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Por Gabriela Granata (Bae Negocios)
El Fondo Monetario Internacional (FMI) observa con atención cómo implementará el Gobierno de Javier Milei lo que promete en el proyecto de presupuesto 2025, el primero de su gestión y que tiene la impronta clara de qué hará el próximo años, lleno de desafíos para estabilizar la macroeconomía, generar reservas para salir del cepo, encarar un nuevo programa con el FMI por el vencimiento del acuerdo de Facilidades Extendidas y soldar acuerdos políticos que se traduzcan en garantías de gobernabilidad. Mucho, en poco tiempo.
La reducción de los índices de inflación es uno de lo aspectos que valoran tanto en el FMI como quienes siguen la evolución política y la relación con Argentina desde el Gobierno de Joe Biden.
Pero también hay advertencias, especialmente tres: la contracción de la demanda, porque si bien se redujo la inflación los precios siguen elevados; cómo hará el gobierno de Javier Milei para acumular reservas cuando a fin de año desaparezca el Impuesto PAIS que es uno de los grandes traccionadores de recaudación y cuáles son las perspectivas de sectores exportadores para bajar la balanza comercial.
La solvencia del programa que ponga en marcha Milei con su ministro Luis Caputo es determinante para que los mercados tomen una posición de confianza y permita bajar el riesgo pais, que se encuentra en el rango de los 1400 puntos básicos. Este dato importa para que Argentina pueda acceder a mercados financieros internacionales y reducir la exposición de deuda que tiene con el FMI.
Argentina, un problema para Washington
“Los otros países que integran el FMI señalan que Argentina es un problema de Estados Unidos”, señalan con resignación en Washington. Sucede que la administración estadounidense tiene peso decisivo en la aprobación de los acuerdos. Allí la línea converge. Entre el FMI y el Departamento del Tesoro, que Argentina empiece a caminar otros senderos de financiamiento.
En los centros de decisión económica del Gobierno de Estados Unidos señalan como datos positivos la reducción de la inflación y la depuración del balance del Banco Central y remarcan que “el sentido general” de hacia dónde marcha la gestión de Javier Milei es la correcta.
Pero advierten que las reformas macroeconómicas están “a mitad de camino” y esperan ver resultados concretos: “Queremos ver el detalle del plan”. En términos de lo que se analiza en Washington, “Milei tiene que explicar a dónde va y si esa narrativa tiene sentido”.
Por ahora, observan que existe apoyo de la sociedad para avanzar en el ajuste y que está dispuesta a pagar el precio del ajuste.
Agregan que que la sociedad económica con Argentina “es más relevante que nunca” ante la necesidad de avanzar en acuerdos de transición energética que tienen como claves el litio y el cobre y como aliado regional frente al avance de China para posicionarse en áreas de infraestructura.
Para eso, esperan más señales de “gobernabilidad” y cuánto puede pesar la minoría que ostenta el oficialismo en el Congreso. La semana pasada, Milei dio un paso en ese sentido cuando consiguió que no rechazarán el veto a los cambios en movilidad jubilatoria.
Hacia adelante, y cuando empieza a jugarse los posicionamientos para las elecciones legislativas del año próximo, será crucial el manejo de la relación con el Parlamento porque garantizar el equilibrio fiscal puede ser mucho más desafiante en el segundo año de gestión.
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