos“, dijo, emocionado.
Los chicos regresaron a la ciudad capital en las últimas horas, luego de un viaje afectado por el paro de aviones. Pero ya están de nuevo en Río Gallegos, retomando entrenamientos y organizando actividades para reunir lo que falta.
Noam no lo pide de forma explícita, pero lo deja entrever. La responsabilidad que asume con su representación es enorme, y no solo lo hace por él, sino por todos los que entrenan junto a él desde la infancia. “Vamos en representación de la provincia, de la capital. Eso no es un detalle menor“, subrayó.
El cierre de la entrevista lo dice todo: “Muchas gracias por tenernos en cuenta. A seguir trabajando por el sueño“. Palabras simples, pero llenas de sentido.
En un país donde los sueños muchas veces dependen más del ingenio y la solidaridad que de estructuras consolidadas, historias como la de Noam nos recuerdan que el deporte sigue siendo una poderosa herramienta de transformación. Que en algún lugar de la Patagonia, hay chicos que entrenan, luchan y viajan para dejar bien parada a la Argentina.
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