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La Corte Suprema de Justicia de la Nación, a través de la Resolución 2171/2024, ordenó a los jueces del país a utilizar un lenguaje sencillo y directo en sus sentencias. Titulada “Sugerencias para la elaboración de los lineamientos generales de sentencias claras”, la normativa busca eliminar la jerga técnica y los excesos de lenguaje que dificultan la comprensión de las decisiones judiciales.

La medida, suscrita por los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, surge como respuesta a la creciente desconexión entre el Poder Judicial y la sociedad, provocada por el uso de un lenguaje técnico y enrevesado. El juez Ricardo Lorenzetti también ha defendido esta postura, aunque su implementación había sido limitada hasta ahora.

Simplificación sin vulgarización

La resolución no pretende que los jueces utilicen un lenguaje vulgar o coloquial, sino que se enfoquen en un estilo claro y funcional. “Es importante evitar la escritura confusa o recargada y el uso innecesario de jerga jurídica”, argumenta el documento, que también enfatiza en la importancia de no abusar de citas legales extensas, que suelen interrumpir la lectura y desmotivar al lector.

El documento subraya la necesidad de que los fallos sean breves y directos: “Cuanto más natural sea el lenguaje, más persuasivo y perdurable resultará para el entendimiento generalizado”. Además, se propone que cada párrafo contenga una sola idea y se eviten las frases negativas.

“Deben evitarse los giros sobreabundantes o rebuscados, la escritura confusa o recargada, la utilización de más palabras que las estrictamente necesarias y el abuso de la jerga jurídica”, agregaron.

“No se trata de ser engañosamente simples y de adoptar necesariamente un estilo vulgar y expresiones coloquiales, sino de intentar utilizar un lenguaje natural y práctico, despojado de artificios jurídicos demasiado elaborados”, sostuvieron los magistrados.

Un cambio para todos

La Corte Suprema ha adoptado esta política de lenguaje claro no solo para sus sentencias, sino también para cualquier tipo de comunicación escrita, incluidas las de carácter periodístico. Esta decisión se enmarca en la reciente adhesión del tribunal a la Red Panhispánica de Lenguaje Claro, promovida por la Real Academia Española, buscando una mayor accesibilidad y comprensión de sus decisiones por parte del público en general.

La iniciativa pone especial atención en los “destinatarios múltiples” de las sentencias, reconociendo la diversidad de conocimientos y niveles de comprensión del público que accede a los fallos judiciales. La resolución enfatiza que la claridad en la redacción no solo mejora la comunicación, sino también la transparencia y la percepción del sistema judicial.

Este cambio en la forma de redactar fallos promete no solo una justicia más cercana y comprensible, sino también una herramienta poderosa para fortalecer la confianza pública en el Poder Judicial.

Principales puntos del pedido de la Corte Suprema

  • Evitar escritura confusa o recargada: La Corte insta a “evitar los giros sobreabundantes o rebuscados, la escritura confusa o recargada, la utilización de más palabras que las estrictamente necesarias y el abuso de la jerga jurídica”.
  • Uso de lenguaje natural y práctico: “No se trata de ser engañosamente simples y de adoptar necesariamente un estilo vulgar y expresiones coloquiales, sino de intentar utilizar un lenguaje natural y práctico, despojado de artificios jurídicos demasiado elaborados”.
  • Oraciones breves y autosuficientes: Se recomienda “buscar que las oraciones sean breves y autosuficientes; evitar las frases negativas, dado que son difíciles de entender al requerir más atención y tiempo que las afirmativas; procurar que haya una idea por cada párrafo”.
  • Evitar citas legales innecesarias: La resolución indica que al mencionar “derechos fundamentales, se colocan extensas citas de tratados internacionales, lo cual invita al lector al abandono del párrafo e interrumpe la lectura”.
  • Lenguaje claro como política institucional: “Esta Corte Suprema de Justicia de la Nación ha adoptado como política institucional la incorporación del lenguaje claro con miras a favorecer la comprensión de sus pronunciamientos por parte de los destinatarios”.
  • Atender a la diversidad de destinatarios: El texto destaca que hay una “variedad de destinatarios, desparejos en cuanto a los conocimientos estrictamente jurídicos” y resalta la necesidad de alcanzar un “lenguaje normalizado y simple”.
  • Claridad en la narrativa de los hechos: La Corte señala que “la dificultad para entender una sentencia en ocasiones puede obedecer (…) a otros motivos como el confuso eslabonamiento de sus considerandos, la sobreabundancia de referencias innecesarias, las cláusulas subordinadas que terminan por complejizar la idea”.

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