Your browser doesn’t support HTML5 audio
Por Hugo Ferrer
(Texto publicado por el diario Crónica en la edición del sábado domingo 20 de junio de 2010)
La primera imagen que se vio del helicóptero fue en agosto de 2007. Domingo gris, música de Soda Stereo de fondo y la “cola” filmada por la cámara que indicaba, después lo sabría, que “ya salió a cubrir la nota”. Se veía la hélice y un perfil de la nave. Fue lo primero que se vio de la nueva señal de C5N.
Como en las principales cadenas de televisión del mundo, el helicóptero de C5N se transformó en un clásico de las coberturas periodísticas en la Argentina. No sólo para mostrar los lugares inaccesibles por tierra sino también para “ver” desde otro ángulo la noticia. Y antes.
Muchas veces, la única imagen que se conoció fue la que captó la cámara giroestabilizada, ubicada en la parte delantera e inferior, manejada desde la cabina, como si fuera un joystick, por los avezados camarógrafos y también con la audacia y profesionalismo del piloto.
Registraron todo: accidentes, tránsito, goles, festejos, muertes (inolvidable coberturas de Alfonsín y de Sandro), persecuciones, cortes, marchas, actos (el del campo, sobre la Avenida del Libertador), marchas, incendios, el recorrido de la antorcha olímpica por la ciudad o el intento de suicidio del joven que tuvo en vilo a todos durante horas sobre un puente en Panamericana.
Aquel miércoles frío de agosto de 2008, el día que se conoció el triple crimen de General Rodríguez, el helicóptero fue el protagonista de la noticia: la imagen de los tres cuerpos asesinados fue lo único y exclusivo que se vio de ellos en su lecho de muerte.
Ese día, cuando caía el sol y la luz se escabullía, un audaz productor “tiró” en el control que “el sol se pone antes de las 18:30” y “tenemos sólo 5 minutos para encontrarlos”.
Y así fue como, con el aparato en la zona y al ver por el previo de los monitores “que estaban ahí”, sobrevolando, debían ir al aire. Y así fue. “Adentro, adentro. ¡Vamos!”. Adrenalina pura. Para el camarógrafo, para el piloto. Para todos los que saben de la importancia de la noticia. Imágenes impactantes. Y que dieron vuelta al mundo.
Así, también de dolorosas, son las coberturas periodísticas.
Cuando Diego Maradona entrenaba con su selección en Ezeiza y no permitía el ingreso de periodistas, el helicóptero fue el único que acercó las imágenes de cómo se movían los jugadores.
A tal punto le “pegó” a Diego esa acción que la semana pasada, en ¡Pretoria!, también mientras entrenaba sobrevolaba un helicóptero. Tuvo una frase jocosa para los periodistas, incluido al enviado especial del diario Crónica: “Son los de C5N”.
Como cada mañana, Enrique “Pocho” Vila, el piloto, casado, padre de dos hijos y Fernando González el camarógrafo, soltero, cumplieron con su rutina diaria. Recibieron la orden de ir a cubrir un accidente de tránsito. Salieron desde el aeropuerto de San Fernando rumbo a la Ruta 2. Como aquella primera imagen que se vio en el canal, el viernes a la mañana pasó lo mismo, pero en el control.
Horacio, primero; Diego, después, comenzaron a hablar por radio con el piloto con las últimas indicaciones. Hasta que el piloto pidió aterrizar en el helipuerto que está cercano a la confitería Módena, de la Capital Federal. La otra opción, volver a San Fernando. El camarógrafo le había dicho que no le respondía “el joystick” de la cámara, por lo tanto no la podía girar. De pronto, no hubo más contacto.
-¡No me contestan, no me contestan!
Gritos. Y desesperación.
Casi, casi, al mismo tiempo también sonaba el radio teléfono del camarógrafo Fernando. Jorge, su jefe, intentaba comunicarse. Aún en el peor final, después de la caída, el aparato daba “alerta exitosa”.
Una placa roja en Crónica TV, un llamado privado, un amigo, otro, un vecino y otro llamado confirmaron lo peor. En el control, el silencio más doloroso. Ya había una noticia. Propia, desgraciada.
Como dijo el empresario Daniel Hadad, propietario del canal, “es un día de luto.”
Así fue, es y será siempre: la noticia es noticia. Y es aún más doloroso cuando los protagonistas son personas que uno conoce, con las que compartió momentos o fueron compañeros de trabajo (NdR.: Hugo Ferrer fue Director Periodìstico de Gerente de Noticias de C5N del 2007 al 2009).
En la despedida final, si bien fue por separado, “Pocho” y Fernando seguían estando juntos, como cuando volaban. Es que el silencio de cada sala fue interrumpido miles de veces por sus voces que seguían escuchándose. Cada familiar, amigo, compañero los recordaba desde alguna anécdota. Cada uno, a su manera, los tenía presente.
La esposa de “Pocho” y los padres de Fernando tenían en sus miradas a “Pocho” y a Fernando. Sus cuerpos abatidos por el dolor se mantenían erguidos porque saben que “mi marido” y “nuestro hijo” estarán por siempre en el recuerdo. Y más que nunca vuelve y vuelve a sus mentes el último beso, la última caricia, la última palabra, la última despedida.
Hoy “Pocho”, el inolvidable y experimentado piloto, y Fernando, apasionado de su profesión, además de un gran defensor jugando al fútbol, son protagonistas de la noticia.
El periodismo está de luto. Todos estamos de luto. Todos los que amamos esta profesión y mantenemos encendida la mecha de la pasión por la noticia, como “Pocho” y como Fernando.
(°) Hugo Ferrer es Director de Grupo Crónica. Periodista de amplia trayectoria en gráfica, radio y televisión. Trabajó en la revista GENTE, radio Mitre, Radio 10, Continental, Del Plata y Radio Show, fue Gerente de Noticias de Telefé, directivo en Ideas del Sur y director periodístico de C5N.
Leé más notas de Hugo Ferrer
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario