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En una noche que quedará en la memoria del rock nacional, Divididos volvió a hacer historia con una propuesta tan arriesgada como exitosa: presentar su nuevo álbum, el primero en 15 años, sin interpretar en vivo una sola canción. La banda integrada por Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella llenó por completo el Movistar Arena con 8.500 personas que aceptaron la invitación a vivir una experiencia distinta: escuchar por primera vez el disco “Divididos”, ver un documental sobre su realización y compartir una charla íntima con el trío.

El encuentro, que se extendió tres horas divididas en tres segmentos de una hora, fue un éxito rotundo. Para muchos fanáticos, se trató de un sueño cumplido: estar con la banda en el preciso momento del lanzamiento de un nuevo trabajo, algo que Divididos suele reservar para amigos cercanos o la prensa.

Divididos realizó la escucha de su nuevo disco en el Movistar Arena. Foto: Antonio Becerra/Clarín.

El regreso discográfico más esperado del rock: “Divididos”

Que la banda haya logrado colmar un estadio sin tocar en vivo no sorprende si se considera el carácter histórico del lanzamiento. Desde “Amapola del 66” (2010), la Aplanadora del Rock no estrenaba un álbum con canciones nuevas. Aunque continuaron presentándose sin descanso en escenarios de todo el país, la vuelta al estudio demoró casi 15 años y se extendió entre 2019 y 2025.

El resultado es “Divididos”, el primer disco del grupo que lleva su nombre como título. Un gesto deliberado: el álbum funciona como una síntesis del ADN musical del trío. Con 12 canciones y cerca de una hora de duración, combina potencia eléctrica, sutileza acústica y un pulso orgánico y analógico que se destaca en toda la instrumentación.

Divididos realizó la escucha de su nuevo disco en el Movistar Arena. Foto: Antonio Becerra/Clarín.

Los fanáticos ya conocían algunos adelantos: “Mundo ganado” (2019), “Cabalgata deportiva” (2020) y “San Saltarín” (2023). A esos singles ahora se suman nueve temas inéditos.

La tapa del disco, que muestra dos retazos de tela unidos con hilo de sutura, también es simbólica. “Esa unión es una expresión de deseo”, explicó Ricardo Mollo, reforzando la idea de un reencuentro musical que tardó en llegar, pero lo hizo con la fuerza de siempre.

“Sonidos, barro y piel”: el documental que muestra el detrás de escena

La segunda parte de la velada estuvo dedicada a la proyección del documental “Sonidos, barro y piel”, dirigido por Leopoldo Montero Ciancio. La película recorre el proceso de grabación del disco en el estudio La Calandria, desde la preparación del espacio hasta imágenes conceptuales relacionadas con las letras y el espíritu del álbum.

Divididos realizó la escucha de su nuevo disco en el Movistar Arena. Foto: Antonio Becerra/Clarín.

Escenas de niños jugando al fútbol, clases de pintura y metáforas visuales acompañaron el relato íntimo del proceso creativo, en el que se destaca la búsqueda sonora artesanal característica del trío.

Un repaso tema por tema: potencia, sutileza y el sello de la Aplanadora

El público pudo escuchar el disco completo en absoluta oscuridad, en un clima inmersivo que potenció cada detalle del sonido. La experiencia comenzó con “Aliados en un viaje” —un arranque demoledor— y cerró con la belleza acústica de “Grillo”.

Entre ambos extremos desfilaron momentos de notable fuerza musical:

  • La impronta zeppeliniana de “Monte de olvidos”,
  • La cita a “Cambalache” y a Pescado Rabioso en “Revienta el Mi Mayor”,
  • La energía casi ricotera del inicio de “Insomnio”,
  • Frases que se grabaron en la audiencia, como “No hay sueño que no lleve cicatriz” en “Bafles en el mar”.

Los solos de guitarra en “Doña Red”, “Mundo ganado” y “Vos ya sabrás” se llevaron merecidos aplausos, incluso sin que Mollo tocara en vivo.

Divididos realizó la escucha de su nuevo disco en el Movistar Arena. Foto: Antonio Becerra/Clarín.

Una charla íntima para cerrar una noche única

La última hora del encuentro tuvo a los tres músicos sobre un escenario ambientado como un living, acompañados por el filósofo Darío Sztajnszrajber. Tras una breve reflexión sobre Apolo y Dionisio —dos arquetipos del arte según Nietzsche—, se abrió un tramo de preguntas y diálogo con el público.

Fue allí cuando Mollo compartió una frase que sintetizó la esencia de este regreso:
“Estos 15 años no fueron de silencio. La música no tiene fecha de vencimiento. Cuando sentís orgullo por lo que hiciste, ahí decís ‘ahora sí’. Y así salió este disco”.

La presentación de “Divididos” no solo marcó la vuelta discográfica del trío: inauguró una nueva etapa en la historia de una de las bandas fundamentales del rock argentino, que eligió celebrar con su gente de la forma más auténtica posible. Una experiencia colectiva, analógica, humana. Un acontecimiento a la altura de su leyenda.

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