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Ya se sabe que Javier Milei se siente cómodo con la confrontación. Plantear la gobernabilidad en términos de ellos o nosotros, de enemigos y amigos, de degenerados fiscales o patriotas. En este marco, el veto a la nueva fórmula jubilatoria votada por el Congreso es una situación ideal para darle continuidad a su batalla ideológica contra la casta política y contra los zurdos.
El presidente está convencido que el veto lo favorece políticamente. Lo fortalece. Algunos cercanos, como el influyente Santiago Caputo, creían que lo mejor era el camino de un veto parcial que le otorgara “algo más” a los jubilados, sin desviarse ni afectar el equilibrio fiscal. Una fórmula intermedia que no se pudiera presentar como una derrota presidencial frente al Congreso, sino como un presidente con empatía hacia los jubilados e interesado en un balance entre el bridar una ayuda muy necesaria al sector y mantener las cuentas en orden.
No fue así. El veto firmado es total. Ni un guiño a los degenerados fiscales.
Pese a esta guía indestructible, Milei dio algunas señales en favor de una construcción política algo más amplia, con un ojo en las necesidades que tiene en el Congreso y en las elecciones legislativas de 2025.
El gesto del viernes, al recibir en la Casa Rosada a los bloques de diputados amigos del PRO y desarrollista para explicarles las razones del veto a la reforma jubilatoria, fue algo inusual y que habla de la necesidad de consensuar con “los degenerados fiscales” del Congreso para evitar el rechazo al veto. En principio dio resultados, los diputados “amigos” salieron del encuentro convencidos de apoyar en la Cámara baja el veto presidencial. Por esta razón, Milei se comienza a asegurar que en ambas cámaras la oposición no obtendrá los dos tercios para rechazar su veto.
Algunas ausencias llamativas en el encuentro, la de Martín Menem y la de los diputados del grupo que lidera Miguel Angel Pichetto.
Lo que confirmó esta reunión y las declaraciones posteriores es la nueva relación entre Milei y Mauricio Macri. Tras los duros cruces, los golpes en contra en el Congreso y las dos cenas en la Quinta de Olivos, Macri le dejó en claro a Milei que para construir estabilidad política lo necesita y debe dejar de maltratarlo públicamente. El mensaje fue recibido en la Casa Rosada. Este acompañamiento del veto es parte de la construcción de una alianza política entre el oficialismo y el PRO. Ahora resta saber si esta alianza va a tener una continuidad en las elecciones del próximo año.
Como parte de esta nueva construcción, Milei decidió “depurar” sus bloques legislativos. Tanto en Diputados como en Senadores hay fuertes internas en La Libertad Avanza. En la Cámara Alta, Francisco Paoltroni se volvió crítico y rompió filas al criticar el pliego de Ariel Lijo para la Corte Suprema. Esta semana fue expulsado del bloque. A esta expulsión se sumó a la de Lourdes Arrieta en Diputados, tras el escándalo por la visita de un grupo de legisladores de LLA a genocidas condenados.
Claro que siguen los roces, como el de la diputada Marcela Pagano, quien denunció aprietes para no ocupar el cargo al frente de la Comisión de Juicio Político y mantiene duros choques con la diputada Lilia Lemoine -muy cercana a Milei-, a la que esta semana llamó “psiquiátrica”. Lemoine le contestó: “Renunciaste -a la Comisión- por ignorante y papelonera, no te dio la cara para seguir mirando a los ojos a quienes vieron tus burradas. Como el patético rol que haces en otras comisiones, dejando mal parados a tus compañeros. Yo también tengo muchas capturas para mostrar, me sobra tiempo“, la amenazó.
Falta mucha construcción para alcanzar la paz en los bloques de La Libertad Avanza. Pero la gran esperanza está puesta en las elecciones legislativas de 2025, en la que el oficialismo espera sumar bancas en ambas cámaras. Este armado a nivel nacional está en manos de Karina Milei, quien está decidiendo, provincia por provincia, quienes serán las cabezas de listas en los comicios. La mira principal está puesta en la provincia de Buenos Aires, donde el nombre fuerte es el de José Luis Espert.
En medio de esta construcción hay un ruido que no es menor y que es mucho más difícil de calmar, y éste es el de la difícil relación entre Milei y su vice, Victoria Villarruel. En el entorno presidencial la miran con mucho recelo por tener un proyecto político propio, que en muchos puntos choca con el del gobierno libertario.
Esta relación no solo está afectando al oficialismo sino también a la oposición. El futuro es muy incierto.
En medio, la difícil relación con Victoria Villarruel.
En suma, esta construcción y su nueva relación con parte de la casta y los degenerados fiscales es un duro desafío para Javier Milei. Pero éste entiende, ya con casi nueve meses de gobierno, que es imprescindible.
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