Un juicio en el que la compañía telefónica francesa Orange (anteriormente llamada France Telecom su exdirector general Didier Lombard y otras personas fueron imputados de acoso laboral, vinculado con una serie de suicidios ocurridos entre el 2006 y 2009, llegó a su fin este jueves.
La acusación por la que fueron juzgados fue por incurrir en prácticas para “desestabilizar” a los trabajadores con el fin de deshacerse de 22.000 miembros del personal como parte de una labor para reducir costos, luego de que la compañía fue privatizada en el 2004.
La actual Orange se enfrenta a una multa de 75.000 euros (cerca de US$ 85.000 tres exdirectivos podrían ser condenados a un año de cárcel y a una multa de 15.000 euros (cerca de US$ 17.000 y otros cuatro, a ocho meses de prisión y sanciones de 10.000 euros (poco más de US$ 11.000 según la agencia de noticias AFP. El juicio acabó este jueves y el veredicto se dará a conocer en diciembre.
En su defensa, los ejecutivos citaron la intensa presión de un mercado competitivo y cambiante. “La compañía se estaba hundiendo”, testificó Lombard, el ex director ejecutivo. “Podríamos haberlo hecho mucho más suavemente si no hubiéramos tenido la competencia golpeando nuestra puerta”.
Desafortunadamente para Lombard, fue grabado en 2007 diciendo que alcanzaría el cupo de despidos “de una forma u otra, por la ventana o por la puerta”.
Los suicidios y los testimonios mostraron que la tasa de desempleo crónicamente alta de Francia había dejado a muchos trabajadores sintiéndose especialmente vulnerables.
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