Durante el discurso, Perón sostuvo: “Llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino”, sentenció en sus palabras el General, sonando a una gran despedida.

Tapa Diario Crónica, dia después del fallecimiento del General Juan Domingo Perón.

El mediodía del 12 de junio de 1974, a la edad de 79 años y con el corazón enfermo, Perón le habló por última vez al pueblo argentino desde el balcón de la Casa Rosada. Vestido con un sobre todo gris, solapas negras y detrás de un vidrio blindado que lo protegía ante una posible agresión. El referente político hizo un pedido de unidad política, la cual ya no era posible a esa altura del Gobierno.

Su último discurso y las palabras al pueblo

Por la gran convocatoria de gente que llenó la Plaza de Mayo, el General se dio cuenta de que debía responder con su presencia y con un sentido discurso. Debía finalizar la jugada que inició con su discurso a través de la cadena nacional y llamando a la unidad política.

Los integrantes de su equipo médico trataron de convencerlo de que no lo hiciera, pero se mostró inflexible. Los encargados de la seguridad presidencial montaron de urgencia un vidrio blindado en el balcón. No solo se temía por su salud sino también a la posibilidad de un atentado.

Cuando Juan Domingo Perón apareció en el balcón, la multitud que colmaba la Plaza de Mayo lo aclamó y gritó su nombre.

Tapa Diario Crónica, dia después del fallecimiento del General Juan Domingo Perón.

Con las pocas fuerzas que le quedaban, pero llevando a cabo un claro mensaje con la potencia política que siempre había caracterizado a su liderazgo, el presidente habló:

“Sabemos que tenemos enemigos que han comenzado a mostrar sus uñas. Pero también sabemos que tenemos a nuestro lado al pueblo, y cuando éste se decide a la lucha, suele ser invencible. Hoy es visible, en esta circunstancia de lucha, que tenemos a nuestro al pueblo, y nosotros no defendemos ni defenderemos jamás otra causa que no sea la causa del pueblo. Yo sé que hay muchos que quieren desviarnos en una o en otra dirección; pero nosotros conocemos perfectamente bien nuestros objetivos y marcharemos directamente a ellos, sin dejarnos influir por los que tiran desde la derecha ni por los que tiran desde la izquierda”, dijo desde el balcón, detrás del vidrio blindado.

Con su discurso, Perón buscaba sostener la ficción de su equidistancia entre supuestos extremos. Pero no era sólo “el movimiento” lo que se le ha quebrado. Era también su proyecto económico basado en la “conciliación de clases”, el famoso “Pacto Social” entre los trabajadores y la “burguesía nacional”.

Por eso agregó: “Sabemos que en esta acción tendremos que enfrentar a los malintencionados y a los aprovechados. Ni los que pretenden desviarnos, ni los especuladores, ni los aprovechados de todo orden, podrán, en estas circunstancias, medrar con la desgracia del pueblo. Sabemos que en la marcha que hemos emprendido tropezaremos con muchos bandidos que nos querrán detener; pero, fuerte con el concurso organizado del pueblo, nadie puede ser detenido por nadie”, sostuvo.

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