La actriz y modelo argentina, Eva De Dominici, de 26 años de edad, atraviesa una nueva etapa de su vida asentada en los Estados Unidos y con la llegada de su hijo Cairo (15 meses).

La maternidad me conectó con la vida, pero también con la muerte. Con la idea de finitud. Con la certeza de que mi hijo algún día morirá. Una contradicción a la gran experiencia, al acto de valentía que significa ser mamá. Hoy confirmo que me gusta más este presente con Cairo que los primeros meses juntos”, relató Eva en diálogo con Infobae.

Se trata de su primer hijo, producto de su relación el músico Eduardo Cruz Sánchez de 36 años.

Respecto al embarazo, la ex Patito Feo aseveró que: “Ni la gestación ni el parto fueron tránsitos románticos”.

“Durante las tres últimas semanas de embarazo, cada dos días, me metía en la sala de emergencias de la clínica diciendo que tenía contracciones de parto, ¡Mentira! Lo único que quería era ser internada y tener a mi bebé de inmediato”, recordó.

Sin embargo, la actriz rememoró sus mayores temores durante la gestación de Cairo, nombrado así precisamente por la capital de Egipto, tierra amada por Eduardo Cruz.

Crecí con un primo que nació con parálisis cerebral severa. Mi tía Liliana había llevado muy bien su embarazo hasta que a último momento se sintió mal y las complicaciones, de lo que creo fue un desplazamiento de placenta, obligaron a inducir un parto prematuro con secuelas severas”, comentó.

Al tercer mes de embarazo, Eva recibió un llamado de un genetista que le advirtió de la presencia de dos mutaciones en su ADN, concernientes al área cerebral y a la renal. En resumidas cuentas, si Eduardo tenía al menos alguna de ellas, había 25% de probabilidades de que el nacimiento el bebé tuviese un pronóstico fatal.

“Durante el mes y medio que tardaron en llegar los resultados de la punción, estuve ida por la incertidumbre. Entramos en una burbuja de silencio. Nos costaba comunicarlo, compartirlo. Y lo atravesamos como pudimos”, remarcó.

Eva debió considerar todo, incluso el uso de lo que manifiesta su derecho. “En California, desde el momento en que te confirman un embarazo te concientizan sobre tus opciones: continuarlo, recurrir al sistema de adopción o interrumpirlo. De haber tenido la certeza de que mi hijo tendría pocas posibilidades de vida, no hubiese continuado la gestación”, aseguró.

Eduardo Cruz Sánchez y Eva De Dominici.

El parto fue ameno y Eva lo transitó con tranquilidad gracias a la medicación. Más tarde, cuando pasó el efecto de los calmantes, cayó a la realidad: tenía un hijo.

Entonces pude conectar con mi pichón. Lo miraba y me emocionada pensando: ‘Listo, te solté, ya estás en la vida’. Pero a la vez tuve una sensación de orfandad, de soledad total. Me vi en un nuevo contexto y lejos de todo”, contó.

“Cambié mucho después de ser mamá. Me paré de otra manera. Con más entereza y determinación. Aprendí a valorar y administrar mejor el tiempo. A afinar mis búsquedas. A definir hacia dónde quiero ir”, concluyó.

 

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